_
_
_
_
SERIES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Colin de cuentas’: tener un hijo, atropellar a un perro, escribir una serie

Es una serie bruta, divertida e intenta parecer de Nora Ephron. Pero no es Nora Ephron. Es lo que tienen los buenos referentes: funcionan como horizonte, pero, como tal, uno nunca los alcanza, y más le vale no vivir solo de ellos.

Una imagen de 'Colin de cuentas'.
Una imagen de 'Colin de cuentas'.Movistar+
Paloma Rando

Muchos son los llamados, pocos los elegidos. En los últimos años hemos visto un buen puñado de series y películas aspirantes a ocupar el trono de la comedia romántica que Nora Ephron dejó vacante con su involuntario mutis de la vida, en 2012. Quién, en el género, no iba a preguntarse, a la manera de Billy Wilder con Lubitsch: ¿Cómo lo haría Nora?

La última postulante en llegar a nuestras teles es Colin de cuentas, producción australiana de 2022, cuyos dos primeros capítulos ya se pueden ver en Movistar+. Una comedia creada por los guionistas y actores Patrick Brammall y Harriet Dryer, pareja fuera de la pantalla, y protagonistas de esta ficción, que parte de un detonante descabellado. Si en Catastrophe sus protagonistas se veían unidos por un embarazo imprevisto, en Colin de cuentas el pegamento es un adorable perro –cuánto han hecho los canes por las parejas audiovisuales desde La cena de los acusados–. Un perro que él atropella tras distraerse porque ella decide espontáneamente enseñarle un pezón —una variante de La raja de tu falda, de Estopa, hecha premisa narrativa—. Las referencias a Ephron son incluso explícitas en esta serie. Él cita Cuando Harry encontró a Sally y ella piensa que está hablando de dos amigos suyos.

Colin de cuentas es bruta, divertida e intenta parecer de Nora Ephron. Pero no es Nora Ephron. Es lo que tienen los buenos referentes: funcionan como horizonte, pero, como tal, uno nunca los alcanza, y más le vale no vivir solo de ellos.

Cada vez vemos más series escritas por parejas sentimentales. En el club de Dryer y Brammall también están los Sherman Palladino, los King o los Javis, por nombrar otros ejemplos, una coyuntura que retrató con gracia Episodes. A mí, como tantas otras, me habría gustado verla contada por Nora Ephron.

Puedes seguir EL PAÍS Televisión en X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Paloma Rando
Redactora, columnista y guionista de televisión. Empezó a trabajar en el medio en 2006, en el departamento de vestuario de diferentes series, y dio el salto a guion en 2012. Su último trabajo emitido es 'Señoras del (h)AMPA'. Ha desarrollado series para Alea Media, Shine Iberia, Secuoya, Zeta studios y Suma content, entre otras productoras.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_