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La misteriosa frecuencia que bloqueó los mandos de los coches de una ciudad de Ohio

Un dispositivo fabricado por un vecino emitía señales que inhibían las enviadas por las llaves inalámbricas de vehículos y garajes

Isabel Rubio
En Virginia Avenue dejaron de funcionar durante tres semanas los mandos de coches y garajes.
En Virginia Avenue dejaron de funcionar durante tres semanas los mandos de coches y garajes.Google Maps.

Hace unas tres semanas en una ciudad de Ohio (EE UU) dejaron de funcionar de forma misteriosa los mandos de múltiples coches y garajes. De la noche a la mañana, varios habitantes de North Olmsted no podían abrir las puertas de sus vehículos y cocheras. Pero al alejarse de la zona, el mando volvía a funcionar. Expertos en reparación de puertas de garajes, entusiastas de la electrónica y trabajadores de diferentes compañías se acercaron allí para intentar averiguar qué ocurría. Después de varios días de investigaciones, ya han resuelto el misterio: un dispositivo casero fabricado por un vecino emitía una frecuencia que inhibía las señales de múltiples mandos de la zona, según informa el periódico The New York Times.

Esta extraña situación empezó a finales de abril en esta ciudad en las afueras de Cleveland de aproximadamente 32.000 habitantes. Varios funcionarios comenzaron entonces a recibir llamadas de más de una docena de afectados que les informaban de los problemas con los mandos inalámbricos de sus vehículos, según ha explicado al mismo medio Donald Glauner, director de seguridad y servicios de la ciudad.

Corinne Branchick es una de las vecinas afectadas, tal y como ha contado al portal de Ohio Cleveland.com. Intentó cerrar la puerta de su coche hace tres semanas con el mando. Pero no funcionó. "Pensé que era mi batería, así que compré una nueva, aunque eso no me ayudó", ha afirmado. Poco después, se dio cuenta de que el mando sí funcionaba cuando iba a trabajar o a cualquier otro lugar. Preguntó a los vecinos de su calle si habían experimentado también problemas. Y descubrió que no estaba sola. A diez residentes en Virginia Avenue les había ocurrido lo mismo. Otros afectados vivía en las calles próximas Brendan Lane y MacBeth Lane y en la cercana ciudad Farview Park.

Pero el fallo no afectaba a todos los mandos de los residentes. Así lo comprobó Chris Branchick, que acudía de vez en cuando a la ciudad para visitar a sus padres. Cuando utilizaba su vehículo, un GMC, el mando no abría la puerta del automóvil. Pero cuando iba en el Nissan de su novia, no había ningún problema, según ha relatado a The New York Times.

Hicieron multitud de investigaciones e incluso llegaron a pensar que el problema procedía del Centro de Investigación Glenn de la NASA o del Aeropuerto Internacional de Cleveland Hopkins

La policía de North Olmsted, las autoridades e incluso los expertos en radiofrecuencia estaban desconcertados ante la situación. Varias personas acudieron con medidores a la zona para tratar de resolver el misterio. Todas coincidían en que alguna señal estaba interfiriendo en la frecuencia de la que dependían muchos mandos. Pero nadie era capaz de averiguar de dónde provenía esa extraña señal. Hicieron multitud de investigaciones e incluso llegaron a pensar que el problema procedía del Centro de Investigación Glenn de la NASA o del Aeropuerto Internacional de Cleveland Hopkins. El centro de investigación está a unas cuatro millas de distancia —unos 6 kilómetros— mientras que el aeropuerto está a unas cinco millas de distancia —cerca de 8 kilómetros—.

Incluso varias compañías se unieron a la búsqueda de respuestas. Empresarios de la empresa de telecomunicaciones AT&T y la compañía eléctrica local Illuminating Company enviaron inspectores a la zona. "Comenzaron apagando la alimentación en los lugares donde detectaron la lectura más fuerte para las frecuencias de radio interferentes", explicó Chris Eck, un portavoz de la compañía a The New York Times. Pero incluso después de desconectar la alimentación en un bloque completo, la frecuencia persistió.

Finalmente, descubrieron qué ocurría tras ir puerta por puerta en búsqueda de señales extrañas. Entre los aficionados que se acercaron a la zona a investigar, estaba Dan Dalessandro, un reparador de televisores. Según ha explicado al mismo medio, al principio solo recogió “pequeñas señales”, pero en una zona y en una casa en particular, la señal era extraordinariamente alta.

Chris Glassburn, concejal de la ciudad, anunció el pasado sábado por la tarde que el problema se había resuelto. Detrás del misterio, estaba el dispositivo casero que había inventado un vecino para comunicarle que había alguien en la planta de arriba de su casa mientras él trabajaba en el sótano. Este aparato emitía constantemente una señal de 315 megahercios que inhibía las señales emitidas por los mandos a distancia de los coches y garajes.

"No hubo una intención maliciosa detrás del dispositivo", dijo Glassburn en un comunicado que recoge el mismo medio. Tanto el inventor del aparato como el resto de personas que vivían en la misma casa no tenían ni idea de que estaban causando estragos en el vecindario hasta que Glassburn y un voluntario con experiencia en radiofrecuencias llamaron a la puerta. Cuando se retiró la batería del dispositivo, la señal se detuvo. El artífice del mismo, cuya identidad no ha sido desvelada, se ha comprometido a no volver a hacer más aparatos de este tipo en el futuro. Y los vecinos de North Olmsted ya pueden abrir y cerrar las puertas de sus coches y garajes con sus mandos a distancia.

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Sobre la firma

Isabel Rubio
Es colaboradora de las secciones de Tecnología, Ciencia y Salud de EL PAÍS. Además de seguir de cerca a Apple, Samsung y otros gigantes, prueba dispositivos y analiza el impacto de los avances tecnológicos en la sociedad. También verifica contenidos científicos en la fundación Maldita.es.

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