_
_
_
_
_
COLUMNA
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Zelenski, el cómico que iba en serio

No engatusó a las masas atontadas por la tele. Al contrario: los ucranios entendieron bien que era un tipo valiente y de ley

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en una declaración institucional.Vídeo: EPV
Sergio del Molino

Cuando Zelenski ganó las elecciones, me sumé desde esta columna al cacareo global. Qué risa: un cómico que había interpretado a un presidente en la tele se convertía en el presidente auténtico. La realidad y la ficción, la confusión de la persona y el personaje, ya saben, esas cosas que dan tanto juego en una columna y resumen de un golpe la banalidad de los tiempos que vivimos. Zelenski aparecía entonces a los ojos del mundo en el último sótano de la degradación de la política. No sé qué será de él cuando se publiquen estas líneas. Unas horas antes de eso, mientras las escribo, Zelenski ejerce como presidente heroico, pidiendo al extranjero una ayuda que sabe que no llegará y negando las ofertas de Francia y de otros países para que se exilie.

Zelenski ganó con el 73% de los votos, uniendo a un país roto y ya entonces parcialmente invadido. Desde el mismo día de su toma de posesión trabajó a fondo por consolidar la democracia, a la sombra de Maidan, y aunque se lo han puesto imposible y la oposición le ha tumbado muchas medidas para combatir la corrupción y modificar el sistema electoral, no ha dejado de plantear reformas y de involucrar en su proyecto a representantes de toda la sociedad ucrania.

No había frivolidad ni idiotez en su elección. Zelenski no engatusó a las masas atontadas por la tele. Al contrario: los ucranios entendieron bien, porque llevaban años escuchándole, que era un tipo valiente y de ley. Su arte satírico revelaba un conocimiento profundo del país que desembocó en un compromiso trágico. Muy pocos cómicos tienen la oportunidad que él está sufriendo de demostrar que van en serio. Tal vez esto no importe nada en la hora de los tanques y las bombas, pero importará mucho en el futuro, si nos dejan contarlo.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_