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Mapa sentimental de A Coruña con sorpresas, direcciones ocultas y templos de diseño La artista Berta Salinas lleva tres años viviendo en la urbe gallega. Esboza un mapa sentimental lleno de sorpresas, de direcciones ocultas a templos de diseño. Berta Salinas. Soy artista y directora de arte. Nací en Madrid en 1982, estudié Bellas Artes y Cine, y hace tres años me mudé aquí por trabajo, aunque mi historia con esta ciudad es más antigua. Aunque parezca sorprendente disfruto de su clima algo melancólico y tormentoso. Me he acostumbrado a su tamaño, al mar que la rodea y a su color, gris azulado. Siempre pienso que se podría patentar este tono, el Gris Coruña, que es una mezcla entre el cielo, el mar y sus edificios. Es una ciudad manejable, de naturaleza indómita pero calmada, por eso mi vida aquí se compone de sencillas costumbres. Este es mi mapa personal, con los lugares que más me representan. D. R. Gabinete de curiosidades. Siento un profundo respeto por este lugar y su dueño Cosme. Viene de una familia de anticuarios y restauradores. En 1966 su madre abrió La Galería y dice que tiene espíritu de anticuario, aunque ahora esté especializado en el siglo XX. En Cosme & Son se puede encontrar desde un plato de Eduardo Arroyo o una foto de Picasso comiendo percebes en A Coruña hasta las piezas antiguas de Sargadelos más bonitas (Rúa Emilia Pardo Bazán, 4). D. R. Nuevos horizontes. Solo la gente de A Coruña sabe de la Tita Rivera O Portiño y en este local quien más quien menos ha visto algún que otro atardecer o amanecer. Ahora acaba de reabrir sus puertas totalmente renovado y con un espíritu distinto: situado a las afueras de la ciudad, en un enclave excepcional con vistas a la playa, busca convertirse en un punto de encuentro basado en la sostenibilidad, la concienciación con el medioambiente y la regeneración de la zona y de la playa del Portiño (Lugar Puerto de San Pedro, 2). D. R. Arte para leer. Tengo especial cariño a esta librería que me descubrió mi mejor amiga hace años. Formatos abrió en 1994, centrándose en arquitectura y urbanismo. Aunque ahora ha derivado en una librería más generalista, se puede encontrar en ella una enorme variedad de libros de diseño, fotografía, cine y arte contemporáneo. Está en una zona tranquila, no lejos del centro, en un local de los años cincuenta, en la que para mí es una de las calles más bonitas de A Coruña (Rúa Santiago Rey Fernández Latorre, 5). D. R. En directo. El Jazz Filloa está en una calle muy estrechita, lleva abierto 40 años y es de los primeros locales de jazz que se inauguraron en España. Hay actuaciones en directo entre semana y para mí es el sitio perfecto para acabar la noche. Tiene alma de garito, se respira un respeto profundo por la música, la noche, la soledad de la barra, el silencio y las conversaciones en voz baja. Es un sitio muy muy pequeño, como una gruta, como una cueva. Un Miles Davis enorme preside el lugar, todo está cubierto de carteles, millones de fotos, portadas... Es oscuro, pero acogedor, y en el centro hay un escenario minúsculo, iluminado, con un piano. Diría que me recuerda a la peli de Los Commitments, a Alta fidelidad y a Bukowski (Rúa Orzán, 31). D. R. Comer cocodrilos. La carta de A Troula puede parecer pequeña, hay exactamente cinco cosas y en concreto una especialidad: los cocodrilos, y son imprescindibles. Este pincho consiste en un filete muy finito de ternera con patatas encima. Es un negocio familiar, con ese saber hacer que solo tienen los negocios de toda la vida (Rúa Barrera, 24). D. R. Un rincón especial. La plaza de Azcárraga está en la Ciudad Vieja, el barrio medieval. Es una zona silenciosa, por donde es maravilloso pasear, y está llena de recovecos, antiguas residencias nobles y placitas. Lo que más me sorprende de esta plaza son sus árboles, plátanos y magnolios, y lo que te hacen sentir. Además, hay varias terracitas para tomar algo, a la vuelta de la esquina está la casa de Rosalía de Castro y muy cerca los jardines de San Carlos, desde donde se ve el mar. Cordon Press Con un sello personal. Pronto me di cuenta de que detrás de la Galería Vilaseco hay un profundo compromiso y entusiasmo por la difusión de la cultura en general y de la creación gallega en particular. Su propósito es abrir diálogos entre las artes plásticas y las decorativas abordando el arte contemporáneo desde otros ámbitos, como la artesanía, la arquitectura y el diseño. Es una galería con personalidad propia y estilo ecléctico. Todavía recuerdo el primer día que fui y me enseñaron su archivo, obra por obra (Rúa Padre Feijoo, 5). D. R. Concepto sin concepto. El restaurante 55 pasos está en el casco antiguo, y para llegar a él hay que subir exactamente 55 escalones desde la plaza de María Pita. Detrás de este proyecto están Nataly y Balazs. Ella coruñesa, él húngaro; ella en la sala, él en la cocina. El primer día que vas Nataly te cuenta la historia: es un concepto sin concepto. No hay reglas, cambia constantemente porque la base de la comida es el producto de mercado, y la selección de vino es de pequeños productores. Cuando vas sientes que se adaptan de alguna manera a ti, llega a ser como una experiencia casi personalizada. Es un lugar chiquitito y exquisito, en el que más vale reservar con tiempo (Rúa Nosa Señora do Rosario, 9). D. R.