Renacimiento guerrero
Si hay unos superhéroes animados de concepción extraña, ésos son las Tortugas Ninja. La idea de unir los términos tortuga, adolescente, ninja, salvapatrias, artista del renacimiento y pizza daría para un concurso de creatividad (extravagante), pero en 1984 Kevin Eastman y Peter Laird crearon un cómic bautizado como Las Tortugas Ninja, que pronto se convirtió en un éxito entre el área más independiente de las historietas. Dos décadas después, y aunque no se haya leído el cómic ni visto un episodio de televisión o adaptación cinematográfica alguna, el extraño concepto es de común conocimiento, y de ello puede beneficiarse entre la nueva prole esta tardía entrega, Tortugas Ninja Jóvenes Mutantes, que llega 16 y 17 años después de las dos únicas traslaciones cinematográficas.
TORTUGAS NINJA JÓVENES MUTANTES
Dirección: Kevin Munroe. Intérpretes:
Chris Evans, Sarah Michelle Gellar, Kevin Smith, Laurence Fishburne (voces).
Género: animación/acción. EE UU, Hong Kong, 2007. Duración: 87 minutos.
Comparada con aquéllas, el empaque en tres dimensiones de la nueva producción es infinitamente mejor, así como la calidad del dibujo, de la concepción de las secuencias de acción, de los fondos y del montaje. Kevin Munroe, el director, se beneficia del amplio presupuesto otorgado por los hermanos Weinstein, que, al cargo de su nueva compañía tras abandonar Miramax, pretenden seguir la senda que les llevó al éxito en su anterior empresa: cine basura para el gran público, que les proporcione grandes éxitos, y productos de calidad de dudosa comercialidad, financiados con los excedentes de los primeros.
Más allá de lo formal, la película se ocupa del reagrupamiento del clan después de haber acabado con Shredder, su viejo archienemigo. La trama incluye parlamentos presuntamente elaborados sobre la fidelidad de la sangre, la necesidad del apoyo mutuo y la malevolencia de los nuevos tiempos, así como infinidad de escenas de lucha que nada aportan al cine de acción ni, faltaría más, a las relaciones paternofiliales. Cine de usar y tirar. Particularmente insoportable para los que busquen calidad. Ojalá los Weinstein se forren y el dinero les dé para crear excelentes productos de la segunda de sus especialidades.
Babelia
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