A la subversión por el sexo
Inspirada en una de las más largas novelas de Jorge Amado, objeto a su vez de una popular adaptación televisiva en . forma de culebrón; rica en las mismas sugerencias -sensualidad,- colorismo, vitalidad- que han fundamentado. el éxito de otras adaptaciones cinematógráficas del novelista bahía no -como Gabriela o Doña Flor y sus dos maridos, de Bruno Barreto-, Tieta de Agreste es una luminosa y socarrona peripecia de amor, celos, secretos y sexo, hábilmente condimentada con unos toques de denuncia social.Es, además, la confirmación de que Carlos Cacá Diegues, uno de los nombres claves del cinema novo brasileño entre los, sesenta y los setenta, y también uno de los más, ignorados por las carteleras comerciales españolas, está en pleno apogeo.
Tieta de Agreste
Dirección: Carlos Diegues. Guión: C. Diegues, Joao Ubaldo Ribeiro y Antonio Calmon,según la novela homónima de Jorge Amado. Fotografía;. Edgar Moura, Música:. Caetano Veloso; canciones cantadas por Veloso Gal Costa, Zezé Motta y Flora Diegues. Producción: C. Diegues y Sonia, Braga. Brasil, 1996. Intérpretes: Sonia Braga; Marília Pera, Chico Anysio, Cláudia Abren, Zezé Motta, Jece Valadao; Patrícia França. Estreno en Madrid: cines Ideal (VOS).
Tieta de Agreste narra la historia de una mujer que, expulsada apenas adolescente de su pueblo norestino por las maledicencias de su hermana, regresa tras más de 20 años de ausencia convertida en madura, espléndida mujer.
Hay algunos desfallecimientos en Tieta de Agreste, derivados, de la opción narrativa de Diegues, cuya cámara vaga a veces por paisajes muy hermosos, pero más propios de un documental turístico que de un filme rigurosamente contado, razón por la cual su metraje excede un tanto lo que debiera. Pero, más allá de eso, la película se aguanta muy bien por vanas razones. Una, la personalidad de Tieta, un personaje hecho a la medida de una Sonia Braga que parece meterse. con especial acierto en la piel de los personajes creados por Amado: su imperativa presencia dota al filme de un magnetismo extraordinario. Pero no está sola: Marília Pera, la corrosiva hermana, la acompaña con uno de esos trabajos sordos y contundentes que sólo bordan los grandes secundarios.
Otra, la libertad extrema de Diegues a la hora de narrar, nunca amoldado a los cánones al uso. Su mirada sobre sus personaje es siempre respetuosa, fascinada en el caso de Tieta, zumbona en el de su padre y su hermana. Y otra, en fin, el acabado formal del filme, su empaque visual, una gentileza del, fotógrafo Edgar Moura, y su banda sonora, del gran Caetano Veloso, con momentos de inspirada, arrebatadora belleza.
Babelia
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