‘Invencible’ no es su típica serie de superhéroes (o sí)
La serie animada de Prime Video es la historia clásica de superhéroes pero con una evolución y giros pocas veces vistos
Adolescente descubre que tiene poderes. Se enfunda en un traje de licra y se lanza a salvar el mundo. Ahora tiene que intentar ligar sin que la chica que le gusta se entere de su doble vida, y tratar de compaginar su doble identidad con los estudios y la vida privada. Hasta aquí la típica historia de origen del superhéroe. La hemos visto muchas veces. Por ese concepto tan simple vuelve ahora a navegar Invencible, la serie animada de Amazon Prime que adapta el cómic homónimo, pero, debajo de esa capa de convención, hay gato encerrado. Al final de su primer episodio todo va a cambiar. La serie se convierte pronto en un viaje apasionante en el que todo puede pasar. Como se dice ahora: te va a explotar la cabeza.
Todo se remonta a Spider-man. Durante los primeros años, Peter Parker, creado por Stan Lee y Steve Ditko, evolucionaba constantemente. Le pica una araña, muere su tío, aprende a usar nuevos poderes, deja el instituto, rompe con su primera novia, empieza la universidad, conoce a su vecina, su mayor enemigo descubre su identidad y mata a su novia… Quería ser una versión más humana del superhéroe. Con los años, sin embargo, estos cambios se ralentizaron y se hicieron cada vez más imperceptibles. Si un guionista convertía por fin a Parker en profesor, el siguiente lo quitaba para volver a la base. Si la Tía May moría, otro lo resucitaba. Y si Parker llevaba demasiados años casado, se inventarían una estrategia demoníaca para hacer como si eso no hubiera pasado. Marvel tenía un status quo que mantener con su personaje más famoso. Cuanto más popular era en todos los medios, más conservadores se volvían.
Cuando este invencible Mark Grayson nació en viñetas en 2003 fue presentado como un supertipo clásico, que además era hijo de otro superhéroe. La idea de Robert Kirkman, creador también de The Walking Dead, era precisamente escribir su propio Spider-man, pero que su relato tuviera consecuencias imposibles de borrar. El guionista sabía que la historia clásica del superhéroe en apuros es algo que todavía tiene mucho por decir, pero esta vez el protagonista, los secundarios y también los villanos verían su vida cambiar al tiempo que Kirkman maduraba y formaba su propia familia en la vida real. Todo superpoder conlleva una gran faena. A lo largo de 144 números, el status quo ha cambiado casi constantemente en cada tomo recopilatorio. Todo estaba siempre en juego y se abrían caminos nuevos y sorprendentes. Iba a subtrama nueva abierta por capítulo, y ahora por episodio televisivo.
Recomendar Invencible es un arma de doble filo, porque son las sorpresas y los giros argumentales lo que hacen especial la serie. Es una de esas en las que saber poco mejora la experiencia, que se va introduciendo en las vísceras tras una presentación optimista y vitalista. Y, sin embargo, no evita ser una clásica historia de superhéroes. Esta no es una de esas versiones oscuras y sin licra que quiera dárselas de adulto. Es adulta porque los personajes se enfrentan a sentimientos de cambio, decisiones y madurez propios de los adultos. Kirkman conoce lo que hace a los superhéroes lo que son, con todas las dudas y complicaciones propias del viaje del héroe clásico. Y en este juego introspectivo enfrenta al medio (el relato clásico de superhéroe) con el mensaje (contrario al cambio). Algo que, al ser menos habitual en televisión (por su falta de madurez en el género), se vuelve más rompedor. La forma dice una cosa, y la narrativa otra. La forma es clásica y casi anticuada, pero el fondo es moderno, salvaje y lleno de giros.
Este doble rostro no se limita a lo argumental, también traspasa la estética. Su animación, que cuesta
apreciar por su acartonamiento e imperfección, es la mejor heredera de las series de dibujos de los noventa que alegraban nuestros sábados por la mañana. Invencible también tiene su propio Kingpin del crimen, enfrentamientos mutantes, dimensiones paralelas, viajes alienígenas, androides superinteligentes, agencias gubernamentales secretas y su grupo de superhéroes con poderes llamativos. Y, sin embargo, no es una serie para niños. Saldrían escandalizados. Más bien apela a ese público que entonces, imberbe y no arrastrado por una complicada continuidad, descubría por primera vez a Spider-man o la Patrulla X. Invencible replantea su nostalgia, y encima la vuelve apasionante, divertida y contemporánea. Ese tipo de dibujo puede parecer marchito, si bien en este caso es parte de su más relevante decisión editorial.
Invencible es signo de los tiempos y nace gracias a la educación audiovisual colectiva sobre el género de las capas. Es una serie que solo puede tener éxito porque los superhéroes, y sus tópicos, están asentados en la consciencia. El espectador entiende códigos y acepta su nivel de verosimilitud. Y tomando esos esquemas preconcebidos, rompe, construye escenas de acción gigantes y hasta emociona. Porque, como cualquier buen conflicto de gente poderosa, lo que de verdad mueve a Mark Grayson y su complicada familia no es derrotar al villano que por enésima vez busca conquistar el mundo, sino hallar la humanidad en sus acciones y tratar de no romper lazos afectivos en su odisea y aprendizaje. La faena de la madurez. Para llegar a esa humanidad, tiene un papel importante uno de los mejores repartos de la televisión: Steven Yeun, J.K. Simmons, Sandra Oh, Zazie Beetz, Gillian Jacobs, Walton Goggins, Zachary Quinto, Mark Hamill, Mahershala Ali...
Ese clasicismo también tiene otras referencias contemporáneas claras. Invencible en televisión es inequívocamente heredera de The Boys (también la produce Seth Rogen), pero a la primera le gusta de verdad el género más exagerado y colorista de los supertipos. Aunque, como en la sangrienta serie de Garth Ennis, utilice giros y vueltas de tuerca a veces se hacen con cabeza y otras simplemente para mantener enganchado al público con golpes de efectos de esos que mueven las series y se convierten en la comidilla de las redes sociales.
Incluso si fuera todo lo que aparenta, Invencible sería una serie digna y entretenida. Pero por suerte Invencible es mucho más de lo que parece al ver su tráiler.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.