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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Bella crónica de la gente libre, amiga, sentimental

En la jerga de los enviados especiales a los festivales de cine cuando se intenta percibir durante una proyección cómo es recibida una película por un público compuesto por cinéfilos, profesionales y otras gentes que creen (aunque no pocos estén en la inopia) sabérselas todas y que esconden en la boca cerrada: un colmillo retorcido en busca de donde le duele a la pantalla para allí morderla- hay un dicho que indica sin apenas margen de error cómo hay que interpretar las peculiaridades del silencio de la sala mientras la pantalla está iluminada: "La gente respiró (o no) la película".Oír respirar durante una película, descifrar un lenguaje inaudible, pero irrefutable. En el último festival de Berlín -donde Cosas que nunca te dije entusiasmó en la sección Panorama- sólo hubo (entre las decenas a que este cronista asistió) dos películas donde los colmillos retorcidos se quedaron encerrados en sus fundas y el hetereogéneo conglomerado de enterados y enteradillos respiró al unísono, a pleno pulmón, siguiendo dócilmente los ritmos que, como una batuta a una orquesta, marcaban los vaivenes de la fluencia de la pantalla: seguro indicio de que los individuos que (con ideas prefabricadas) llenaban la sala habían sido convertidos en colectividad, en público, en conjunto homogéneo de personas abiertas al asombro y la alegría de entrar en una pantalla viva.

Cosas que nunca te dije

Dirección y guión: Isabel Coixet. Fotografía:. Teresa Medina. Música: Alfonso Vilallonga. España-Estados Unidos, 1996. Intérpretes: Lili Taylor, Andrew McCarthy, Seyrnore Casell, Alexis Arquette. Estreno en Madrid: cines Arlequín, Palafox y (en versión inglesa subtitulada) Ideal.

Esas películas fueron la estadounidense Pena de muerte y la española Cosas que nunca te dije, escrita, dirigida y producida en EE UU (con 800.000 dólares, menos de la mitad que una producción media española) por la joven barcelonesa Isabel Coixet, que de la urdimbre de una suave, amable, a veces dolorosa y nunca enrevesada trama de desamores y amores, de encuentros y desencuentros, deduce y construye un guión de alta precisión e indefinible delicadeza, gracia y elegancia. Y que, ya detrás de una cámara, reescribe en imágenes su escritura con tanta soltura y transparencia que (y sorprende tan buen oficio en tan escasa experiencia profesional) alcanza un emocionante, por invisible e incontenible, flujo entre lo que cuenta y cómo lo cuenta; entre lo que quiere decir y lo que dice.

Con todos los respetos para quienes se queden fuera, el espectador que entra por las puertas abiertas del mundo cotidiano de Cosas que nunca te dije, ya no sale de él y, acabada la película, en su pantalla interior siguen moviéndose y creciendo sus pegadizos personajes y sus vaivenes de ánimo y sentimiento, que continuan segregando la misma sensación de comodidad y cercanía con que nos engatusaron durante la proyección de una ficción elevada así a verdad.

Si algún error peligroso si vuelve a incurrir en él en futuros trabajos, pero aquí insustancial, porque es adjetivo y subsanable con un poco de autoexigencia hay en la dirección de Isabel Coixet, se origina en su tendencia a reducir algunas elipsis o compresiones de tiempo y algunas secuencias funcionales de las de ensanchar el tiempo por ejemplo, las que discurren en atascos de tráfico, pero no en las restantes, que son puro cine- a escenas sumarias, pues una cosa es la síntesis y otra la abreviatura; una cosa es la filmación minimalista y otra el montaje de píldoras visuales con mensaje encubierto (es decir, spots), cuyo uso es indicio de inclinación a rehuir la dificultad y cuyo abuso puede degenerar en un manierismo.

Pero todo lo demás es en Cosas que nunca te dije magnífico, sobre todo si se tiene en cuenta que estamos antes una aprendiza de sí misma, que comienza a abrir camino a una imaginación viva y generadora de vida.

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