¿Merece la pena ver ‘La casa de papel: Corea’? Diferencias y semejanzas con la serie original
Mismos personajes, diferente contexto: comparamos el primer capítulo de la versión coreana y del gran éxito internacional español
Netflix estrenó este viernes La casa de papel: Corea. Es la primera versión internacional del gran éxito global español que nació en Antena 3 y que Netflix propulsó por todo el mundo: las dos últimas tandas de capítulos son las dos temporadas más vistas en Netflix de una serie de habla no inglesa a excepción de El juego del calamar. Pero, ¿merece la pena seguir la nueva versión si ya se ha visto la original? ¿Qué cambia y qué mantiene? Hemos visto el primer capítulo de la producción coreana y revisionado el piloto de la española para encontrar sus parecidos y diferencias. Ojo, este artículo destripa el primer capítulo de La casa de papel: Corea:
Semejanzas
Trama y duración
El primer episodio de la serie coreana dura 78 minutos; el de la versión original duró 80 minutos (la duración es menor en el nuevo montaje que se hizo para la emisión internacional de la serie en Netflix). Los siguientes tienen, en ambos casos, una duración que ronda los 70 minutos. La asiática respeta las líneas maestras argumentales de la española, al menos en su arranque. La trama sigue el desarrollo de un plan perfecto diseñado por un hombre que se hace llamar el Profesor. Recluta a varias personas con pasado criminal y diferentes habilidades para dar un golpe: en la versión coreana, en la Casa de la Moneda de la Corea Unificada; en la española, la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre.
En un retiro de cinco meses (la finca de Toledo se convierte ahora en una piscina abandonada), les detalla el plan, se reparten nombres de ciudades para que no conozcan sus identidades, y estudian cada paso. El día en cuestión coincide con una visita escolar que incluye a la hija de un diplomático (en la versión coreana, del embajador de EE UU; en la española, del Reino Unido). El objetivo no es robar el dinero del edificio, sino imprimir sus propios billetes, de forma que no se roba a nadie y se podrá cumplir otro gran objetivo de los ladrones: contar con el favor de la opinión pública. Fuera, la policía trata de frenar el golpe poniendo al frente a una inspectora que negociará, vía telefónica, con el Profesor.
Personajes
Tokio, Berlín, Nairobi, Denver, Río, Moscú, Helsinki, Oslo, el Profesor… Los nombres y las personalidades de los miembros de la banda son idénticos, pero hay ligeros matices. La Tokio coreana (la actriz Jeon Jong-seo) es una joven militar procedente de Corea del Norte que toda su vida ha consumido productos culturales de Corea del Sur y sale de Pyongyang rumbo a Seúl. Allí las cosas no le irán como soñaba y se convertirá en una víctima del capitalismo. Trabaja en un club de acompañantes hasta que, un día, tras ver la paliza que han dado a una compañera, mata a dos hombres. Las dos mujeres se convierten en ladronas de prestamistas. En un golpe, la amiga muere y ella pasa a ser objetivo de la policía. Cuando el Profesor la encuentra, está a punto de suicidarse. De la Tokio que interpretaba Úrsula Corberó, en el primer capítulo solo supimos que se dedicaba a robar con su novio hasta que un atraco salió mal, él murió y ella mató a quien le había matado, y así se convirtió en una fugitiva, pero todo esto solo se nos narra, no lo vemos hasta mucho más adelante.
El Denver coreano, Kim Ji-hoon, parece querer imitar la particular risa con la que Jaime Lorente diferenció al personaje. Y Denver y Berlín tienen un punto mayor de locura en sus versiones españolas gracias a las interpretaciones de Lorente y Pedro Alonso (el Berlín coreano es Park Hae-soo, Cho Sang-woo en El juego del calamar). Arturito es igual de deleznable en las dos versiones. Y la policía Seon Woojin (interpretada por Yunjin Kim, Sun en Perdidos) tiene un carácter parecido al de Raquel Murillo (Itziar Ituño), aunque su exmarido es político, y no un policía al que denunció por malos tratos, como en la versión original. Eso sí, el Profesor mantiene sus gafas.
Punto de vista y voz en off
Las dos series comienzan poniendo el foco en Tokio y será su voz la que guíe al espectador. Esa narración fuera de pantalla tiene más presencia en la versión española que en la coreana, con lo que la adaptación elimina sobreexplicaciones de la original. También la asiática dedica más minutos a situar el personaje de Tokio y contar su pasado, al tiempo que expone el contexto histórico, político y socioeconómico en el que transcurre. De esta forma, la trama tarda menos en arrancar en la versión española: en el minuto 3, Tokio ya ha conocido al Profesor; en la coreana tendrá que esperar al minuto 11.
Diferencias
Ambientación sociopolítica
El contexto en el que se desarrolla la historia tiene más relevancia en la serie coreana que en la española, que dio más presencia al descontento político y social según avanzaba la trama. La nueva versión apuesta por la distopía y comienza su acción en el año 2025 para saltar pronto un año hacia delante, con lo que la trama se desarrollará en 2026. En 2025, y tras dos años de cumbre entre las dos Coreas y Estados Unidos, se pone fin a la guerra entre ambas y se crea una comunidad económica y una moneda única. Ensayan su cooperación con una Zona Económica Conjunta (ZEC), situada en la antigua Zona de Seguridad Conjunta. Ahí es donde se establece la Casa de la Moneda de la Corea Unificada. La nueva situación desembocará en un gran flujo migratorio del norte al sur y, con el tiempo, aumenta el descontento social y acentúa la brecha social: los ricos son más ricos aún y los pobres, más pobres.
Policías del Norte, policías del Sur
Esa ficticia situación política tiene su reflejo en la relación entre los grupos policiales que se encargan de la crisis. Las Coreas crean un equipo con la misma cantidad de personal del norte y del sur. La jefa surcoreana será una experta en negociar, mientras que el responsable norcoreano apuesta por entrar a la fuerza. “Verá cómo un país que respeta los derechos humanos lidia con estas situaciones”, le dice ella a él. Los agentes tienen prisa por resolver el asunto porque se acerca una cumbre económica crucial para el futuro de la unión. En la original también existe tensión entre agentes policiales, pero el motivo del choque entre Raquel Murillo y el coronel Prieto es personal en lugar de político.
Más humor y sexo en la española
Las diferencias en el tono de la serie no solo se definen por el contexto histórico y político, también por el carácter y la cultura de cada país. El primer capítulo de la española está bien cargado de ese humor negro, casi tarantiniano, que fue una de sus señas de identidad, con Berlín, Denver y Nairobi como abanderados. La coreana apuesta por un tono más oscuro, muy marcado en los primeros 10 minutos, con luces de neón, lluvia y violencia, y una Tokio que no está para bromas. También llama la atención la ausencia de escenas sexuales en la coreana en contraposición a las varias que contiene la original: Tokio y Río, Alison Parker y un compañero...
Relaciones personales
Uno de los puntos fuertes de la serie española fue la combinación de acción y emoción a través de las relaciones entre personajes. El primer episodio de cada versión es muy diferente en este aspecto. Mientras que en la española hay varios momentos que recogen conversaciones entre personajes sobre asuntos personales y en los que se alude a los vínculos entre ellos, la coreana se centra más en la trama, quizá para recuperar los 10 minutos extra que dedica al pasado de Tokio.
Estética y música
Otra de las señas de identidad de La casa de papel es su apuesta estética. El rojo de los monos se mantiene. También la careta de los atracadores, aunque la española estaba inspirada en Dalí y la coreana remite a las máscaras Hahoetal, de su cultura tradicional. El gris predominante en el decorado también sigue, si bien la serie asiática acentúa los contrastes en la iluminación y los colores, y potencia los focos de luz natural y artificial y los destellos horizontales en la oscuridad. La serie cuida mucho su música, que también tiene mucha presencia en la versión coreana, pero la española subraya más con la música las escenas de acción y las emociones de los personajes.
Origen de la relación entre el Profesor y la policía
Mientras que Raquel Murillo conoce al Profesor en una cafetería cuando el golpe ya está en marcha, justo al final del capítulo, en la versión coreana su relación viene de atrás. Cuando su homólogo norcoreano decide entrar por la fuerza en el edificio, ella se retira a cenar. Al otro lado de la barra de la cafetería está el Profesor, con quien lleva dos meses quedando ocasionalmente. En la española, Raquel Murillo y el Profesor son clientes de la cafetería y se conocen cuando él le ofrece su móvil para hacer unas llamadas.
El guiño de la coreana a la española
Café Bella Ciao
Para terminar, y ya que hablamos del cambio en los orígenes de la relación entre el Profesor y la policía a cargo de la operación, hacia el final del primer capítulo de la versión coreana la cámara muestra brevemente la puerta del local que regenta el Profesor y donde tiene su base de operaciones el cerebro del golpe: Café Bella Ciao.
Conclusión: ¿merece la pena verla?
Juzgando solo el primer capítulo es complicado dictar sentencia. Se nota el esfuerzo por incluir novedades, sobre todo en lo que respecta a la ambientación política, socioeconómica y cultural. La serie será recomendable para aquellos seguidores de la original que quieran jugar a buscar las diferencias y descubrir si toman caminos diferentes en algún momento del recorrido. ¿Eso es suficiente para verla, teniendo en cuenta la enorme oferta de historias originales que tenemos a nuestro alcance hoy en día? Esa decisión depende de cada uno. Eso sí, para quienes no vieron la española, nada como acudir a la original.
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