Fassbender, el secreto mejor guardado de 'X-men'
Su interpretación de Magneto lanza la carrera del actor
"Michael Fassbender es el nuevo Bond". Así lo afirma Matthew Vaughn, director de X-men: primera generación, sin importarle que el actor nacido en Alemania con sangre irlandesa y porte británico encarne bajo sus órdenes a un joven Magneto en la película sobre el origen de La Patrulla X. Vaughn conoce el carisma de un buen Bond: por algo trabajó con Daniel Craig antes de que le cayera 007. "Tengo suerte y soy perseverante", afirma el intérprete de 34 años, a la vez que se golpea el pecho entre modesto y luchador.
Por ahora Craig no tiene de qué temer pero es un buen momento para ser Fassbender. Hasta Hunger (2007), de Steve McQueen -filme inédito en España-, era un perfecto desconocido que había hecho todo tipo de trabajos y al que confundían con algún pariente perdido del realizador alemán Rainer W. Fassbinder. Sin embargo, en los últimos cinco años ha pasado de nuevo descubrimiento del cine indie a amigo de Quentin Tarantino (era el del bigote a lo Errol Flynn en Malditos bastardos), a aparecer en Centurión y Fish tank, y a formar parte del Hollywood de verano con el papel más sabroso de los X-men. Una carrera muy estilo Viggo Mortensen, poco conocido hasta que entró en el El señor de los anillos. El siguiente trabajo de Fassbender será Prometheus, la secuela / precuela de Alien de la que nadie quiere hablar y que le ha puesto bajo las órdenes de Ridley Scott. "No es que no te quiera contar. Es que me cortan la cabeza. El rodaje es una clase maestra, Scott es una leyenda y voy a formar parte de esa leyenda".
El británico no esconde que su primera pasión fue la música, pero ese talento nunca acompañó a este hijo de un chef alemán y de madre irlandesa. "No sobresalía en nada. Soy lento leyendo, me gusta la arquitectura aunque fracasé en los exámenes técnicos y pensé en ser corresponsal de guerra". La oportunidad llegó con Hunger y su encarnación del preso del IRA Bobby Sands durante la huelga de hambre de 1981. Y de ahí a Hollywood. "Pillé el momento adecuado porque tal y como está la industria es un acto de fe contratar a un desconocido para un papel protagonista". Por muchas flores que le eche ahora, Matthew Vaughn tuvo sus dudas y sometió a Fassbender a una prueba de rodaje. "Lo que mejor funciona es ir lo más relajado posible. Y saber respirar", aconseja. Fichado.
Fassbender sigue fiel al realizador británico Steve McQueen, y repetirá con él en Shame. "Cambió mi vida con Hunger y por Steve estoy dispuesto a hacer lo que sea. Es un genio". Ahora sufre en sus carnes la fama y la persecución de los paparazis porque sale con la hija de Lenny Kravitz y Lisa Bonet, Zoe Kravitz, compañera de reparto en X-men. "No me acosan tanto. Yo no cuento con ese tipo de admiración. Eso lo dejo para Brad Pitt o Robert Pattinson. Por suerte los que me buscan son los grandes realizadores y con eso me doy por más que satisfecho".
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