Una atractiva comedía con niña
Detrás del tan horrible como pretendidamente gracioso título Una piraña en el bidé, extraído de una frase del diálogo, dicha de pasada y que apenas se oye, se esconde una atractiva comedia intrascendente, basada en un guión sin una muy sólida estructura dramática, pero que presenta a un interesante realizador, especialmente dotado para la dirección de actores, sobre todo de actrices.A partir de la tradicional historia de la hija de padres separados que hace todo lo posible para que su madre y su padre vuelvan a vivir juntos y los tres sean la familia perfecta que una vez llegaron a ser, origen de las más blandengues y moralizantes películas con niña, Carlos Pasto y Nicolás Muñoz han conseguido dar la vuelta a la narración y escrito una película que es todo lo contrario.
Una piraña en el bidé
Director: Carlos Pastor. Guionistas: Carlos Pastor, Nicolás Muñoz. Fotografía: Carles Gusi. Música: Enric Murillo. España, 1996. Intérpretes: Fernando Valverde, Silvia Munt, Enrique Sanfrancisco, Yrene Montalá, Claudia Molina, Reinaldo Cruz. Estrene, en Madrid: Gran Vía, Lucha, Plaza, Aluche.
Con un subrayado y conseguido tono realista Una piraña en el bidé se apoya en la descripción de las aventuras sentimentales que sucesivamente viven el padre y la madre de la niña, mientras ésta, única defensora de la moralidad tradicional, en la medida que le parece lo más conveniente para su vida, no sólo no consigue sus objetivos, sino que ve cómo cada vez se complica más la relación sentimental de sus padres.
Lástima que por un evidente problema de falta de experiencia de los guionistas, la historia, que por otro lado tiene una primera parte que se desarrolla a una admirable velocidad, encierra una sucesión de baches narrativos y pierde parte de su fuerza a medida que avanza, hasta llegar a resultar algo repetitiva en su parte final
.Mientras con Una piraña en el bidé las habilidades como coguionista de Carlos Pastor quedan en entredicho, sin embargo demuestra ser un interesante director, que no sólo consigue dar el necesario ritmo a las escenas que plantea, sino que también sabe desenvolverse muy bien entre los diferentes personajes con los que juega en una misma situasión, introduciendo a veces la camara entre ellos como si fuese uno de tantos.
Su buena forma como director repercute directamente en la calidad del trabajo desarrollado con los actores. Mientras la veterana Silvia Munt funciona también como en sus mejores ocasiones, destaca la actuación de a recién llegada Yreñe Montala a la que no resulta dificil augurar un brillante futuro a poca suerte que tenga, y también de la niña Claudia Molina, que actúa con la destreza de una profesional y el encanto de una . debutante. Frente a ellas ocupan un discreto segundo plano Enrique Sanfrancisco y, sobre todo, Fernando Valverde y el cubano Reinaldo Cruz.
Babelia
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