El caso Figo y la locura de los Targaryen
El documental de Netflix malgasta 105 minutos en dirimir una controversia que Jorgelina Cardoso, esposa de Ángel Di María, zanjó en una frase: “Tú trabajas en una empresa y te vienen de la competencia pagándote el doble... ¿no te vas?”
Cuentan en Juego de tronos que “locura y grandeza no son más que dos caras de la misma moneda y cada vez que nacía un Targaryen, los dioses tiraban la moneda al aire y el mundo entero contenía el aliento para ver de qué lado caía”. Sentencia que lo mismo define a los herederos de la Casa del Dragón que a los presidentes de los clubes españoles, una anomalía en el fútbol mundial por su exceso de protagonismo, como señala Roberto Carlos en El caso Figo.
Muestra de ello es que el documental de Netflix bien podría llamarse El Caso Florentino en honor al verdadero demiurgo de una polémica tan ruidosa como prosaica. Aunque tanto su tráiler como su inicio insinúan revelaciones que cambiarán nuestra percepción sobre un fichaje disruptivo, la conclusión es predecible: todo se limitó al dinero, eso que Figo llama “cariño” y otros, como Casemiro, “nuevos retos”.
El caso Figo malgasta sus ciento cinco minutos en sobreanalizar lo que Jorgelina Cardoso, esposa de Di María, sintetizó en una frase con la que justificó que este cambiase Madrid por Manchester: “Tú trabajas en una empresa y te vienen de la competencia pagándote el doble... ¿no te vas?”. Sería interesante plantear esa pregunta a la horda que acudió a insultar al portugués en su retorno al Camp Nou, saber qué contestaría el tipo que lanzó al césped una cabeza de cerdo que ya es historia de la infamia futbolera.
Tampoco vislumbro en este parto de los montes las deslumbrantes capacidades negociadoras que se le atribuyen a Florentino. Ateniéndonos a lo narrado, su magia se limitó a disponer de unos medios económicos que parecían infinitos —presiento que el rastreo de los dineros que financian estos fichajes multimillonarios daría lugar a un documental mucho más atractivo— y le permitieron cuadriplicar el sueldo del jugador y agasajar a su agente con la mayor comisión jamás firmada. El “noble y bélico adalid, caballero del honor” dio el pistoletazo de salida al comisionismo salvaje, una de las grandes lacras del fútbol moderno, y rompió el mercado pagando cifras desproporcionadas. Un modelo que hoy los clubes estado han vuelto en contra de Florentino, es lo que pasa cuando ser un hábil negociador se limita a tener el dragón más grande.
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