En agosto, no bajes la guardia: los gestos y cosméticos que debes seguir para presumir de bronceado este verano
Todos los años sucede lo mismo: empezamos la temporada con el propósito de cuidar nuestra piel y protegerla del sol, y a medida que pasan los días nos confiamos e incluso renunciamos al fotoprotector. De la mano de Welnia y los consejos expertos de un farmacéutico, hemos elaborado un pequeño decálogo para mantenerla perfecta y cuidada con las mejores fórmulas de farmacia.
No importa si todavía estás contando los días para esas vacaciones a pie de playa o si, por el contrario, ya estás curtida en chapuzones: cuando se trata de proteger nuestra piel del sol, no debemos bajar nunca la guardia. Ni cuando ya podemos presumir de bronceado. “Esto es un mito que debemos erradicar”, responde rotundo el farmacéutico Ignacio García Gil. “La realidad es que cuando la piel está bronceada significa que ya ha habido una agresión o un intento de agresión en nuestra piel y que las células han reaccionado de manera natural produciendo un aumento de melanina para protegernos contra la incidencia de los rayos UV”, puntualiza el experto, en colaboración con la parafarmacia online Welnia.
Cada año ocurre lo mismo: empezamos la temporada con el propósito de cuidar nuestra piel y a medida que pasan los días, nos confiamos y nos hacemos las olvidadizas. “Si renunciamos a la protección que nos otorgan los fotoprotectores de amplio espectro, la radiación no tendrá oposición para penetrar de forma más profunda y provocará alteraciones que a primera vista no serán visibles”, sostiene García Gil. Nuestra piel tiene memoria y esa exposición solar prolongada pasa factura. Los rayos UVA y UVB dañan el ADN celular, reduciendo su capacidad de regenerarse y disminuyendo la elasticidad de la piel. “Cuanto más se expone uno directamente al sol, antes envejece su piel y más aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer de piel”, apunta el farmacéutico.
Para disfrutar del sol no hay que sufrir. Al contrario. Si queremos volver de las vacaciones con un buen bronceado y, sobre todo, con una piel sana e hidratada, basta seguir una serie de pautas sencillas.
Elige un protector solar de amplio espectro
Los expertos no se cansan de repetirlo: el fotoprotector es el mejor cosmético antiedad. Su uso no debería limitarse tan solo al verano, aunque en esta época del año se vuelve imprescindible. En la parafarmacia Welnia las opciones se multiplican, ¿en qué deberíamos fijarnos a la hora de escogerlo? “Que sea de amplio espectro, para estar protegidos al 100 %, y haga de escudo no solo frente a los rayos UVA y UVB, que suponen solo el 10% del espectro solar, sino también frente a la luz visible y los infrarrojos”, apunta García Gil.
Por eso es importante saber interpretar las nomenclaturas de las cremas solares e ir más allá del conocido SPF. Siglas como HEVL significan que es efectivo frente a la luz visible del sol y las pantallas de los móviles, un tipo de radiación que penetra a un nivel muy profundo en la dermis y puede ocasionar envejecimiento celular o la aparición de las temidas manchas. Otro consejo de experto es fijarnos también en los componentes de la fórmula. “Hoy en día se valora el hecho de que contenga antioxidantes, como las vitaminas C, E y ácido ferúlico, que han demostrado una potente actividad antiradicales libres”, explica el farmacéutico.
El mejor fotoprotector es el que mejor se adapte a ti
“Siempre debemos elegirlo con respecto a nuestro tipo de piel”, insiste el García Gil. En este sentido, las texturas juegan un papel determinante. Que nos gusten las cremas fluidas porque son más fáciles de aplicar no significa que sean las más adecuadas para nosotras. “Las pieles secas van a responder mejor a las texturas en crema o a los aceites, ya que hidratan más; mientras que para las pieles grasas son mejor las fórmulas más ligeras, lo que conocemos como geles o cremas oil free. Y si tienen tendencia acneica, que incluyan activos como la niacinamida o ácido azelaico, porque tienen acción seborreguladora y despigmentante”.
¿Cuándo debemos aplicar las cremas solares?
En materia de fotoprotección también existen muchos mitos y leyendas. Se suele creer que para que un protector solar haga efecto, debemos aplicárnosla 30 minutos antes de la exposición. ¿Cuánto hay de cierto? “Depende del tipo de filtro que vayamos a usar para protegernos”, resuelve García Gil. “Si hemos decidido usar un fotoprotector con filtro químico u orgánico hay que echarlos 30 minutos antes, ya que se absorben por la piel. Por otro lado, si nos decantamos por un fotoprotector con filtro físico, mineral o inorgánico, van a proteger desde el momento que se aplican en la piel, ya que tienen un mecanismo de protección diferente reflejando los rayos UV a modo pantalla y no se absorben por la piel”.
Los grandes olvidados
Hay partes del cuerpo que también sufren en verano y a las que no prestamos suficiente atención. “El uso de protectores capilares es todavía una asignatura pendiente cuando nos exponemos al sol de manera continua”, recuerda el farmacéutico. El cuero cabelludo es la base de un pelo sano y bonito, también una de las zonas más sensibles a la exposición solar. Quemarse la raya del pelo es tan solo el efecto más visible. El sol, el cloro o la sal marina pueden provocar irritación capilar y debilitar las fibras de queratina del cabello. “Lo ideal es proporcionar al cabello la máxima protección completa posible utilizando fotoprotectores capilares que no solo actúan contra los rayos UV, sino que además defienden de la agresión del cloro y el salitre”, explica García Gil.
Los labios también necesitan protector solar. Del mismo modo que recurrimos a las barras de labios para subirnos el ánimo, los bálsamos con factor de SPF los protegen de las agresiones externas: calor, frío, viento… Un pequeño gesto con el que los mantendremos hidratados y luminosos, mientras evitamos que se agrieten por la sequedad.
Los cuidados no terminan en la playa
El protector solar es el primer paso para proteger la piel del sol y evitar la aparición de quemaduras, deshidratación o manchas. La segunda regla de oro es cuidar la piel después de un largo día de playa o piscina. Y nada sienta mejor a cuerpo y mente que una ducha refrescante para sacarse de encima el cloro, el salitre y el cansancio. “La rutina de limpieza siempre tiene que ir acompañada por un gel de ducha hidratante con aceites con un pH neutro, aunque en caso de pieles extremadamente delicadas lo más aconsejable será usar un gel sin jabón con tensioactivos vegetales”, puntualiza el experto, Ignacio García Gil. Nuestra piel está más sensible que nunca, de modo que lo mejor es renunciar también a las esponjas o utilizar una suave para evitar la irritación.
Tampoco debemos olvidar que el agua, anecdóticamente, deshidrata la piel. Al salir de la ducha, en verano, el after sun se vuelve igual de imprescindible que los solares. “Más que cualquier crema hidratante, que solo hidrata y devuelve la flexibilidad, estos productos suelen incorporar en su composición principios regeneradores, hidratantes, antioxidantes y en la mayoría de casos contienen activos que aminoran los mediadores inflamatorios”, explica el farmacéutico. Dos pasos sencillos que, junto a los productos adecuados disponibles en Welnia, nos ayudarán a presumir de bronceado a la vuelta de las vacaciones.
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