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VIRUELA DEL MONO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una emergencia con novedades importantes

Aunque la nueva variante de mpox es más agresiva que las anteriores, el virus no tiene la capacidad terrorífica de trasmitirse por el aire

Muestras para la prueba de la viruela del mono
Muestras para la prueba de la viruela del mono.Foto: Dado Ruvic (REUTERS)
Javier Sampedro

Entre las cosas que la pandemia de covid ha cambiado en el mundo, una de las más importantes es que las autoridades sanitarias han percibido con claridad –o al menos con más claridad que antes— que un virus emergente puede matar a 15 millones de personas y poner el planeta patas arriba, y que por tanto resulta vital mantener unos sistemas de vigilancia que dirijan sus antenas a las situaciones de mayor riesgo. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de África (los CDC africanos, coloquialmente) han cumplido correctamente esa función con el nuevo brote de mpox que ha surgido en República Democrática del Congo y se ha extendido por los países vecinos. Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido respaldar esa acción declarando una emergencia de salud pública internacional.

No estamos ante una amenaza de pandemia como la que pasamos hace unos años. Ese tipo de fenómenos suelen estar causados por virus respiratorios como la gripe, la gripe aviar, el SARS o la covid, donde un pasajero que estornude en el metro puede contagiar a medio vagón. El mpox, antes llamado viruela del mono, o monkeypox, solo se contagia por un contacto muy estrecho con la piel o los fluidos de una persona infectada. Aunque la nueva variante de mpox es más agresiva que las anteriores, que se conocen desde mediados del siglo pasado, el virus no tiene la capacidad terrorífica de trasmitirse por el aire. Tomar medidas para detener su propagación es mucho más fácil que con un virus respiratorio.

Pero hay que tomarlas, porque hay vidas en riesgo y porque nunca es una buena idea dejar que un virus peligroso circule a sus anchas por las poblaciones humanas, dándole así más oportunidades de que mute hacia algo peor y mejor adaptado al ser humano. El doctor Tedros, secretario general de la OMS, ha explicado que la nueva variante de mpox se ha propagado con rapidez por el este de la República Democrática del Congo y se ha detectado por primera vez en países limítrofes. Es obvio que puede propagarse por aún más países africanos, y no sería la primera vez que llegara a España y otros países occidentales. Y Tedros tiene toda la razón en reclamar una respuesta internacional coordinada para detener un brote que no le interesa a nadie, ni dentro ni fuera de África.

Un punto clave son las vacunas, otra lección que hemos aprendido todos durante la pandemia de covid. Esta vez las vacunas ya existen, y países como España las tienen en stock desde la anterior crisis del mpox de 2022/2023. Aunque el virus ha sufrido alguna variación, como muestra el aumento de su agresividad, es muy probable que las vacunas sigan sirviendo contra él. Pero no son los países occidentales, sino los africanos, los que más necesitan ahora esas vacunas, y Tedros lleva ya días haciendo campaña entre los fabricantes para que agilicen su producción. La declaración de emergencia internacional facilitará algunos trámites, pero hará falta colaboración internacional para que las dosis lleguen a los países que han declarado casos.

Los CDC africanos han funcionado. La OMS también. Ahora es el turno de los gobiernos occidentales.

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