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Columna
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‘Nadia’, el submundo mafioso de Moscú

La producción rusa narra en los 16 capítulos cortos de su primera temporada las andanzas de una asesina a sueldo muy particular

Una imagen de 'Nadia'. En vídeo, tráiler de la serie.
Ángel S. Harguindey

Cada vez está más clara la importancia de las series de ficción para comprender la actualidad mundial. Series como la estupenda Seduciendo a un asesino (HBO Max) permiten constatar el grado de autocrítica de una sociedad desarrollada, en este caso, la británica, al comprobar, y denunciar, las artimañas policiales para resolver en falso unos crímenes. La autocrítica, generalmente ignorada, mide correctamente el grado de madurez social y, sobre todo, la honestidad de sus dirigentes.

Nadia (AMC), una producción rusa sobre el submundo mafioso moscovita, ilustra una atmósfera sórdida de la Rusia de un sórdido presidente, Vladímir Putin, director que lo fue del KGB. En los 16 capítulos cortos de su primera temporada narra las andanzas de una asesina a sueldo maniatada a las órdenes de un sindicato del crimen que la liberó en su juventud de la prisión por el asesinato de quienes mataron a sus padres. Lleva una doble vida: ama de casa, esposa ejemplar y madre de una adolescente rebelde, es decir, lo cotidiano, e implacable asesina.

Un Moscú siniestro en unos tiempos en los que aún resuenan los asesinatos de Anna Politkóvskaya y Alexander Litvinenko, sin olvidarnos de la miniserie de la BBC Muerte en Salisbury sobre los asesinatos de Serguéi y Yulia Skripal, además del control del aparato judicial —caso de Mijaíl Jodorkovski, por ejemplo— y de los medios de comunicación que ejerce un presidente al que no le tiembla la mano para eliminar oponentes. Si el poder es autoritario, incluso brutal, difícil es reclamar moderación y tolerancia a la ciudadanía.

Dirigida por Elena Hazanova y con Victoria Isakova como protagonista, ya se anuncia una segunda temporada sobre las correrías de una Nadia más inmisericorde y solitaria que nunca.

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