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“Habría muerto por el papel”: los ‘planes B’ de Hollywood que acabaron convirtiéndose en iconos de la cultura millennial Audrey Hepburn hacía vomitar al autor de <em>Desayuno con diamantes</em>, Britney Spears daba su vida por protagonizar <em>El diario de Noa</em> y la mismísima Gloria Steinem convenció a DiCaprio para rechazar <em>American Psycho</em>. Recopilamos algunos de los ‘segundos platos’ de casting más inesperadamente triunfales de la historia del cine. Emma Watson en La La Land - Un conflicto de agenda impidió a Watson optar a la estatuilla que ganó Emma Stone por su trabajo en el musical de Damien Chazelle. La británica, que se había comprometido a protagonizar la película junto a Miles Teller (sustituido después por Ryan Gosling), se vio obligada a retirarse para sumergirse de lleno en la preparación de la adaptación de La bella y la bestia de Disney. “Tenía que dar clases de hípica, de baile, de canto... y todo en Londres. No era una película en la que sencillamente puedas aterrizar”. Claire Danes en Titanic - Pocas actrices jóvenes han preferido volver a la vida académica en lugar de apostar por encadenar un nuevo taquillazo cinematográfico, pero Danes, que acababa de triunfar en las salas con Romeo + Julieta, apostó por continuar sus estudios de Psicología y desestimar la oferta de James Cameron de repetir con DiCaprio al bordo de Titanic. Danes dice no lamentar la cesión del papel de Rose a Kate Winslet, alegando que sentía terror por la fama desaforada que empezaba a vivir: “Yo no estaba lista. Creo que me iba a impulsar hacia algo para lo que no tenía los recursos de cómo lidiar con ello. Sabía que tenía que construir muchos cimientos primero”. Britney Spears en El diario de Noa - “Es lo mejor que he leído nunca. Ya tienen a alguien para el papel, pero habría muerto por él”. Así de sincera se mostraba la estrella del pop al contar en una entrevista su desazón por no haber conseguido hacerse con el papel protagonista de El diario de Noa, que acabó en manos de Rachel McAdams. A pesar de que era la mayor celebrity sobre la tierra hace dos décadas y que llegó a hacer audiciones junto a Ryan Gosling, los productores acabaron optando por un perfil menos mediático para protagonizar el melodrama romántico que hizo tirar de clínex a toda una generación. Leonardo DiCaprio en American Psycho - Fue nada menos que Gloria Steinem la culpable de que DiCaprio rechazara ponerse en la piel del mítico villano Patrick Bateman. Según contaron sus protagonistas en una historia oral sobre el rodaje, la legendaria activista feminista se llevó a un partido de béisbol de los New York Yankees al actor, que acababa de triunfar con Titanic, y le pidió que no hiciera una película en la que había violencia explícita contra las mujeres cuando tenía a “todas las adolescentes del mundo” atentas ante su próximo trabajo. Poco después, DiCaprio se bajó del proyecto y el papel fue a parar a las manos de Christian Bale. Ironías del destino, años después Steinem acabó casándose con el padre de Bale. Marilyn Monroe en Desayuno con diamantes - Ni siquiera el éxito cosechado en la cartelera internacional llegó a convencer al irascible Truman Capote, autor de la obra original, de que la elección de Audrey Hepburn para dar vida a Holly Golightly era la acertada para la película. “Me dieron ganas de vomitar” dijo sobre el trabajo de la actriz, tras escribir su novela con una sola estrella en mente: Marilyn Monroe. Pero tanto la representante de Monroe como el propio estudio rechazaron de plano que la ambición rubia interpretara a uno de los personajes seminales de la cultura pop contemporánea. Jennifer Lawrence en Gossip Girl - La ganadora del Oscar solo tenía 16 años cuando se presentó al casting para meterse en la piel de Serena Van der Woodsen, la pija más deseada del neoyorquino Upper East Side, que perdió en favor de Blake Lively. Lawrence era tan desconocida por aquel entonces que tuvieron que pasar varios años hasta que los productores se dieron cuenta de que habían desechado en la audición a una futura estrella de Hollywood. Rachel McAdams en El diablo viste de Prada - Hasta tres veces se negó McAdams a dar vida a Andy, la aprendiz de periodista que se convierte en la asesora de la implacable Miranda Prestly (Meryl Streep). En unas declaraciones recientes, la intérprete se arrepiente de no haber capitalizado su gran momento en la industria y haber rechazado también sagas como Misión Imposible o James Bond. Anne Hathaway, por su parte, fue tan insistente para lograr el papel que llegó a escribir ‘Contratadme’ en la arena del jardín zen de una de las principales ejecutivas de Fox. Angelina Jolie en Fuera de Onda (Clueless) - La cinta de culto protagonizada por Alicia Silverstone podría haber contado con otra célebre ‘it girl’ como icono. Además de presentarse a la audición otras futuras estrellas como Gwyneth Paltrow o Reese Witherspoon, la primera elección para dar vida a Cher fue una Angelina Jolie que, en palabras de la directora de casting, ya era “demasiado conocida” para lo que buscaban. Molly Ringwald en Pretty Woman - Este mito indiscutible de la edad de oro del cine adolescente gracias a películas como 16 velas, La chica de rosa y El club de los cinco, fue la principal candidata para interpretar a Vivian, la prostituta que finalmente acabaría en manos de Julia Roberts. “Julia estaba maravillosa en la película, pero no me gustó la historia. Incluso entonces, tenía la sensación de que había algo repulsivo en todo aquello”, ha declarado en The Guardian. Michelle Pfeiffer en Instinto Básico - Pese a ser una de las grandes femme fatales de la historia del séptimo arte, lo explícito del personaje de Catherine Tramell acabó siendo demasiado hasta para Pfeiffer. “No pude aceptarla por toda la desnudez y las escenas sexuales. Mi padre todavía estaba vivo y yo soy un poco mojigata. No estoy tan desinhibida con respecto a mi propio cuerpo”, confesó. No hace falta recordar que finalmente fue Sharon Stone la que hizo ese cruce de piernas para la eternidad. Matt Damon en Avatar - Probablemente sea la negativa más costosa de la historia del cine. Más de 250 millones de dólares perdió Matt Damon al rechazar el papel de Sully en la cinta de ciencia-ficción, una de las películas más taquilleras de la historia. James Cameron le había ofrecido el 10% de la taquilla como pago por sus servicios, pero Damon apostó por rodar una nueva entrega de la saga Bourne. “Se sigue martirizando por eso… Matt, supéralo”, le contestó con sorna el cineasta. Emilia Clarke en 50 Sombras de Grey - La actriz británica de Juego de Tronos fue uno de los principales nombres en la multitudinaria selección que trató de encontrar a los mejores candidatos para llevar a la pantalla este best-seller erótico. Sin embargo, Clarke declinó la invitación para evitar que el público la encasillara después de los desnudos que protagonizó en la serie de HBO y por los que dice estar “sexualizada y marcada de por vida”. Dakota Johnson fue la elegida para entrar en la habitación roja como Anastasia Steele. Sandra Bullock en Million Dollar Baby - “A un señoro sí le hicieron caso”. Isabel Coixet nunca ha ocultado su disgusto después de verse obligada a rechazar una película que acabó ganando hasta cuatro premios Oscar. El problema en cuestión aludía al nombre de Sandra Bullock, a quien la cineasta catalana no consideraba idónea para el papel de boxeadora. La directora sugirió su reemplazo por Hilary Swank, pero los productores solo aceptaron cuando lo propuso su sustituto tras la cámara, Clint Eastwood. Javier Gutiérrez en La casa de papel - Las gafas de doble puente que popularizó El Profesor interpretado por Álvaro Morte en la serie española de alcance global pudieron haber tenido otro dueño. Gutiérrez era el primer candidato para dar vida al líder de la banda de atracadores, pero renunció al trabajo para rodar otro éxito de nuestra industria, Campeones. “Mi compromiso con esta película estaba por encima del trabajo. Tengo un hijo con una discapacidad y esta peli tenía que hacerse sí o sí, independientemente de las críticas y la taquilla”, reveló en la revista ICON. Taylor Momsen en Hannah Montana - Más de 1200 aspirantes se presentaron a la multitudinaria audición para dar vida al personaje de Disney Channel que acabó disparando la carrera de Miley Cyrus. Además de otros nombres conocidos como las cantantes JoJo o la hispano-mexicana Belinda, la actriz de Gossip Girl y vocalista de la banda rock The Pretty Reckless, Taylor Momsen, fue una de las tres últimas candidatas para hacerse con el rol. John Travolta en Forrest Gump - Hay veces en la vida en las que el timing juega malas pasadas y Travolta es un experto en la materia. Tras estar defenestrado de la primera línea de Hollywood durante un par de décadas, a principios de los noventa el actor protagonizó una resurrección profesional que lo obligó a anteponer unos proyectos por encima de otros. Por ejemplo, Travolta tuvo que decir no al rol protagonista de Forrest Gump (que le daría un Oscar a Tom Hanks) para dedicarse por completo a otro personaje no menos recordado: el de Vincent Vega en Pulp Fiction. Al Pacino en Star Wars - El celebrado actor pudo haberse convertido en el contrabandista más chulo y gamberro de toda la galaxia pero Pacino, que estaba por entonces en la cresta de la ola tras el éxito de su Michael Corleone en El Padrino, decidió rechazar el proyecto al no entender “nada” del guion creado por George Lucas. Lejos de arrepentirse, Pacino reflexiona sobre su decisión con cierta altivez: “Yo le di una carrera a Harrison Ford”.