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Alicia Silverstone: “George Clooney intentó enseñarme a comportarme como una estrella de Hollywood”

Antes de ‘Barbie’, ‘Fuera de onda’ ya revolucionó la forma de vestir, pero a Alicia Silverstone no le atrae la vida de plástico. Su último proyecto: ‘Reptiles’, con Benicio del Toro.

Alicia Silverstone acaba de estrenar 'Reptiles'.
Alicia Silverstone acaba de estrenar 'Reptiles'.Kristin Burns

¿Cómo es entrevistar a una actriz inmersa en la promoción de su nueva película cuando la huelga de Hollywood prohíbe categóricamente cualquier acto promocional? Sorprendentemente, no tan complicado. Al menos no lo es cuando la entrevistada forma parte de la cultura pop gracias a películas como Fuera de onda (que levante la mano quien en alguna fiesta de disfraces se haya disfrazado de Cher Horowitz) y es el baluarte hollywoodiense del veganismo. Alicia Silverstone (San Francisco, 47 años) nos recibe por videollamada sin una gota de maquillaje mientras se mueve por la estancia haciendo una improvisada ruta virtual no exenta de divertidas confesiones. “Anoche no fue fácil dormir. Las paredes son de papel y los de la habitación de al lado se lo estaban pasando muy bien”, dice. El 29 de septiembre estrenó Reptiles, en la que comparte cartel con Benicio del Toro, con quien trabajó en 1997 en Exceso de equipaje. Su química no ha disminuido un ápice, algo que se refleja tanto en el largometraje como en las palabras del director, Grant Singer, que ha asegurado que “sacan lo mejor el uno del otro”, algo que ha dado pie a rumores acerca de una posible relación.

Benicio del Toro y Alicia Silverstone, en ‘Reptiles’.
Benicio del Toro y Alicia Silverstone, en ‘Reptiles’.DANIEL MCFADDEN / NETFLIX

¿Cómo ha sido el reencuentro en este rodaje con un compañero de toda la vida? Ha sido apasionante volver a trabajar con Benicio del Toro, porque es algo que jamás pensé que volvería a pasar. Ha sido una experiencia increíble: ¡amamos trabajar juntos! Aunque quizá tenga que hablar en singular, ¿no? Me encanta trabajar con él. Tenemos una historia muy interesante, pues trabajamos juntos hace 26 años. Ha sido un reencuentro apasionante.

¿Ha recuperado su amor por la actuación? Hubo un momento en el que se desencantó de la profesión. Llegó un punto en el que actuar se convirtió en algo diferente a lo que inicialmente era; me hice famosa y las cosas se enrarecieron. Pero cuando en la treintena cambié de agente, mi perspectiva sobre el trabajo se transformó. Cuando nos llegaba un guion me preguntaba si lo amaba. “Paremos de cosas que no ames. Me da igual si no trabajas durante tres años”, dijo. Me hizo ver las cosas de forma diferente, cambió la manera en la que elijo lo que hago y fue entonces cuando la diversión y la magia de la actuación regresaron.

¿Acaso no está harta de ser interrogada cada vez que comenta ser vegana? Una pregunta interesante. Creo que como he escrito el libro The Kind Diet puedo limitarme a decirle a la gente que, si quiere saber más, lo lea. Solía invertir mucha energía intentando convencer a los demás y metiéndome en discusiones, pero con el tiempo, mido mis batallas. Lo curioso es que estás en una mesa rodeada de 10 personas y cada una de ellas comienza a justificarse y defenderse, como si fueras un juez. ¡Pero ni siquiera he abierto la boca!

Si no es sencillo estar en una mesa entre amigos sin tener que dar explicaciones, no me puedo imaginar qué pasa con las citas… ¿Es usted de las veganas que se niegan a salir con carnívoros? No voy a descartar a un hombre por esa razón. Si es un cazador o se niega a dejar la carne, nunca funcionará, pero si está abierto a escuchar, me dice que le encantaría probar lo que es dejar la carne o me lleva a un restaurante vegano, entonces sí puede haber lugar para algo más.

¿Cómo es ser un icono de estilo noventero gracias a Fuera de onda sin ser una fashion victim? Me encanta cuando las editoras de moda, o la gente por la calle, comentan este tema. Cuando la película salió no tenía sentido alguno de la moda. Mi primer coqueteo con las tendencias fue cuando tuve un novio francés bastante mayor que yo. Por cierto: el look que llevo en el vídeo de Cryin’ [de Aerosmith], cuando salto del puente, era de él. No sé cómo conseguí este trabajo, pero cuando tenía ocho años en un desfile de Yves Saint Laurent, en San Francisco, fui la niña que llevaba las flores a la novia. Ahí dejé pasar una oportunidad, porque podía haber hecho más en ese mundillo, pero no era algo que me interesara. Consideraba que era algo muy materialista. Mi sentido de la moda por fin se desarrolló al ir a un desfile de Christian Siriano. Me vistió de una forma en la que me hizo sentir como una mujer, algo que no me había pasado, y vi la belleza en ello. Ver su desfile fue como asistir a una exposición de arte. Ahora entiendo la belleza y el arte que encierra la moda, pero sigo teniendo muchos problemas con los materiales que se emplean y, por supuesto, estoy en contra del fast fashion. Todo lo que llevo es o de segunda mano o sostenible. En la actualidad hay tantas marcas maravillosas que hacen ropa ecológica que siento que no hay excusa. Aunque aprecio cómo te sientes cuando llevas algo que te gusta, nunca seguiré las tendencias y solo llevo moda que me empodera.

Alicia Silverstone como Cher Horowitz en ‘Fuera de onda’.
Alicia Silverstone como Cher Horowitz en ‘Fuera de onda’.PARAMOUNT / EVERETT COLLECTION / CORDON PRESS

Volvamos a los videoclips de Aerosmith. En Crazy, usted y Liv Tyler dan vida a dos groupies, una figura controvertida en la actualidad por reforzar la idea de que las mujeres siguen a los músicos por su físico, no por su trabajo. Pero eso siempre ha pasado, ¿no? También ocurre con los actores y con las actrices. De hecho, es algo que hacen constantemente los hombres. Si tuviera que decir la cantidad de cosas obscenas que me han dicho… Como cuando un señor me dice que tiene o tuvo un póster en el que salgo yo. ¡Pero si tenía 12 años! Analizar la mirada masculina me parece algo poco importante comparado con lo que está pasando en el mundo, que está lleno de mentiras. Lo que a mí me hace sentirme segura es la verdad.

¿Cómo aprendió a gestionar la fama? Si es que lo ha logrado, claro… Lo que tengo que dejar de hacer es pararme cada vez que me piden una foto, porque siempre llego tarde por eso. Siento que la fama siempre ha sido parte de mi vida. No voy a negar que he tenido momentos en los que ha sido más incómodo y no lo he llevado bien del todo, pero ya no estoy en esa fase. Ahora todo es muy manejable y me siento agradecida de que la gente ame lo que hago, lea mis libros y vea mis películas.

Tengo la impresión de que le costó más encontrar su voz como persona que como actriz, ¿cuándo lo logró? ¡Es completamente cierto! Lo que me ayudó a encontrarme a mí misma fue la alimentación. No podía mirarme en el espejo y sentir que era una buena persona, porque aunque aseguraba amar a los animales era responsable de su sufrimiento al consumir carne. Cuando decidí actuar en concordancia todo dio un giro. Cambié espiritualmente, sentí que flotaba y me llené de la energía que nace cuando aprendes a decir no, algo muy duro para alguien complaciente como yo. En definitiva, los animales me han salvado. Ya no necesito vacunas contra las alergias, ni inhaladores para el asma, ni antibióticos.

Su libro The Parent Scene [acerca de cómo ha criado a su hijo Bear, de 12 años, con quien comparte cama] generó alguna controversia. ¿Le molestan las críticas? Me importan un bledo. Me siento muy segura al respecto, porque todas las decisiones que afectan a mi hijo han sido muy meditadas. En el libro hay todo tipo de datos médicos y científicos que respaldan mis palabras. Estoy muy convencida de todas las decisiones que tomo como madre y como ciudadana.

Vive desde los 19 en la misma casa. ¿Muy fiel o antiestrella? Creo que ambas cosas. Recuerdo que Joel Schumacher intentó que George Clooney me enseñara a ser una estrella. “¿Sabes lo que vamos a hacer? Sentarnos y charlar. ¿Cómo estás?”, me dijo cuando se sentó a mi lado… Me enamoré de mi casa porque parecía la de Blancanieves y los siete enanitos, y cada vez que pienso en mudarme me asalta la idea de la cantidad de dinero que me costaría irme a un lugar que amara tanto como este. Si conociera a alguien y tuviera que mudarme, no me imagino cómo lo haría, a no ser que esa persona viviera en la playa… Definitivamente, tiene que vivir en la playa. O en París. ¡O en Ámsterdam!

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