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Es lo que hay

Mercè Ibarz

Un nuevo mantra, una expresión insidiosa, hasta para votar.

Una de las expresiones del momento. Insidiosa. Sirve para un barrido, para un fregado, para pilatear como Pilatos y hasta para hacer pilates o liberar corazas interiores y encontrarse a sí mismo, escucharse, aceptarse, etcétera. Para calmar la mente y sobre todo ser paciente con los signos múltiples del caos, la crisis y el copón bendito, cual reverso de la rabia que engendra el coraje. Es lo que hay.

1. Lo dice tanta gente, de preferencia joven, como desarmante signo de madurez. Se refieren ¿al paro?, ¿a las familias que no pueden dar un paso sin contraer más deuda?, ¿a los libros más vendidos en Sant Jordi?, ¿a los recortes de sanidad, de la enseñanza?, ¿al fútbol?, ¿a los precios que siguen subiendo?, ¿a los sueldos miserables que siguen bajando?, ¿al trabajo sin horario? Es lo que hay. Imagino el porqué y ustedes también. Las frases hechas son indicativas, ya saben. En poco tiempo, o quizás mucho, no sé, todo va muy de prisa, hemos pasado del "pues a va ser que no...", que minuto sí y minuto también oíamos por todas partes, con retintín lelo o con pura y dura mala sangre, a esta resignación y este cinismo de ahora: "Es lo que hay". Venga, pongamos un caso.

Al cabo, migrantes lo somos todos: de un género o de otro, de un lugar o de otro, de una política o de otra. Votemos o no.

2. Parece que 9.670 migrantes extracomunitarios van a poder votar en Cataluña en las municipales de este mes. Representan el 0,1% de la ciudadanía con derecho a voto. Es la primera vez que van a poder votar, aquí como en el conjunto de España, y lo harán, si lo hacen, tras salvar un montón de pegas. Provenir de países con acuerdos de reciprocidad de voto y, sobre todo, acreditar un mínimo de residencia legal de cinco años. En Cataluña 70.700 cumplirían estas condiciones, pero la desinformación, la imperial burocracia y un tiempo irrisorio para recorrer con éxito la carrera de obstáculos y por fin censarse, todo junto ha hecho que sólo puedan votar 9.670. Es lo que hay.

3. El proceso se inició en diciembre. Ya se sabe que dar la culpa a la burocracia es cosa de mangantes y vagos, o sea que mejor miramos el asunto más de cerca, a ver qué. Resulta que los cinco años de residencia legal habían y han de ser cinco añitos continuados, pero la mayoría de los migrantes suelen quedarse sin papeles al perder sus trabajos y hasta el paro. Pocos tienen esa continuidad. Es lo que hay.

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4. Otros migrantes no tienen permiso de residencia porque lo están renovando según las normas de la Ley de Extranjería. Para censarse, se exigía un certificado de residencia que tardaría en expedirse tanto o más que el plazo para apuntarse al censo. Es lo que hay.

5. La burocracia decidió ampliar 10 días el plazo ante las quejas de colectivos de migrantes y de organizaciones diversas. Redujo las exigencias. Pero para entonces muchos ya habían perdido las ganas y pasaron de inscribirse en el censo. Es lo que hay.

6. Entre los colectivos que podrían votar por provenir de la Unión Europea o de países latinoamericanos con convenios de reciprocidad, estamos hablando de un millón y medio de nuevos votantes en toda España. Que no lo serán. Es lo que hay.

7. Barcelona tiene bastantes más habitantes que en las municipales de 2007 pero un censo electoral menor que entonces. Más habitantes porque tiene más migrantes pero estos carecen de derecho al voto. Es lo que hay.

8. Hay migrantes especiales. No todos están sin papeles, sin trabajo, en el paro o sin él. Ya está bien de dar lástima. Miro titulares de prensa tras uno de los partidos del gran clásico, esa cosa del fútbol que todo el mundo sabe qué es. Un migrante de lujo vestido de blanco afirma que no le gusta jugar como lo está haciendo pero no tiene más remedio, así lo manda el jefe. Es lo que hay, alega.

9 y 10. Les invito a terminar este decálogo con ejemplos del nuevo mantra de su propia cosecha y observación. Al cabo, migrantes lo somos todos: de un género o de otro, de un lugar o de otro, de una política o de otra. Votemos o no.

Mercè Ibarz es escritora.

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