El sueño de Europa estaba en un plató de Canal Sur
El ‘talent show’ ‘Tierra de talento’ convierte a Taoufik Amencor, marroquí interno en un CETI de Ceuta, en promesa de la canción flamenca
Comienza su primera actuación en Tierra de talento, el talent show que triunfa en horario de máxima audiencia en el fin de semana de Canal Sur. Taoufik Amencor, de 22 años, viene de Córdoba. No desvelan muchos datos más. Canta Ley de vida, de Nani Cortés, con una voz herida, genuinamente flamenca. De repente, el joven se emociona y se ve obligado a parar unos segundos, para retomar la actuación. Y aquí es donde comienza el sueño, cuando empieza a cantar en su idioma natural, dariya, el árabe dialectal más hablado de Marruecos.
El veterano cantaor José Mercé, máximo exponente del flamenco gitano de Jerez, es miembro del jurado del programa y el primero en conmoverse: “Tienes una voz preciosa, muy flamenca. Podrías cantar por soleá, por seguiriyas, lo que te dé la gana”, le asegura el artista en el turno de valoración de los jueces, que lo votan por unanimidad y abren, sin saberlo, la puerta de Europa a este inmigrante que entró en España de manera irregular y pasó su primer año interno en un CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de la ciudad autónoma de Ceuta.
Amencor, que gracias a su participación en Tierra de talento se ha convertido en un fenómeno mediático en Andalucía y, sobre todo, en su país natal, nació en 1998 en uno de los barrios más humildes de Tetuán, “con mucha droga y delincuencia, pocos logran salir de allí”, como dice a los redactores del programa. A los 19 años se planta ante su destino y consigue entrar en Ceuta. En la ciudad autónoma comenzó con muy pocas opciones: cantar en la calle y dormir en la playa, acompañado de una tienda de campaña y una guitarra.
El CETI llegó después, donde estuvo interno siete meses y consiguió un permiso para poder trabajar. El relato de la vida de Taoufik Amencor es el de muchos jóvenes marroquíes que sueñan con “labrarse un futuro en Europa”, explica como si aprenderse esta frase hecha y gastada fuese el pasaporte para conseguirlo. Este periplo tuvo parada en una hamburguesería ceutí que le ofreció su primer trabajo, un piso compartido, regreso al CETI y, por medio de su abogada allí, un billete de autobús para Navarra, donde estuvo un mes “buscando trabajo y aprendiendo español”.
Ahora vive en Córdoba, la ciudad en la que reside su novia, a la que conoció a través de una red social y con la que convive desde hace un año. Ha sido la primera en darle un vuelco a su vida. “Ha sido una locura, pero una locura bonita”, explica ella. Se llama Cristina, es auxiliar administrativa en una oficina de ayuda a personas mayores y el motor que ha arrancado la maquinaria de despegue de Taoufik Amencor en la canción.
Actualmente, el joven marroquí se ha situado en la semifinal de Tierra de talento, un programa que, defiende su productor y presentador, Manu Sánchez, “va a ser siempre un reflejo de lo que es Andalucía: una tierra de acogida, de mestizaje y de riqueza cultural”. Ha versionado en dariya temas de María Jiménez, y no deja de sorprender al jurado y al público. Lo que canta en español lo ha aprendido fonéticamente, pero eso no ha sido un obstáculo para que Mercé lo haya definido como un cantante “de un eco divino”. No ve a sus padres desde que le fueron a visitar a Ceuta para despedirse de él antes de su viaje a Navarra, en junio de 2019. Ahora tienen el consuelo de verlo en las portadas de los periódicos de su país. “La mitad de Marruecos ha visto el programa: mi madre solo con verme aparecer en el escenario comenzó a llorar y ya no paró”, explica Taoufik.
En este sueño de Europa con renglones torcidos, hay detalles que aún no le despegan los pies del suelo: sigue a la espera de obtener la tarjeta comunitaria para poder buscar trabajo. Mientras, su madre le ha mandado ropa para las próximas actuaciones, pero se la han retenido en la aduana. “Mi sueño no es solo la música, es traerme a mis padres a España”, confiesa.
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