Latinos de Nueva York

Basado en recuerdos personales que el cineasta Darnell Martin acumuló en su, hay que sospechar, pesarosa infancia en el gueto portorriqueño de Nueva York, Así me gusta es una colección de apuntes más que behavioristas, casi crueles sobre una pareja de latinos que, a pesar de llevar casados 10 años y ser padres de tres niños, siguen siendo jóvenes.Machista él, insatisfecha ella, ambos considerableménte inmaduros -aunque en eso el chico también se lleve la palma-, su vida en común no es lo que se puede considerar una experiencia agradable: sus hijos se crían entre los gritos de las peleas de ambos o entre los jadeos- del padre mientras hace el amor -tiene a gala ser un fogoso y resistente latin lover-; los vecinos meten su nariz siempre; hay una suegra -la siempre eficaz Rita Moreno- de aúpa; una amante del padre que reclama una conflictiva paternidad, y varias cosas más.. La película tiene un arranque más que fulgurante, demoledor: como si se contagiara del desvarío y la agresividad de sus personajes, la cámara corre, gira, se detiene bruscamente, vuelve hacia atrás, encuadra fugazmente un primer plano, vuelve al centro de la habitación y se mueve espasmódicamente, se diría que al son de los gritos de los actores.

Es evidente que la sombra de aquel magnífico filme de Martin Scorsese que era Malas calles sigue proyectando, 20 años después, su desgarrada estética, la única, parece sugerir el director Darnell Martin, apta para trazar un panorama sobre el gueto.

Pero aunque no abandone nunca del todo ese tono crispado, lo cierto es que el filme. se va dulcificando en las misma medida que sus personajes alcancen una provisional madurez hecha a golpes. Y es que Así me gusta es la crónica de un aprendizaje, el de la comprensión mutua, y de la asunción de la verdadera personalidad de un personaje bien dibujado y, como en la realidad, contradictorio y en ocasiones hasta mezquino, Lisette, la joven madre -Lauren Vélez hace una composición francamente meritoria.