No solo de turismo vive el Mediterráneo: el mar sirve de inspiración en la creación de nuevas firmas
El estío español es capaz de atraer al turismo global, pero también de servir de hilo conductor a la creación de varias marcas Made in Spain.
Viajar, evadirse, el sencillo placer de no hacer nada… Esta imagen evocadora –capaz de motivar durante todo un invierno– inspira el auge de firmas que perfilan las raíces de su idiosincrasia en el periodo más hedonista del año. Una épica que ayuda a la hora de contar historias; también para diferenciarse y conectar con el consumidor. Quizá por nuestro clima, la narrativa funciona muy bien en España, concretamente en enseñas Made in Spain.
Bohodot
Detrás de la firma de bañadores y biquinis Bohodot se esconden madre e hija: Peke de Fortuny, que se encarga del diseño, y Cristina Torras, responsable de las ventas y el marketing. «Pensamos que nos podíamos complementar muy bien y así ha sido. Nos hemos ido encontrando dificultades por el camino, pero las superamos juntas. Al final es crucial saber que tienes al lado a la persona más importante de tu vida, que nunca te va a fallar», cuentan. Buscando simbiosis entre la experiencia de De Fortuny –que trabajó para marcas como TCN – y la ilusión de Torras, empezaron a vender en 2012, de una manera casi espontánea: «La primera colección fue muy pequeñita y solo la compraron amigas y familiares. Pero lo que hacíamos empezó a gustar, así que fuimos invirtiendo todo lo que ingresábamos, para apostar por el proyecto». Por aquel entonces Torras aún estaba en la universidad, cursando Administración de Empresas. «La carrera me ha ayudado a calcular costes, a entender a cuánto vender o qué margen de beneficio necesitamos», dice. Su precio ajustado es un factor clave para hacer frente a la competencia. «Al ser un negocio familiar nos esforzamos mucho en ello. Prestamos atención a cada gasto e intentamos reducirlo». A lo que no renuncian, pilar de su enseña, es a la producción local. «Desde el principio apostamos por pequeños talleres de Barcelona y alrededores». Una decisión que permite mayor control, tanto del proceso de producción, como de las condiciones de trabajo de sus proveedores.
Empezamos vendiendo solo a amigas.
La inspiración se la regala el Mediterráneo: «Somos una marca de baño nacida en Barcelona y aquí el mar forma parte de nuestra vida. Es una idea que se refleja constantemente en nuestras creaciones en forma de colores, tejidos y campañas, que cuentan historias acerca del mar». ¿Su altavoz? Instagram. «Creamos un vínculo con nuestras clientas. Ellas nos envían fotos con los bañadores para que las compartamos, así que son las protagonistas de nuestra cuenta, nadie mejor para dar a conocer el producto». Ya venden en Austria, Egipto, Suiza o Líbano. Ahora es momento de dar un paso más: acaban de abrir su primer punto de venta físico en Barcelona (Laforja, 126). Y concluyen: «La clienta lo pedía. Quiere probarse, ver y tocar».
Mau Loa
En hawaiano, Mau Loa quiere decir ‘para siempre’. «La palabra nos evoca un lazo de amistad con nuestras clientas. Nos gustó su forma, su sonido, su significado y su carácter estival», explica María de la Orden, la madrileña artífice de esta marca. Sus propuestas, que gritan verano, incorporan a sus diseños artesanías de varios rincones del globo. «Solo se descubren cosas recorriendo el mundo y hablando con otros. Un viaje siempre inspira». Caftanes confeccionados con algodón mexicano, bolsos a partir de fibras de cactus, tejidos hechos a mano en Marruecos o cinturones de Cuzco. El proyecto nació, por casualidad, precisamente a raíz de una escapada a Perú. «Fue iniciático y revelador. La decisión de empezar –impulsiva e inconsciente– la tomé con 20 años, con una formación casi autodidacta». Suplió cualquier carencia formal con trabajo duro e intuición y hasta hace un año lo compaginó con su empleo en WSN Devéloppement, compañía responsable de la organización de la prestigiosa feria francesa Who’s Next.
Un viaje siempre inspira.
Quizá por ello De la Orden se mueve con soltura en las principales ferias del sector, que le han servido para abrir puntos de venta en los mejores destinos. «Hemos tenido muy buena acogida para tratarse de una marca tan pequeña y tan joven». Miconos, Los Ángeles, Mallorca o Mónaco son solo algunas de las ciudades costeras a las que ya ha llegado. «En principio, poco tienen que ver una japonesa, una francesa o una americana, por citar tres procedencias, pero nos alegramos de que el nexo de unión sea su identidad exterior a través de la marca». Las barreras económicas condicionan, pero no limitan: «Inciden en el desarrollo de la enseña, pero no tenemos prisa. Ahora lo importante es consolidarse».
Verbena Madrid
El viaje es también el germen sobre el que se posiciona Verbena Madrid, una marca que rescata tradiciones artesanales de diversos puntos de España para dar forma a diademas, pendientes o bolsos. «Somos amantes de recorrer los rincones que esconde nuestro país. De visitar los pueblos más pequeños y de descubrir sus costumbres». Sus fundadoras, Cristina Criado y Carmen García, sintieron la necesidad de compartir ese conocimiento, «el valor de cada artesanía local».
Se busca el sello español.
Desde su taller en la capital diseñan sus colecciones. En sus rutas por el país rescatan el saber hacer de técnicas en desuso como el trenzado de la rafia con el que fabrican sus coronas. «La trabajamos en Canarias, donde aún quedan un par de personas que saben teñirla y bordarla». Cada pieza reclama, solo para el bordado, unas 12 horas de trabajo manual. Las coloridas cintas fruncidas que engalanan Viana do Bolo (Ourense) durante la fiesta del Entroido sirven de punto de partida para el diseño de sus bolsos. «Lo descubrimos en un documental y nos enamoró. Fuimos allí y nos acogieron con los brazos abiertos. Las mismas mujeres que realizan los trajes tradicionales confeccionan los bolsos a mano».
El resultado y la historia cautivan tanto dentro como fuera de nuestras fronteras: «Se busca el sello español. Tenemos muchas clientas internacionales que valoran cómo se hacen nuestras piezas. Además les encanta conocer cada detalle del proceso», cuentan Criado y García, que se conocieron en la universidad y acumulan años de experiencia en comunicación. Tratan de transmitir la importancia del detalle y del trabajo bien hecho. Las redes sociales y el alquiler, disponible para algunas piezas en su web, las acerca a un público mucho más amplio. «Y todas las que lo prueban, repiten».
Reset Priority
«Empecé porque me di cuenta de que en Europa faltaba una propuesta de bañadores modernos y con carácter. Era difícil encontrar productos de calidad y con un diseño actual, algo que en Australia y Estados Unidos ya funcionaba», recuerda Ester Milano, de Reset Priority. El oficio lo lleva en la sangre: su abuela confeccionaba tejidos en un pueblo al noroeste de Turín y su abuelo los vendía. Hasta las hermanas Fontana le dieron su validación. «Los cuentos de mi abuela de esa época son mis primeras referencias». Antes de formarse en diseño probó diversos campos: «Ahora sé que fueron experiencias esenciales para darme la base para todo lo que vino después». Vino una empresa propia, levantada sobre unos valores firmes: producción de cercanía, calidad y sostenibilidad. «Hemos ido incluyendo materiales reciclados según han ido estando disponibles. Nos gusta investigar e innovar en este sentido». No siempre es fácil. «Aún cuesta encontrar un tejido, una caída o unas propiedades concretas en versión reciclada».
El verano es más vibrante.
Al problema de la estacionalidad específico de su producto dio respuesta el año pasado con una colección de prendas de ropa que completaba la oferta. Faldas, blusas, monos o vestidos para la ciudad y, claro, para la playa, eje vertebral de su proceso creativo. «El verano es más vibrante y el Mediterráneo inspira. No solo su naturaleza, sino también sus tradiciones, su historia y su artesanía». Pero, aunque todo parece más fácil en los meses de calor, producir un sencillo biquini requiere técnica. «Es bastante más complicado de lo que pueda parecer. La maquinaria para realizarlos es muy específica y se necesitan varios modelos para confeccionar un sujetador completo con copas y aros». La experiencia va ayudando: «Cada día se aprende algo y ese conocimiento te permite mejorar. Aunque el camino es largo cuando se empieza de cero». Milano ya estudia su próximo salto, «mejoraremos el modelo de negocio; pronto espero poder entrar en una nueva etapa».
La Costa del Algodón
Isabel Pedemonte y Chipi Tornos empezaron confeccionando ropa de cama y ahora venden sus vestidos en Moda Operandi. «Éramos del mismo grupo de amigos. Isabel tenía una tienda especializada en labores en Oviedo y yo repartía el tiempo entre el cuidado de mis hijos y estudios de historia del arte por la UNED», cuenta Tornos. Entre ambos momentos han pasado más de 15 años y un sinfín de hitos que han llevado sus creaciones a Italia, Marruecos o Japón. También a Hollywood: las piezas de La Costa del Algodón han aparecido, por ejemplo, en La librería (Isabel Coixet) o en la serie de HBO Big Little Lies. «Supongo que la impronta de nuestra firma es la solidez de los diseños, la naturalidad de las materias primas y el respeto».
Hay una tendencia hacia lo sostenible.
Asturias forma parte de su identidad: «Es fuente de inspiración. El mar y la montaña en simbiosis». Su gran éxito es una bata que se lleva como vestido camisero, uniforme del estío cántabro. «Vemos cómo las mujeres las usan con una elegancia perseverante, son ellas las que deciden el momento y el lugar para lucirlas». Piezas que recuerdan a un camisón de otra época, decoradas con dibujos fascinantes. «Son pintados con mimo en gouache sobre papel por una artista que interpreta nuestras ideas. Luego se digitaliza para poder comenzar el proceso de estampación». Así se aseguran exclusividad y distinción. Ya están inmersas en las propuestas del próximo año, centradas en el París de los siglos XVII y XVIII. Porque en esta casa optan por un solo lanzamiento cada 12 meses; es su herramienta para enfrentarse a la voracidad del sistema y ratificar que otros modelos son posibles. «Responde a la dimensión artesanal de la firma. Es una connotación que pensamos ha dejado de ser nicho: hay una clara tendencia hacia la sostenibilidad», aseguran.
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