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Activista LGTB y azote de Trump: la futbolista Megan Rapinoe es la nueva imagen de Loewe

Megan Rapinoe, capitana de la selección ganadora del pasado Mundial Femenino de Fútbol, y una de las voces más críticas contra el presidente de Estados Unidos, posa en la nueva campaña de la firma de lujo española. Estas son las razones que la han convertido en una de las activistas más necesarias del momento.

Clara Ferrero

No es común ver a deportistas profesionales protagonizando campañas de firmas de lujo, un terreno hasta ahora reservado a las supermodelos y las estrellas de Hollywood. Mucho menos si son mujeres y se dedican al fútbol (en el caso de ellos sobran los ejemplos: de David Beckham a Xabi Alonso). Por eso la aparición de la jugadora estadounidense Megan Rapinoe, capitana de la selección ganadora del pasado Mundial Femenino de Fútbol, en la campaña de Loewe para el próximo invierno supone un hito. Su tupé morado y su mueca irreverente con la lengua sobresaliendo entre los dientes ya empapelan las calles de París en una imagen firmada por Steven Meisel que tiene todos los ingredientes para convertirse en icónica. No solo porque supone la confirmación del peso que el fútbol femenino está adquiriendo a nivel global, sino por el compromiso activista de Rapinoe con la defensa de los derechos LGTB+, su lucha por lograr un salario equiparable al de sus compañeros masculinos o su enfrentamiento público y notorio contra Trump.

Su relación con la moda no es nueva (y defiende que no es una industria superficial)

Rapinoe ha aparecido en las portadas de publicaciones especializadas como Glamour y Marie Claire o en la mítica Sports Illustrated, que la nombró Deportista del Año el pasado mes de diciembre, pero por primera vez se vincula a una firma de lujo posando para el objetivo de uno de los fotógrafos más reputados. «A excepción de mi boca, la moda es la forma más poderosa con la que me expreso a diario», ha afirmado la futbolista en una entrevista concedida a CNN. También alabó la creatividad y el talento de los diseñadores añadiendo que «poder participar de esa creatividad» la hace sentirse «realmente especial». Con sus declaraciones y su aparición en la campaña de Loewe, Rapinoe contribuye a romper el estereotipo que tacha de superficial a la industria de la moda. «A medida que vamos progresando y nuestro deporte se vuelve más popular y empezamos a ser más exitosas, hay más diseñadores de moda que quieren contar con atletas que se han vuelto culturalmente significativas. Creo que la moda es un muy buen indicador y caso de estudio del avance de los deportes femeninos».

«Es una protesta andante»

Con estas palabras se calificó ella misma en una entrevista concedida a Yahoo antes del mundial. Rapinoe es activista en favor de los derechos LGTB+ desde que hiciera pública su homosexualidad en 2012. A partir de ese momento ha utilizado su voz y su creciente popularidad para romper el tabú que rodea a las relaciones homosexuales en el fútbol. Es embajadora de Athlete Ally, una organización sin ánimo de lucro enfocada a que todos los atletas tengan el mismo acceso al deporte, sin tener en cuenta la orientación sexual o el género. «No puedes ganar un campeonato sin gays en tu equipo, casi nunca se ha hecho antes», respondió en una ocasión lanzando una indirecta con casi tanta fuerza como con la que lanza el balón.

Le plantó cara a Trump

“No voy a ir a la puta Casa Blanca”. Así de contundente se mostró cuando le preguntaron si iría a ver al presidente de los Estados Unidos después del Mundial. Con frases como “Tu mensaje excluye a gente que se parece a mí” o «No luchamos por lo mismo», la futbolista ha expresado en varias entrevistas su oposición a las políticas de Trump, al que ha calificado de «sexista”, “misógino”, “mezquino”, “estrecho de miras», “racista” y “mala persona”. También se ha negado a cantar el himno o colocarse en la mano en el corazón mientras suena, como el resto de sus compañeras. Un gesto que muchos compararon con el del jugador de fútbol americano Colin Kaepernick, que comenzó a hincar rodilla durante la escucha del himno nacional para protestar contra la discriminación racial y con el que Rapinoe se ha solidarizado públicamente siendo una de las primeras atletas blancas en mostrarle su apoyo. “Supongo que, por el hecho de ser mujer y homosexual, siento una mayor empatía respecto a las personas que no se encuentran en una posición dominante. A mí me pareció una obviedad. Cuando alguien se ahoga, ¿vas a ayudarle o te quedas en la orilla?”, explicó la futbolista en El País Semanal.

Su novia, cuatro veces campeona olímpica con el equipo de baloncesto de EEUU y estrella del Seattle Storm de la WNBA, la defendió públicamente de los ataques y comentarios que Trump hizo sobre ella publicando una carta titulada Así que el presidente odia a mi novia (So the president f*cking hates my girlfriend). La misiva se convirtió también en una especie de declaración de amor y un análisis de cómo el fútbol femenino iba ganando relevancia liderado por una atleta lesbiana.

Megan Rapinoe posando para Loewe.
Megan Rapinoe posando para Loewe. Steven Meisel / Loewe

Defiende la igualdad salarial

La cruzada por recibir el mismo pago que los futbolistas masculinos también está liderada por Rapinoe. «No es justo» que el galardón en el Mundial de Fútbol masculino de 2018 fuera de 400 millones de dólares, mientras que en el de las mujeres de 2019 solo alcanzara los 30, se quejó la jugadora ante la FIFA (federación internacional de fútbol). Su guerra contra el organismo viene de años atrás y en 2016, unos meses después de ganar el Mundial, presentó una querella junto a otras compañeras de equipo como Hope Solo, Alex Morgan, Carly Lloyd y Becky Sauerbrunn en la que lo acusaba de discriminación salarial (los hombres reciben hasta 16.000 euros por ganar un partido y las mujeres no llegan a 3.000). La deportista ha repetido su denuncia en varias ocasiones: el pasado 8 de marzo volvió a presentar una demanda por la misma razón añadiendo que el equipo femenino también tienen peores condiciones de entrenamiento y de viajes que el de ellos.

Es un referente para su hermano (y para todos)

Su hermano mayor, Brian, quien la introdujo en el mundo del fútbol cuando eran niños, ha tenido serios problemas con las drogas y la justicia. Con una adolescencia problemática, el joven tuvo que ver a su hermana ganar el Mundial desde una cárcel de San Diego. En una entrevista concedida a ESPN aseguró: “Le tengo mucho respeto, y no solo porque es la mejor en el fútbol. Es su absoluta convicción en las cosas en las que cree y en las posturas que toma contra las injusticias del mundo”. Y terminó: “Yo era su héroe, pero ahora, no hay duda, ella es la mía”.

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Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.

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