La banda Ojos de Brujo "se para, pero no se separa"

Despedida e interrogante. Eso es lo que deja Ojos de Brujo tras 10 años de vida. Eso, y un disco nuevo, Corriente vital. Álbum que suena a epílogo porque hace dos semanas decidían dar un parón musical. Como dijo Elbicho en su despedida provisional: "Ojos de Brujo se para, no se separa". ¿Se acabó Ojos de Brujo? De ninguna manera, como una pareja desavenida prefieren darse un tiempo. El modelo de autogestión con el que se fraguó esta banda, y que tan buenos resultados ha dado durante una década, se ha agotado y ha agotado a sus participantes. "Y eso es normal, no es mal rollo, es lo que pasa en todos los grupos humanos, no dura del mismo modo para siempre", sostiene Marina Abad, La Canillas, cara, voz y alma del grupo.

Por el momento, los miembros de Ojos de Brujo presentan un disco y lo harán con una "gira mundial de un año", como indica Marina. Y lo harán de "buen rollo", aunque últimamente algunos miembros de esta orquesta de fusión de flamenco, hip-hop y de lo que convenga, se hayan quejado. De eso se hablaba en la habitación 512 del hotel Ciutat de Barcelona, con Marina y con el percusionista Max Wright. "Ahora, casi siempre vamos sin técnico de luces y sin proyecciones, también ha habido recortes en la parte artística, es lo normal", certifica La Canillas.

Núcleo duro

Y es que la crisis llega también a la música, por mucho que se hable de la buena salud de las actuaciones en vivo. Ha quedado un núcleo duro en la banda. "Quizá no hace falta cuatro percusionistas para hacer un bolo, pero sí el guitarra". Han llegado a ser más de una docena en el escenario. Ha habido recortes, no solo en los miembros de la banda, pero ha sido todo pactado, como el parón. ¿Volverán? Quizá, pero se notan las ganas de probar cosas nuevas. Por ejemplo, Marina probará suerte con una obra de Federico Garcia Lorca, y pronto.

Ojos de Brujo siempre ha funcionado con asambleas donde se debate el futuro y donde lo que se vota va a misa. Además, no todos los miembros tienen la misma responsabilidad en el grupo. "Hay un NIF y detrás estamos algunos y otros no", dispara Marina. La producción del último álbum la han llevado Marina, Max y el trompeta Carlos Sarduy. Ha quedado gente fuera, algunos históricos como el guitarrista Ramón Giménez o DJ Panko, que no comparten que el grupo deba tomarse un respiro.