Perseguidos más allá de la tumba
Arrancados unos carteles de las fosas de víctimas del franquismo. Ni el Consistorio ni el cementerio asumen la consigna de arrancar las señales
Una nueva palada de olvido cayó ayer sobre los cadáveres de las víctimas del franquismo enterrados hace siete décadas en las fosas comunes del Cementerio General de Valencia. Nadie asumió ayer la orden, pero los operarios del camposanto fueron arrancando los carteles colocados poco antes por el Fòrum de la Memòria del País Valencià para indicar, para recordar, dónde están enterradas miles de personas ignoradas durante 40 años por la dictadura franquista y otros 30 de una Transición que no ha supuesto ninguna reparación para su recuerdo.
El Fòrum de la Memòria intentó ayer hacer visible "con carteles y flores" la situación en la que se encuentran los restos de las víctimas en el mayor cementerio de Valencia, hacer visible "la realidad que allí se esconde y que tanto es negada con la censura, tergiversación y manipulación". Y qué mejor, debieron pensar, que hacerlo el día de Todos los Santos, la jornada en la que el camposanto valenciano recibe a miles y miles de visitantes que rinden homenaje a sus familiares y amigos fallecidos. Un día en el que los caminos y veredas del cementerio parecen más una estación de metro en hora punta que un lugar de recogimiento para rememorar a seres queridos.
"Si no me lo ordenan de qué voy a quitarlos", afirmó un operario
"Es perpetuar la victoria", se quejó un miembro del Fòrum
Y en eso estaba ayer por la mañana una comitiva de apenas un centenar de personas del Fòrum de la Memòria, convirtiendo unos sencillos folios pegados con cinta aislante en las lápidas que nunca honraron a aquellas víctimas. Tumbas de papel que fueron arrancadas en menos de una hora.A las once de la mañana arrancó otra comitiva, esta oficial: la del Ayuntamiento de Valencia, en la que los concejales recorrían el camposanto para honrar a personajes ilustres de la ciudad. Mientras, varios operarios del camposanto, enfundados en monos grises, empezaron a arrancar los carteles. "Son órdenes", dijeron. Ante el reproche de los miembros del Fòrum, consultaron con sus jefes y pararon hasta que los defensores de la Memòria pasaran a otra zona del cementerio. Un responsable de la contrata del cementerio aseguró que no se había dado ninguna consigna.
Incluso hubo un momento en el que la procesión oficial se topó con los carteles del Fòrum, y allí quedó patente que se volvió a dar la orden de arrancarlos. La policía local colaboraba. "Están haciendo fotos", denunció un agente cuando los operarios procedían a quitar unos folios que seguro que a la intemperie hubieran aguantado menos que las flores ofrendadas en el día grande del cementerio. Y un responsable del cementerio, cámara en mano, prohibió a los periodistas hacer fotografías en el recinto: "Son las normas del cementerio, están puestas a la entrada, hay que pedir permiso para hacer fotos". Sin embargo, él sí que las hacía al paso de la comitiva oficial. Preguntado, aseguró: "Claro que hago fotos, yo soy de la casa".
Por su parte, la concejal delegada de Cementerios, Lourdes Bernal, aseguró que no sabía nada de carteles y que ella no había dado ninguna orden al respecto. Y luego envió a un portavoz para asegurar que nadie impartió la consigna de arrancarlos sino que fueron los propios trabajadores del cementerio los que lo hicieron motu proprio. "Son los propios operarios los que actúan si ven que se hace algo que no es correcto". Pero los trabajadores aseguran que les han enviado. "¿Qué van a decir? Es lo que siempre dicen, que reciben órdenes", contestó el enviado de Bernal. Afirmación que luego indignó a algún operario: "Si no me lo ordenan de qué voy a quitarlos".
Sin que nadie asumiera la responsabilidad de hacer desaparecer los carteles, estos, y las flores que los acompañaban, se esfumaron al poco rato, volviendo a sumir en el olvido a las miles de víctimas. Sin esos papeles, los visitantes del camposanto no podían saber que allí abajo hay otros muertos con una historia aún más triste. "Es perpetuar la victoria", denunció Albert Pitarch, miembro del Fòrum.
Los carteles eran sencillos. A eso de las once de la mañana un par de docenas de folios y algunas flores rojas informaban de que 200 víctimas estaban bajo un triángulo de césped en la Sección Cuarta Izquierda del Cementerio. Más difícil de ubicar era el siguiente paso de la procesión: era una parcela de 5.763 metros cuadrados de la Sección Quinta Izquierda, pero en este caso, varios bloques con miles de nichos se levantaron sobre los huesos de los enterrados. "No sabía que aquí hubiera una fosa común", exclamó una mujer que iba a visitar el nicho de un familiar. Y eso es lo que pretendía con su acto el Fòrum, informar a los ciudadanos de lo que Pitarch calificó del "horror" que se oculta bajo la tierra del cementerio.
De ese mismo destino se libraron hace un par de años gracias a una denuncia del Fòrum las personas enterradas en otra fosa de 9.569 metros en la Sección Séptima Derecha. Fosa sobre la que el Consistorio pretendió construir nuevos bloques de nichos.
En total, el Fòrum asegura que, bien fuera por represalia directa ("fusilados, apalizados, ahogados...") o por las duras condiciones que impuso el régimen del general golpista Francisco Franco a los vencidos de la Guerra Civil, condiciones especialmente graves para ancianos y niños, tiene constancia de que se arrojaron a seis fosas comunes que suman 41.020 metros los cuerpos de al menos 23.661 personas.
La cifra no cuadra con la de otros investigadores. Así, el doctor en Historia Vicent Gabarda, autor de una exhaustiva investigación sobre la represión en territorio valenciano entre 1938 y 1956, cifra la masacre en 6.087 muertes en total.
Por otra parte, alrededor de 300 personas participaron ayer en el cementerio de Paterna en el homenaje a los 2.238 republicanos fusilados en ese lugar tras la Guerra Civil, y reclamaron un Memorial en el que figuren los nombres de todas las víctimas. La candidata socialista al Congreso por Valencia Inmaculada Rodríguez-Piñero, que participó en el acto convocado por el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, se comprometió a trabajar para hacer realidad el memorial.
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