España celebra las fiestas del verano de la marmota
Por segundo año consecutivo la pandemia reduce a la mínima expresión los festejos que colorean el país cada agosto y los municipios se las ingenian para consolar a los vecinos con actividades culturales controladas
Este no es otra vez el verano de las mascarillas, pero las restricciones se mantienen y de nuevo los pueblos y ciudades españolas que cada verano se entregan a la religiosidad popular en estas fechas, con la festividad de la Virgen del 15 de agosto como momento cumbre, están viendo cómo sus verbenas, encierros, cabalgatas y demás celebraciones locales quedan suspendidos por segundo año consecutivo. La quinta ola ha frustrado las expectativas alimentadas por el buen ritmo de vacunación y en la recámara se están quedando fiestas y procesiones que hace dos meses no parecían imposibles.
Se repite el escenario de 2020, aunque con cierta ingeniería creativa. Los ayuntamientos han convertido los festejos en “agendas culturales”, el nombre con el que se ha bautizado esta transición pandémica. Las plazas de toros y los recintos feriales donde se pueda garantizar la distancia de seguridad y el cumplimiento de los aforos son las nuevas calles y callejones con barras y banderines. La música se escucha y se baila sentado. El cine y el teatro cobran protagonismo frente a las persecuciones de toros, a las aglomeraciones para ver a las estrellas que solo aparecen una vez al año como el Cipotegato de Tarazona, y a los que se atreven a acabar bañados en agua o kilos de tomate. Las vírgenes y los patrones se mantienen al fresco en el interior de iglesias y parroquias. Miguel Castro, concejal de fiestas de Vejer, en Cádiz, lo resume: “Todo es más complicado porque preparas las fiestas para que un pueblo baile y disfrute y ahora lo tienes que hacer para que disfrute, pero no baile”.
El ambiente general es de resignación, aunque hay también pueblos que han sabido sacar algo positivo de este momento, como Peñas de San Pedro (Albacete), cuyo Ayuntamiento ha decidido destinar el presupuesto de las fiestas canceladas a pagar el 20% del recibo de la luz de agosto a los vecinos. Una medida que los 1.400 habitantes del municipio han celebrado con tanta alegría o más que una verbena, visto que el precio de la electricidad se ha disparado en las últimas semanas.
La España que descansa en agosto es de nuevo menos colorida. Este es un recorrido por un país que echa de menos sus fiestas, otra vez. El verano de la marmota.
Madrid
La Comunidad de Madrid se queda sin verbenas en agosto. El Gobierno regional ha suspendido todas las fiestas populares y los encierros. La mayoría de los pueblos han acatado y adaptado estos festejos a nuevos formatos o los han aplazado a septiembre, que en esta región se ha convertido en el nuevo agosto. Pero una localidad, como si de la aldea gala se tratara, se resiste. Y por ahora, gana. San Sebastián de los Reyes comienza sus festejos a finales de agosto con conciertos y pretende terminarlos con sus conocidos encierros. El Ayuntamiento ha anunciado seis, uno de ellos nocturno, aunque aún no cuenta con la autorización del Ejecutivo regional, que dará su veredicto “dependiendo de la evolución de la quinta ola”.
En el resto de las localidades hay dos opciones: la suspensión o el ingenio creativo. Aranjuez se adelanta a posibles medidas en septiembre y suspende de antemano las fiestas del Motín, incluyendo la representación del asalto a la casa de Godoy y la escenificación del motín. En San Lorenzo de El Escorial habrá actividades al aire libre. En Colmenar Viejo se alargan las fiestas en 11 jornadas, del 20 al 31 de agosto, en espacios como la plaza de toros. En Alcalá de Henares se han bautizado estas fechas como unas ferias de transición con festejos culturales. Getafe, Leganés y Fuenlabrada, al sur de la región, habilitarán recintos feriales para realizar actividades.
Y en el centro de la capital, que cada agosto se deshace en festejos castizos desde el día de San Cayetano hasta la Virgen de la Paloma, los vecinos se conforman con unas pocas actividades controladas y unos pocos bailes de chulapos engalanados. Mariano Suárez, casi octogenario y madrileño de rancio abolengo, se marcaba el martes un chotis con su esposa en la plaza de Cascorro, serpenteando por entre las terrazas junto a otras dos parejas. “Este es nuestro pequeño homenaje a unas fiestas que, otro año más, no han podido ser”, explica este mecánico jubilado sin soltar a su compañera de baile. Lo verdaderamente decisivo es ejecutar cada paso con lentitud. Ellas, embutidas en una falda de rompe y rasga, ceñida hacia la cadera; ellos, con su parpusa calada y un clavel prendido en la solapa.
Con esa misma vestimenta asistieron el jueves al primer cuplé de la temporada, interpretado por Olga María Ramos en el escenario de la plaza Arturo Barea. Eso sí, todos sentados y separados unos de otros, también durante el recital del miércoles en homenaje a Pau Donés, cantante y letrista de Jarabe de Palo, fallecido a causa del cáncer. Emilia García, esposa de Suárez, se lamenta: “Espero vivir lo suficiente para volver a ver unas fiestas de San Cayetano y San Lorenzo como las de antes”. El organillo de Embajadores, las guirnaldas de la calle del Oso bañadas en limonada, las sardinas asadas en Fray Ceferino González y los conciertos bajo la sombra de los héroes de Cascorro. Algo de todo eso intenta mantenerse en estos tiempos, aunque con aforos limitados y emoción también reducida. Las celebraciones suelen darse por concluidas cuando un bombero desciende la advocación mariana de su altar en la iglesia de La Paloma y el retablo recorre las intrincadas calles de La Latina. La misa se mantendrá este año, pero la procesión tendrá que esperar.
Castilla y León
La Junta de Castilla y León ha elaborado un manual para determinar exactamente cómo pueden celebrarse los festejos veraniegos en la comunidad. Los encierros o espectáculos con vaquillas, muy comunes en el territorio durante estos meses, han quedado suspendidos, aunque espectáculos taurinos de mayor empaque o en plazas se mantienen con un 75% de aforo. Más libertad se da a los fuegos artificiales, siempre que las luces se puedan presenciar desde espacios abiertos y sin aglomeraciones. Los carruseles y atracciones de los feriantes tienen limitaciones de entre el 30 y 75% del aforo, mientras que grandes clásicos infantiles de estas fechas como los castillos hinchables apenas pueden operar al 30% de su capacidad.
Los populares campeonatos de rana, petanca o sogatira se mantienen sin restricciones, salvo que rebasen los 1.000 asistentes en exteriores o 500 en interiores. Las verbenas o discomovidas, anheladas compañías musicales nocturnas, quedan sometidas a un aforo del 75% sin más de 1.000 personas y con el baile solo permitido si hay distancia con los no convivientes. Las fiestas de la espuma o torneos de chapas quedan anulados, son impensables. Uno de los pueblos más perjudicados ha sido el vallisoletano Peñafiel, que en verano celebra sus Chúndaras y reúne a miles de visitantes en sus calles mientras los vecinos lanzan agua desde los balcones. Y la federación de peñas de Valladolid, que celebra su semana grande en los primeros días de septiembre, ha cancelado también su programa. Lo habitual en la ciudad es congregar a miles de personas para desfiles de cabalgatas o intentar batir récords mundiales.
Galicia
Para el amplio panorama festivo de Galicia, tierra de verbenas y bacanales gastronómicas, el segundo verano de la covid ha sido incluso menos halagüeño de lo esperado. En lo que va de agosto se han recuperado, aunque a medio gas, algunas citas suspendidas el año pasado como la Fiesta del Pulpo de O Carballiño (Ourense) o la del Pimiento de Arnoia (Ourense), pero otras seguirán finalmente sin celebrarse. Los festejos en honor de San Roque de Vilagarcía de Arousa, por ejemplo, han programado para este fin de semana conciertos y otras actividades culturales, pero se quedarán de nuevo sin su cita estrella, la Fiesta del Agua, un baño multitudinario entre música de charanga.
A principios de este mes, la mala evolución de los contagios ya obligó a los promotores de la Fiesta del Albariño en Cambados (Pontevedra) a renunciar a las casetas de vino y las verbenas y mantener solo los conciertos con aforos más limitados de lo previsto. En lo que queda de agosto, no se podrá disfrutar de la Fiesta de la Empanada de Bandeira (Silleda-Pontevedra) ni tampoco de la recreación medieval de la Fiesta de la Historia de Ribadavia (Ourense), que se verá reducida a unas cuantas actividades culturales los días 27 y 28. Resistió el 11 y 12 de agosto la Feria del Vino de Amandi, en Sober, en la Ribeira Sacra. Galicia afronta, pues, su segundo verano sin verbenas, ya que solo se están contratando charangas y pequeñas actuaciones musicales con el público sentado, explica Manuel Fariña, portavoz de la Asociación Galega de Orquestras, quien advierte de que la situación del sector es “terrible”.
Cataluña
Barcelona. La Fiesta Mayor de Gràcia tampoco podrá gozar, este año, de la normalidad prepandémica. Entre el 15 y el 21 de agosto se celebrarán unas fiestas que se acabarán cada día a las 00.30, media hora antes del toque de queda impuesto por la Generalitat. Además, los aforos de calles y recintos estarán controlados y limitados y solo se podrá acceder a conciertos y eventos con cita previa reservada en la web de la organización. Para la gran atracción de esta celebración, las calles engalanadas, solo se permitirán los adornos aéreos y que no impidan la circulación de peatones. Además, no habrá concurso de calles decoradas, por lo que el trabajo de los vecinos no se valorará en la tradicional competición. El pregonero este año será el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, pero solo se podrá seguir su discurso por televisión. Todavía no se ha revelado cómo serán este año las fiestas de la Mercè en la capital catalana, aunque todo apunta a que seguirán las mismas directrices que las fiestas de Gràcia.
Tarragona. La ciudad ha adaptado sus fiestas de Sant Magí a las exigencias de la pandemia: aforos limitados y reserva previa. El auditorio del Camp de Mart será el escenario por excelencia de las actividades culturales y de los conciertos. Por segundo año consecutivo no habrá castells. En el vecino Salou, el Ayuntamiento ha tenido que suspender la mayoría de los actos que tenía previstos para este día 15, como la misa solemne, la procesión de la Virgen y el posterior castillo de fuegos artificiales de las Nits Daurades. En el delta del Ebro varios municipios mantienen la tradición de organizar festejos con toros en agosto. Amposta, pese a celebrar una fiesta mayor de mínimos, sí ha programado becerradas y bous embolats.
Aragón
En la comunidad aragonesa las fiestas patronales están suspendidas hasta finales de agosto. Se frustra el Cipotegato de Tarazona, declarada Fiesta de Interés Turístico, donde se reúnen hasta 12.000 personas bajo una lluvia de 15.000 kilos de tomates. Luego, si se relajan las prohibiciones, podrían celebrarse las fiestas de poblaciones como Alcañiz, Barbastro, Fraga o Monzón. En Zaragoza, si se dan las condiciones, las expectativas están puestas en los Pilares.
País Vasco
Por segundo año consecutivo, la Blanca en Vitoria y las semanas grandes de Bilbao y San Sebastián se han puesto en modo hibernación a la espera de tiempos mejores. Ni Celedón en Vitoria, ni Marijaia en Bilbao, ni el cañonazo donostiarra van a dar paso a una semana de desenfreno y actividades culturales y de ocio. Una situación a la que no se han resignado algunas asociaciones que, pese a todo, han elaborado un calendario alternativo, pero con conciertos muy controlados y con medidas de seguridad. La Quincena Musical de San Sebastián tiene un programa extraordinario de conciertos clásicos. Otra cita es Esférica Rioja Alavesa, una iniciativa que mezcla música con el arte, la tierra y la gastronomía en una serie de conciertos de Morcheeba, Depedro, Tulsa, Mafalda y Amorante, entre otros, en lugares especiales de esa zona de vinos. El Ayuntamiento de Vitoria también ha programado diversos actos al aire libre: cine, teatro y conciertos prácticamente todas las semanas. Bilbao no se queda atrás y plantea una agenda cultural densa en escenarios de ensueño como el Guggenheim, con música clásica y un ciclo de cine de David Lynch.
Andalucía
Cádiz. Cuando Lola Castro decidió cumplir su sueño de presentarse a cobijada mayor de Vejer de la Frontera (Cádiz), en mayo de 2019, no podía ni imaginar que una pandemia la obligaría a estar en su cargo dos años y que cedería su puesto como cobijada mayor ya hasta vacunada contra la covid-19. La joven, de 19 años, traspasó la noche de este pasado miércoles la banda como máxima representante de ese curioso traje típico de saya y manto que solo deja un ojo a la vista. Como en el caso de Vejer, la mayoría de los municipios andaluces ha optado por cancelar las fiestas y ferias, sustituyéndolas, eso sí, por programaciones culturales con aforos restringidos y exigencia, en algunos casos, de certificados covid para su acceso. “No queremos ser los culpables de que aparezcan nuevos brotes en eventos municipales”, señala Antonio de las Heras, alcalde de Baños de la Encina, una localidad que ha frenado en seco la espiral de celebraciones por su inclusión en el selecto club de los pueblos más bonitos de España.
Málaga. Es la principal capital andaluza perjudicada por la quinta ola y por segundo año consecutivo se queda sin feria, la que se vende como la mayor fiesta del sur de Europa, con seis millones de visitantes. A cambio, el municipio ha apostado junto a sus hosteleros por una agenda musical que mezcla un puñado de conciertos con su rica oferta gastronómica, del 14 al 31 de agosto. Tampoco Ronda celebrará su Feria y Fiestas de Pedro Romero; como Antequera, que ha decidido organizar una versión descafeinada con conciertos y toros, pero sin casetas.
Huelva. Los toros también han sido uno de los principales reclamos de Las Colombinas, las fiestas de Huelva que se celebran entre el 3 y el 8 de agosto, y han sustituido las celebraciones por un ciclo de conciertos, cine, teatro, ópera y musicales.
Jaén. Los eventos taurinos se han cancelado en la mayoría de pueblos de Jaén, la provincia que lidera cada año el número de espectáculos de este tipo en Andalucía, con más de 200 en el año anterior a la pandemia. Aunque se han programado corridas en Baeza, Navas de San Juan y Linares, apenas hay solicitudes para celebrar sueltas de vaquillas por las calles.
Sevilla. La quincena de municipios sevillanos que tienen el 15 de agosto marcado en rojo también volverá a quedarse este año sin procesiones. Una situación que en la mayoría de los casos es histórica, puesto que sus respectivas vírgenes nunca dejaron de salir, ni siquiera durante la Guerra Civil. En Estepa, por ejemplo, no saldrá la imagen de la Asunción ni habrá verbena, aunque sus calles no acusarán el vacío de 2020 porque, con el fin de las restricciones, han vuelto los visitantes. Los turistas también podrán disfrutar de las fiestas de Constantina, uno de los pueblos señeros de la Sierra Morena de Sevilla. No habrá traslado multitudinario de su Virgen desde la ermita hasta el pueblo —se realizará por la noche para evitar público—, pero sí se ha mantenido un programa reducido con ocasión de las fiestas patronales centrado en la actividad cultural y enfocada en los más pequeños.
Comunidad Valenciana
La fiesta valenciana más internacional del verano es la Tomatina, la batalla de tomates que se celebra el último miércoles de cada agosto en la localidad de Buñol, pero se ha vuelto a suspender este verano por la pandemia. A cambio, los ninots de las fallas no tardarán en invadir las calles de Valencia, pues por primera vez en su larga historia no se celebrarán en marzo, sino del 1 al 5 de septiembre, siempre que el coronavirus lo permita.
Será una versión reducida de las Fallas pero con todos sus ingredientes básicos, incluidos los petardos, que son también la razón de la existencia de un espectáculo característico de agosto, la cordà de Paterna, con la que culminan las fiestas patronales de esta localidad el último domingo del mes en el cohetódromo habilitado en la calle Mayor, donde unos centenares de tiradores se lanzan más de 70.000 cohetes muy bien pertrechados contra la pólvora. Tal vez por ello, de momento no se ha suspendido esta exhibición pirotécnica, al contrario que la fiesta de mayor raigambre histórica y cultural de la Comunidad Valenciana, el Misteri d’Elx. Este drama religioso del siglo XV, declarado patrimonio inmaterial de la humanidad, se escenifica cada año en el interior de la basílica de Santa María de la ciudad alicantina los días 14 y 15 de agosto, pero este verano, por segundo año consecutivo, no habrá representación. Como consuelo, la Capella y Escolanía cantarán los admirados motetes de la obra para un aforo limitado en el templo pero infinito en las redes sociales.
Con información de: Ana Marcos, Miguel Ezquiaga, Juan Navarro, Sonia Vizoso, Alfonso L. Congostrina, Marc Rovira, Pedro Gorospe, Jesús A. Cañas, Ginés Donaire, Eva Saiz, Nacho Sánchez y Ferran Bono.
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