Gigi Hadid reniega de su (irreconocible) aspecto en la portada de ‘Vogue’

No es fácil reconocer a Gigi Hadid, la quinta modelo mejor pagada del mundo, en la última portada de la edición italiana de Vogue. Fotografiada por Steven Klein –artista cuya carrera catapultó la anterior editora de la revista, Francesca Sozzani– tanto la modelo como el joven que aparece tras ella tienen la piel oscurecida, no se sabe si por Photoshop o por un espray de autobronceado (o por los dos juntos). Hadid se muestra, además, sin su color rubio de pelo característico y con su rostro con una forma más angular de lo habitual, más estrecho. Lo más reconocible de la instantánea podríamos decir que son sus cejas.

La primera plana ha levantado tal revuelo –muchos seguidores de la publicación han comentado en Instagram su «desilusión» por «cambiar de raza» a la modelo o han acusado directamente a la revista de haberle propiciado un «blackface» en pleno 2018– que la maniquí ha tenido que salir a dar explicaciones desde sus redes sociales. «Por favor, sabed que las cosas hubiesen sido distintas si yo hubiese tenido el control de la situación«, dice la modelo estadounidense, con orígenes daneses y palestinos, en una nota colgada en su Instagram. «Independientemente de eso, quiero pedir perdón porque mi intención nunca fue restar importancia a las preocupaciones de los demás o quitarle la oportunidad a alguien más –sobre el hecho de que esa portada la hubiese protagonizado una mujer negra–. Espero que esto sea un ejemplo para otras revistas y sus equipos en el futuro«.

Pese a saber dónde se metía a la hora de hacer la portada, la modelo ampara las críticas hacia a la publicación y al fotógrafo: «el autobronceado y el photoshop es un estilo que Steven Klein lleva haciendo años y creo que era lo que se esperaba de las fotos (enseñarme de forma distinta y de manera creativa), PERO, creo y entiendo que pese a que entendí cuáles eran las intenciones de Vogue Italia, no se han ejecutado de forma correcta y las preocupaciones que han levantado son válidas«.

Hadid no es la primera en criticar una transformación de su aspecto en fotografías. Kerry Washington agradeció a InStyle que emitiese un comunicado ante las críticas por un supuesto blanqueamiento de su piel en una portada. Sobre Gabourey Sidibe o Halle Berry también ha planeado la sombra de la polémica por el blanqueamiento dérmico. La protagonista de Precious se convirtió en chica Elle en 2010, cuando la revista la seleccionó junto a otras tres actrices (Lauren Conrad, Amanda Seyfried y Megan Fox) para protagonizar una de las cuatro portadas que lanzó con motivo de los veinticinco años de la cabecera estadounidense. Internet ardía acusando a la publicación de cambiar la piel de la única mujer afroamericana elegida y de cerrar el plano a propósito (algo que no hicieron con las otras tres) para evitar que se viera que Sibide es una mujer de talla grande. En aquella ocasión la revista dejó claro que no hubo retoque y que la diferencia cromática se debía, una vez más, a la iluminación durante la sesión.