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Ildefonso Falcones, un 'best seller' a la sombra de la mezquita

Un día de 'marketing' literario en Córdoba junto al autor de 'La catedral del mar'

Miguel Ángel Villena

Los turistas que visitaron en la mañana de ayer la mezquita de Córdoba asistieron asombrados a la irrupción de un centenar de personas. Seguía los pasos de un cincuentón de pelo canoso y rizado. No paraba de posar para los operadores de cámara y los fotógrafos. "Será alguien del PSOE", comentaba una señora con tono displicente. Pues no, el personaje que sembraba tanta expectación en el centro histórico de Córdoba era un escritor. Ha vendido cuatro millones de ejemplares de su primera novela, La catedral del mar, distribuidos en 46 países. Su nombre, Ildefonso Falcones (Barcelona, 1958). Su profesión, abogado, una dedicación que mantiene a pesar de los ingresos millonarios de su primer libro.

"Si notara mucha presión en una segunda novela, dejaría de escribir"
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Con los mismos ingredientes de La catedral del mar, es decir, un protagonista joven que lucha por la supervivencia en un ambiente de guerras, amores y aventuras y con el fondo de una cuidada reconstrucción histórica, La mano de Fátima (Grijalbo) recrea las peripecias de los moriscos en Granada y en Córdoba a lo largo del siglo XVI. Con una tirada inicial de medio millón de ejemplares, no es raro que el grupo editorial Random House Mondadori haya echado la casa por la ventana invitando a la ciudad de los califas a cerca de 80 periodistas. Falcones, sin embargo, se muestra sencillo. Se diría que el éxito no se le ha subido a la cabeza. En varias ocasiones en su conferencia de prensa, recalcó su inexperiencia en las muy variadas cuestiones que se le plantearon sobre literatura, historia o estrategia editorial. El escritor negó que sintiera una especial preocupación por repetir el triunfo de su primera novela y apeló a su currículo. "Llevo 30 años trabajando como abogado y en los juicios también sientes la presión. Si notara mucha presión en una segunda novela, dejaría de escribir", señaló Falcones. Reconoció que la editorial le había impuesto el tema de su segundo libro. Debía ser también histórico.

A juicio de Falcones, el auge de la novela histórica radica en la necesidad de muchos lectores de abandonar una actualidad llena de guerras, desgracias y previsiones catastrofistas. Con un argumento basado en un periodo poco conocido, - desde la sublevación de las Alpujarras a finales del siglo XVI a la expulsión de los moriscos en 1609-, el autor ofreció su receta para que una novela atrape a los lectores y convertirla en un best seller: "Hay que pedirle que tenga una lectura ágil, que no sea de lenguaje barroco, que esté bien escrita y que cuente cosas. No soporto esas narraciones en las que lees 30 páginas y no ha ocurrido nada". Escribe Falcones de ocho a once de la mañana, durante los fines de semana y las vacaciones. Ha tardado tres años en terminar La mano de Fátima. "Me ha ocupado mucho tiempo la documentación histórica y, sin ir más lejos, he venido siete u ocho veces a Córdoba".

A ritmo de visita de grupo de turistas yanquis, los periodistas siguieron a Falcones, desde la judería a la mezquita, desde la sala de prensa al patio del restaurante en un programa muy medido y al servicio de uno de los escasísimos autores españoles que se han convertido en un fenómeno mundial. En 2006 La catedral del mar fue el séptimo libro más vendido en todo el mundo. "Por ello", cuentan en la editorial, "este lanzamiento de La mano de Fátima está más que justificado". "¿Con técnicas yanquis?", pregunta un reportero. "Por supuesto, y con toques catalanes".

Ildefonso Falcones<i>, </i>ayer en una de las puertas de la mezquita de Córdoba.
Ildefonso Falcones, ayer en una de las puertas de la mezquita de Córdoba.EFE

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