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Entrevista:ADOLFO SÁNCHEZ VÁZQUEZ | Filósofo

"En la Guerra Civil no todos fuimos culpables"

Juan Cruz

Desterrado desde 1939, cuando tenía 23 años, Adolfo Sánchez Vázquez vio truncada en su país su vida y su carrera, que continuó como exiliado en México, donde a sus 88 años sigue enseñando Filosofía en la Universidad. Su obra es amplia y profunda, aunque quienes escriben de él destacan sobre todo su Filosofía de la praxis, que compendia su actitud como marxista. También fue poeta, y de esa raíz le vienen algunos ensayos "escalofriantes" (como dijo de ellos Antonio Muñoz Molina) que figuran en el reciente libro A tiempo y destiempo, publicado en España por Fondo de Cultura Económica. Ahora está en Madrid, participando en el Congreso Iberoamericano de Estética. Está a punto de publicarse su poesía en Málaga, de donde este algecireño es hijo adoptivo. La Guerra Civil no se le ha borrado y se enfrenta con vigor a interpretaciones actuales que tratan de achacarle sus orígenes a la izquierda o "a uno y otros". "No todos fuimos culpables".

"El destierro duró mucho tiempo; cuando ya fue posible volver no lo pudimos hacer"

Pregunta. ¿Qué imagen tiene del día en que comenzó su exilio?

Respuesta. Estaba en el frente de Cataluña, que mandaba Líster. Nos vimos obligados a pasar la frontera exactamente el 9 de febrero de 1939. Tenía que ir a la frontera a dinamitar un camión nuestro que llevaba documentos secretos de carácter militar. Hice el viaje en condiciones muy difíciles y cuando llegué al lugar el camión había desaparecido. Perdí entonces el contacto con mis tropas y me quedé en Francia, iniciando así el exilio...

P. ¿Qué supuso para usted ese instante?

R. Un momento muy dramático: qué país dejaba atrás, cómo nos íbamos, una multitud desorganizada de mujeres y niños mezclados con soldados.

P. Juan Marichal dice que fue una guerra incivil...

R. La expresión viene de Unamuno... Fue una guerra cuyo origen era el conflicto de las dos Españas, y eso representó una tragedia. Pero yo no comparto una idea que veo que tiene una cierta difusión en la España de hoy, y que le oí ahora por la radio en una entrevista al escritor Miguel Delibes, en la que decía que todos fuimos culpables... Yo pienso que no. Históricamente hay una culpabilidad muy definida: la guerra fue provocada por un sector, la fuerza más regresiva de la derecha española, que prefirió sumergir a este país en un baño tremendo de sangre antes que hacer unas concesiones mínimas y aceptar algunas reformas sociales que resultaban imprescindibles... Hay que recordar qué fue la Guerra Civil para que jamás vuelva a repetirse, pero esto no debe llevarnos a la conclusión de que todos fuimos culpables, un lado y el otro...

P. Algunos medios oficiales amparan libros en los que se dice que la culpa fue de la izquierda...

R. Ésa es la tesis oficial del franquismo desde el primer momento: la tesis de que la sublevación se imponía por el caos de la República... Los preparativos de la guerra fueron vinculados a la derrota de la derecha en las elecciones de febrero de 1936... Venía de atrás: ese carácter intransigente de la derecha española no hizo más que reafirmarse con la sublevación...

P. ¿Usted cree que esas dos Españas ya no existen?

R. Afortunadamente, esas dos Españas, tal como se manifestaban hasta la Guerra Civil, ya no existen... Se ha creado un clima de convivencia que era inexistente hasta entonces... Pero creo que queda aún, sobre todo por parte de la derecha, remanentes de esta posición que me parece que estos días comienzan a aflorar...

P. ¿Dónde ve usted esos afloramientos?

R. En la reivindicación de un cierto nacionalismo español tradicional, esta concepción de la unidad de España que quiere pasar por alto lo que se ha conseguido en términos de pluralidad...

P. ¿Y la izquierda en qué se parece a aquella izquierda?

R. Se parece poco. La derecha entonces era más de derechas y la izquierda era más izquierdista... Los intentos de cierta izquierda de asumir terrenos de la derecha y los intentos de la derecha de asumir terrenos de la izquierda conducen a una confusión que no beneficia a las posiciones de una verdadera izquierda...

P. ¿Cómo ve su país ahora?

R. Se ha avanzado mucho, no es ni de lejos aquel que me obligaron a abandonar... Pero pienso que en el terreno social hay muchas asignaturas pendientes... Ya no me planteo hoy, como marxista que sigo siendo, una sociedad socialista en un plazo previsible, pero sigo pensando que el socialismo es hoy más necesario y más deseable que nunca porque los problemas que plantea el capitalismo no han hecho más que agudizarse... Marx hablaba de socialismo o barbarie, es decir, caos, y hoy vemos que el caos se acentúa, la desigualdad social, la miseria...

P. La caída del muro de Berlín y el tremendo suceso de las Torres Gemelas marcan el mundo de hoy...

R. Estamos ante el demonio de un imperio que no tiene precedente, ni en su extensión ni en su profundidad... Y ese imperialismo se ejerce invocando otros motivos, como el terrorismo... Y claro que hay que condenar el terrorismo, pero otra cosa es la utilización de la amenaza terrorista para garantizar la hegemonía. ¿La lucha de los patriotas españoles contra Napoleón era terrorismo? El 11 de septiembre permitió que se pusiera en manos de EE UU un pretexto que estamos pagando muy caro...

P. Don Adolfo, ¿es éste su país?

R. Aunque salí cuando tenía 23 años y llevo más de sesenta años fuera, éste es mi país. Claro que le debo todo a México... El destierro duró demasiado tiempo; cuando ya fue posible volver no lo pudimos hacer: estaban nuestros hijos, nuestros nietos, la vida ya no nos permitía la vuelta.

P. ¿Piensa alguna vez en lo que hubiera pasado si la guerra no hubiera tenido lugar?

R. En la República, a mi edad, dirigía el periódico Ahora, que tiraba medio millón de ejemplares, trabajaba con el filósofo más influyente, Ortega y Gasset, la vida podía haber sido tan plácida... La República era una probabilidad magnífica, de modo que imagine usted todo lo que perdió mi generación.

P. ¿Con qué esperanza vive usted ahora?

R. Que España se encamine hacia una dirección progresista. Cuando yo tenía 18 o 20 años pensaba que el socialismo estaba a la vuelta de la esquina, y después de más de sesenta años aún no vislumbro esa perspectiva. Ojalá lo vean mis nietos...

Adolfo Sánchez Vázquez, en Madrid.
Adolfo Sánchez Vázquez, en Madrid.SANTI BURGOS

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