España prepara la compra de miles de vacunas contra la viruela tradicional para hacer frente al brote del virus del mono
El fármaco sería administrado a los contactos de los casos positivos. No existe ninguna vacuna específica aprobada en Europa contra la viruela del mono
El Ministerio de Sanidad prepara los trámites para comprar miles de dosis de una vacuna aprobada frente a la viruela tradicional que también es útil para frenar la transmisión del virus de la viruela del mono, frente al que en Europa no hay ningún suero específico aprobado, según han confirmado a EL PAÍS fuentes sanitarias. Esta vacuna no está pensada para ser administrada a la población general, sino solo a los contactos de los casos confirmados, en una estrategia llamada de “anillos” que ya fue utilizada con éxito para erradicar la viruela en 1977. Esta estrategia sería la usada para contener el actual brote, del que por ahora en España hay siete casos confirmados y 29 sospechosos en la Comunidad de Madrid y otro posible en Gran Canaria.
Aunque mejorada, sería el retorno en España de una vacuna que hasta 1980 recibieron varias generaciones de españoles para poner fin a una enfermedad mucho más grave que la viruela del mono y que tenía un elevado coste en vidas y secuelas. Tiene el nombre de Imvanex y es fabricada por el laboratorio danés Bavarian Nordic. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés) la autorizó en 2013 frente a la viruela tradicional, por lo que “su uso en España se haría fuera de indicación, aunque existe suficiente evidencia sobre su seguridad y efectividad debido a que se trata de dos virus del mismo género”, los orthopoxvirus, explican estas fuentes. En Estados Unidos la vacuna se comercializa bajo la marca Jynneos y sí está autorizada frente a ambos. De hecho, la mayor parte de la evidencia disponible surgió al hacer ensayos clínicos en los que se tomó como referencia el virus de la viruela del mono al no estar disponible el de la tradicional.
Un portavoz del Sanidad, sin entrar en más detalles, ha indicado que “a través de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, se están valorando y analizando distintas opciones terapéuticas en función de su viabilidad y efectividad, tales como antivirales y vacunas”.
“Es una vacuna basada en un tipo atenuado de un virus relacionado con el de la viruela. Es muy segura y se puede administrar también a personas inmunocomprometidas, además de tener menos efectos secundarios que las vacunas tradicionales frente a la viruela”, explica Carlos Maluquer, profesor de virología molecular de la Universidad de Surrey (Reino Unido).
España sigue la senda del Reino Unido, que está empezando a almacenar miles de dosis y a ofrecerlas a los contactos estrechos de los casos positivos. Este país ha confirmado por ahora nueve infectados y es, junto a Portugal (cinco casos) y España, uno de los tres que en Europa se han visto afectados por el actual brote de la enfermedad, el mayor registrado nunca en el continente. El Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) ha recomendado en un comunicado publicado este jueves que “si los países disponen de vacunas frente a la viruela [tradicional], deberían considerar la vacunación de los contactos de alto riesgo”.
Las mismas gestiones se están realizando para adquirir un antiviral llamado Tecovirimat, efectivo contra varios tipos de viruela. Existe una segunda vacuna contra la viruela tradicional llamada ACAM2000, fabricada por Sanofi, pero esta no cuenta con la autorización de la EMA (sí de la FDA en Estados Unidos).
La directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Elena Andradas, avanzó este miércoles a EL PAÍS que su departamento se había puesto en contacto con Sanidad para contemplar la compra de vacunas y antivirales ante el incremento de casos en la región. “Hay que buscar la manera de realizar una compra rápida porque es una herramienta muy valiosa para frenar el brote”, afirmó.
Carlos Maluquer considera que el uso de la vacuna puede ser muy útil en las circunstancias actuales. “Es muy poco probable que el virus de la viruela del mono provoque una epidemia, porque necesita un contacto bastante estrecho entre dos personas para transmitirse y sus brotes suelen ser autolimitados. Pero estamos viendo una situación sin precedentes en la que el virus se está propagando por una vía que no es la habitual, como son las relaciones homosexuales entre hombres. Parece que ha circulado sin ser detectado durante varias semanas y hay cadenas de contagio que no han sido identificadas hasta ahora. En esta situación, la vacuna puede ser muy útil para un rápido control del brote”, explica.
La vacuna Imvanex evita que los contactos de las personas infectadas puedan contraer el virus. “Protege a aquellos que tienen una relación estrecha con un caso confirmado y, según los estudios, también es útil para aquellas personas que ya han estado expuestas”, afirma Antoni Trilla, jefe de servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínic (Barcelona). Las investigaciones publicadas muestran que el suero es capaz de evitar el desarrollo de la enfermedad si es administrado en los cuatro primeros días tras entrar en contacto con el virus, mientras logra que los síntomas sean más leves si lo hace entre el quinto y el duodécimo día.
Sobre la estrategia para contener el brote, Trilla explica que es bien conocida por los expertos en salud pública. “Es la que permitió erradicar la viruela. El primer paso es identificar un caso, aislarlo y ponerlo en tratamiento. El segundo, rastrear e identificar a sus contactos para vacunarles y vigilar que no desarrollen síntomas. Y así, en forma de anillos alrededor de los positivos, hasta que se consigue acabar con todas las cadenas de transmisión”, ilustra.
Los expertos recuerdan que la población española nacida antes de 1980 ya cuenta con cierta inmunidad frente a la viruela del mono porque fueron vacunados en su día en las campañas para acabar con la viruela tradicional. La inmunidad obtenida entonces dura muchos años. Los más jóvenes, sin embargo, no gozan de esta protección porque al ser erradicada la enfermedad la vacuna dejó de administrarse, lo que ahora les hace más vulnerables. Pese a ello, la viruela del mono suele tener casi siempre una buena evolución en personas sanas, aunque los síntomas pueden ser muy molestos durante dos o tres semanas y, como todas las dolencias, no está libre del riesgo de complicaciones. Según la información ofrecida por la Comunidad de Madrid, los primeros 23 casos sospechosos tienen entre 25 y 63 años, con una media de edad en torno a los 35.
Carlos Maluquer sostiene que la tardanza en detectar que el virus de la viruela del mono estaba circulando se debe a que prácticamente ningún médico ha visto la enfermedad: “No esperaban encontrarse con este virus, especialmente los que trabajan en las clínicas de salud sexual, que es donde deben haber acudido la mayoría de los pacientes afectados. Seguramente ha estado circulando durante tres o cuatro semanas y los médicos pensaron al ver las erupciones en la piel que se trataba de otra cosa, como un herpes. Esto ha retrasado el primer diagnóstico y explica que, tras la alerta, ahora se estén descubriendo bastantes casos de golpe. Lo previsible es que estos sigan creciendo durante algunos días, pero que luego logre frenarse el brote”.
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