Médicos de EE UU reconstruyen el rostro de un afectado por una extraña infección

Hace dos años una extraña infección por hongos llamada mucormicosis invadió el rostro de Mark Tatum, un vecino de la localidad de Louisville (Estado de Kentucky). Los médicos no tuvieron otra opción que extirparle ojos, nariz, mejillas, dientes y el labio superior para salvar su vida. De otra manera la infección hubiera llegado a su cerebro con consecuencias letales. Pero las sucesivas operaciones terminaron por dejar a Tatum, de 45 años, ciego, sin habla y con un aspecto fantasmagórico. Hoy, tras 11 arriesgadas intervenciones quirúrgicas, los médicos han proporcionado a Tatum un nuevo rostro, según informa la cadena CNN en su edición digital.

"Al comienzo no pensamos que fuese a sobrevivir. El pronóstico era extremadamente grave", ha dicho el doctor Wayne K. Stadelmann, uno de los cirujanos plásticos que han llevado el inusual caso de Mark Tatum en el hospital universitario de Louisville.

Una compleja reconstrucción

La piel y el tejido de una de las piernas de Tatum fueron usadas por el equipo médico de Kentucky para reconstruir su boca y así permitir al enfermo recuperar el habla y volver a comer con normalidad.

El siguiente paso consistió en extirpar un hueso de su pierna e insertarlo en el rostro artificial. Como prolongación del hueso se añadió un puente de titanio para sujetar la prótesis que, según su creador, Zafrulla Khan, es el trabajo más exhaustivo que ha realizado en toda su carrera médica.

Ahora Tatum tiene que llevar gafas de sol para esconder sus nuevos ojos, simplemente dibujados sobre la careta que, en su opinión, le valdrá para volver a llevar una vida normal en público.

Una larga recuperación

Pero tanto él como su familia tienen por delante un largo y dificil camino que recorrer. La recuperación de Tatum no ha sido sencilla. Durante el largo proceso, ha sufrido varias recaídas. Como consecuencia de una de ellas, la parte derecha de su cuerpo quedó parcialmente paralizada. Eso le hace seguir tomando 15 pastillas al día que no le hacen perder el humor: " Mírenme ahora, quizás no sea guapo pero estoy a un paso de serlo".

Además, los seguros médicos sólo le cubren una parte pequeña de los gastos que su enfermedad le ocasiona. Muchos de los dólares que el tratamiento médico exige son costeados por sus allegados.

Tatum recuerda los peores momentos de su infección, y es entonces cuando se agarra a dos motivos para seguir adelante: el amor de su mujer Nancy y el sueño recurrente de poder ayudar a su nieta Leah en la vida.