Dennis Gansel: "El deseo de someternos a un líder está en nuestra naturaleza"
Este viernes se estrena en España 'La ola', el nuevo filme de este director alemán
La vuelta del totalitarismo es posible, incluso en la vieja Europa. El director Dennis Gansel, premiado en el Festival de Cine Europeo de Viareggio y el de Hamptons (Nueva York) por su anterior película, Before the fall, visita Madrid para presentar su último largometraje La Ola que llega a los cines este viernes. Una cinta que muestra la facilidad para lavar conciencias y manipular la conducta de los jóvenes alumnos de un instituto.
PREGUNTA: Después de hacer Before the fall', ha vuelto al tema de la Alemania nazi en La Ola, ¿está superada en Alemania la época del nazismo? ¿Sigue existiendo cierto sentimiento de culpabilidad?
RESPUESTA: Yo sigo teniendo todavía sentimiento de culpabilidad. Nací en el 73; pero los actores (los alumnos), que son de la generación del 84, del 85, no tienen ese sentimiento de culpabilidad. Para ellos es una más de las cosas que pertenecen a la historia de Alemania, como la Primera Guerra Mundial, Martín Lutero..., es algo que tienen que estudiar y están incluso un poco cansados de hacerlo. Es un poco ingenuo, pero al mismo tiempo es muy refrescante, porque realmente pueden tratar un aspecto muy trágico de nuestra historia desde un punto de vista muy relajado, al no sentirse culpables.
P: El final de la película es diferente al de la novela de Morton Rhue en la que se basa, ¿necesitaba un giro especial?
R: Pensamos que al hacer la película 40 años más tarde y en Alemania tenía que haber un final diferente, porque los tiempos han cambiado y también porque en Alemania tenemos la experiencia de los resultados del fascismo con el Tercer Reich. Teníamos que hacer un final más duro. En cierto sentido hemos presentado La Ola como algo agradable. Al realizar pases de la película con otro final, el final seguro, a los jóvenes les gustaba. Ellos pensaban 'esto mola', los tatuajes, la música... Entonces nos dimos cuenta de que teníamos que mostrar lo mismo con más crudeza para hacer un aviso todavía más serio de aquello a lo que puede conducir el Fascismo.
P: El profesor parece empezar controlando todo y luego se le va el experimento de las manos, en cierto modo por su arrogancia, ¿cree que los seres humanos necesitamos un líder al que seguir?
R: Sí, ya está genéticamente en la naturaleza. Nosotros crecemos así, con la figura del padre y de la madre. En nuestra naturaleza está tanto el deseo de pertenecer a un grupo y de someternos algunas veces a líderes, como por otra parte el deseo de independizarnos y de estar solos. Y eso de formar parte de un grupo y someternos a un líder no tiene por qué ser necesariamente negativo. En el punto de partida de todos los sistemas autoritarios está el aprovecharse precisamente de este aspecto de la naturaleza humana.
P: ¿Qué tipo de personalidad cree que es más propensa a dejarse llevar y no reaccionar ante este tipo de sistemas?
R: Unas personas lo son porque tienen poca confianza en sí mismas, otras a lo mejor también tienen problemas sociales. No es que una persona refleje todo eso, son posibles personalidades. También pueden ser personas que tienen poco arraigo social o que buscan algo, que buscan un ideal, que no se conforman con lo que poseen; lo que no tiene por qué ser negativo, sólo hay que ver el caso de Greenpeace, que son gente que no dice sí a todo. Y ésa es una de las cosas de las que se aprovechan las dictaduras: Intentan lograr atraer a personas de distintas capas sociales. Los nazis eran apoyados por personas que recogían la basura y también por intelectuales cosmopolitas. Lo mismo aquí en España, la dictadura fue seguida por trabajadores humildes y también por intelectuales: una dictadura no se puede mantener durante tanto tiempo y no la apoya tanta población si no logra atraer a todos los grupos a través de una idea.
P: ¿Cuál sería su comportamiento si viviera bajo una dictadura?
R: En ese caso me situaría en la resistencia, al menos moralmente. Eso es lo que esperaría de mí. En lo físico no lo sé, porque pocas cosas pueden ser tan difíciles como sentirte perseguido por tu propio Estado y maltratado por él.
P: Actualmente en España se está viviendo una polémica sobre si es correcto juzgar los crímenes cometidos durante la dictadura franquista, ¿cree que son útiles las leyes que pretenden hacer justicia sobre estas etapas de la historia?
R: Es sorprendente que surja la pregunta sobre si es bueno o malo. En Alemania nadie diría que es malo, se consideraría que es necesario que realmente veamos nuestra oscura historia. No conozco muy bien la sociedad española, pero desde mi punto de vista alemán creo que ya es hora de que los españoles conozcan su historia. Además, mientras no haya realmente un tratamiento sin emociones y sin prejuicios de la historia y del fascismo aquí en España, también va a ser muy difícil atraer hacia la política a los jóvenes, a las generaciones futuras; va a ser muy difícil que se interesen por ella. Y esto es así porque muchas de las víctimas todavía viven y también muchos de los que se beneficiaron del régimen. Es tiempo de que la gente hable de estas cosas, aunque sea sólo para honrar a las víctimas.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.