Francesc de Carreras: “Ciudadanos ha evolucionado hacia un nacionalismo español contrario a su ideario”
El cofundador de Cs asegura que Rivera le dijo que quería sustituir al PP y encabezar la derecha
Más de tres meses ha permanecido en secreto la baja de militancia del cofundador de Ciudadanos Francesc de Carreras. El catedrático de Derecho Constitucional comunicó a la dirección el pasado abril que dejaba de militar en el partido que promovió, pero no ha sido hasta esta semana que ha trascendido su marcha, acaso la más simbólica de todas las que ha provocado el giro a la derecha de la formación. De Carreras (Barcelona, 1943) considera que el partido ha dejado atrás algunos de sus principios originarios.
Pregunta. La discrepancia debe ser muy grave para darse de baja de un partido que uno mismo ha fundado.
Respuesta. Presenté mi baja el 9 de abril en una carta a la comisión ejecutiva; antes de las elecciones del día 28. Yo ya estaba en desacuerdo con la línea de Ciudadanos desde hacía meses. Lo vi a partir de las elecciones andaluzas, cuando de una manera o de otra se llegaron a acuerdos con Vox: nunca debería haberse hecho. No me gustó, pero si era una excepción, bueno. Después, vi que dirigentes del partido decían que lo de Andalucía se generalizaría. Y que iba a peor cuando Rivera convocó el acto de Colón. Fue un acto de nacionalismo español claro. Aquello me gustó muy poco. Y, cuando ya explícitamente se dijo que se podía pactar con Vox pero nunca se pactaría con el PSOE, pensé que Ciudadanos había perdido su posición central, había escogido solo un bando.
P. ¿El detonante es el 'no' a Sánchez?
R. No, es esta evolución desde las andaluzas: está Vox, está el nacionalismo y el no pactar con el PSOE. Hubiera dicho lo mismo de no pactar con el PP. Esto conduce a una situación de desgobierno.
P. ¿Por qué no lo reveló?
R. Porque era un acto privado y no quería que se utilizara políticamente. Escribí una carta diciendo que estaba en desacuerdo con cuestiones estratégicas y tácticas, y creo que todo este cambio se está basando en principios que no eran los que tenía Cs. Me refería sobre todo a que se apuntaba al nacionalismo español por parte de Cs, cuando nacimos como un partido no nacionalista como una de nuestras señas de identidad.
P ¿Considera que Ciudadanos ha evolucionado hacia posiciones nacionalistas españolas, contrarias a su ideario original?
R. Sí, contrario al ideario y a las ideas comunes de todos. Ni el PP ni el PSOE son partidos nacionalistas, son nacionales. Tienen una idea de España, pero no son identitarios. No hablan de una España unida para la eternidad y desde el principio de los tiempos. Esto tiene consecuencias, aunque Cs en esto no ha caído: antieuropeísmo y políticas antiinmigratorias. En esto sí ha caído Vox, parte del nacionalismo catalán, y es malo desde el punto de vista de una democracia liberal.
P. ¿En qué percibe esos rasgos de nacionalismo en Ciudadanos?
R. Lo vi en el acto de Colón. Después, al pactar con Vox, que alardea de ser un partido nacionalista español; eso te contagia. Cs no quiere pactar con ERC o Convergència, pues por lo mismo no tiene que pactar con Vox. Esto causa desazón en muchos de nosotros.
P. Desde el punto de vista de la idea originaria que promovieron el grupo de intelectuales fundadores, ¿El partido ha mutado?
R. El partido ha cambiado, como es natural. Nosotros establecimos la idea de que existiera un partido. Tenía que cambiar el ideario mismo, porque era fruto de otro tiempo, y por tanto yo no tengo ningún derecho a cuestionar las políticas que hace ahora Ciudadanos. Ahora, tengo derecho a darme de baja cuando no me veo representado por las políticas e incluso por las formas.
P. ¿Qué formas?
R. Un cierto aire de prepotencia, como si fueran los que hubieran ganado las elecciones… Cuando, bueno, han obtenido un excelente resultado. Y quizá en esta nueva estrategia obtengan muchos éxitos, no puedo saberlo, aunque tiendo a pensar que no.
P. Escribió una tribuna en EL PAÍS, titulada Querido Albert, con sentencias muy duras. Le llamó “adolescente caprichoso” por su decisión de no pactar con el PSOE.
R. No me arrepiento de eso, aunque reconozco que es duro. Yo tengo una gran admiración por Rivera, además de una amistad. Sin Rivera, Ciudadanos no existiría. Tiene unas grandes condiciones políticas. Nadie está libre de defectos y de cometer errores. A mi parecer, en la posición que ha tomado al querer sustituir como líder de la derecha al PP, cuando luego buscas la alianza con el PP… Es algo que no entiendo. Quizá lo consiga, pero entonces ya no me interesa.
P. Después de esa tribuna, la dirección de Ciudadanos recordó que usted se ha equivocado otras veces, porque tampoco creyó que fuera una buena idea la expansión nacional de Ciudadanos.
R. Sí, yo puedo estar equivocado y naturalmente que me he equivocado. Vamos, en Ciudadanos, en la vida y en muchas cosas. Bueno, esto no es una réplica a una razón. Si estamos hablando de lo que pasa ahora, hablemos de lo que pasa ahora, no porque en un momento dado te equivocaste. Lo que creo es que uno tiene que pensar las cosas. A veces no las ve claras. Tiene que seguir reflexionando y acabar en conclusiones. Cuando la expansión clara de Ciudadanos hacia España, que fue el año, no sé, 13 o por ahí, más o menos, sí que no lo vi claro.
P. ¿Comentó con Rivera o con la dirección de Ciudadanos sus discrepancias en estos meses?
R. Con la dirección de Ciudadanos no, con Rivera, sí, después de que yo ya hubiera mandado la carta. Por casualidad comí un día con él y otros dos amigos, la semana antes de las elecciones generales. Le dije que estaba en desacuerdo, y él nos explicó que desde la posición de un partido bisagra no se gobierna. Y que lo que pretendemos nosotros [por Cs] es sustituir al PP como primer partido de la derecha, y entonces podremos llevar a cabo las reformas que queremos.
Yo le dije que, según las encuestas, podría haber una mayoría de votos entre PSOE y Ciudadanos, una mayoría absoluta. “¿Si se diera, el caso, como se dio, tú seguirías diciendo que querrías encabezar la derecha y seguir en la oposición a Sánchez y que Sánchez buscara otros partidos para tener mayoría, pero que con nosotros no cuente?” Lo tenía clarísimo.
P. ¿Le dijo que quería sustituir al PP?
R. Sí, sustituir al PP, encabezar la derecha. Es volver a un bipartidismo que yo creo que ya no es bueno. Lo que está pasando ahora es un bibloquismo, hay dos bloques en los que no hay trasvase entre unos y otros, y si se olvidara esto, se habría solucionado de manera mucho más racional muchos de los acuerdos que se han dado en las comunidades autónomas y en muchos Ayuntamientos.
El partido ha cambiado de estrategia, de orientación, incluso en cierta manera ha dejado atrás algunos principios
P. Se le considera mentor político de Rivera, porque él llegó a través de usted a la iniciativa impulsora de Ciudadanos como partido.
R. Me tuvo de profesor en un curso de doctorado. Lo conocía de estos cursos, pero tampoco mucho. Cuando salió el manifiesto nuestro, me escribió diciendo que lo había leído y que se identificaba con el mismo, y que iba a asistir a la presentación. Y, efectivamente, asistió. Lo apoyé luego en dos o tres momentos difíciles que tuvo él en el partido, entre el año 2007 y 2009 o 2010, porque yo tenía un cierto predicamento en las bases de Ciudadanos. Pero mentor, que le dé consejos, no ha sido así, es un error. Desde el primer momento, Rivera tiene sus ideas propias. No creo que nadie le influya y esto creo que ha sido malo para él. Tiene una gran intuición política, una gran voluntad, pero yo creo que nunca ha tenido unas personas que le hayan influido mucho. Creo que en Ciudadanos, en los últimos años, ha habido demasiada comunicación y mercadotecnia política y poca materia gris en análisis político hecho desde la historia, la teoría y una cosa que es muy importante: el sentido común.
Cuando se pierde el sentido común, no digo que lo haya perdido Rivera, pero cuando se pierde se pierde también el sentido de la realidad. Un político, cuando llega a La Moncloa, muchas veces se encierra en su casa. En este caso no es La Moncloa, es su partido, en la sede que sea, donde ve siempre a los mismos, que tienden a darle la razón. Y el que discrepa es alejado. Y esto ocurre en otros partidos, si no en todos, y es una cierta decadencia de los políticos. Les ha pasado a todos los presidentes. Y también puede ocurrirles a los dirigentes de partidos.
P. ¿Qué cree que sucede en el partido para que se produzcan todas estas bajas?
R. Ha cambiado de estrategia, de orientación, incluso en cierta manera ha dejado atrás algunos principios. Los que se han ido del partido, como en el caso de Toni Roldán u otros, no están de acuerdo con esta nueva orientación. No son ellos los que han cambiado, ha cambiado el partido, y otra gente del partido estará de acuerdo con ello y yo no. Y lo respeto mucho, probablemente haya algunos más que también discrepen y no lo hayan dicho tan claramente porque ya no están en la ejecutiva, aunque, por mis noticias, en la ejecutiva tampoco se discute mucho. Son sesiones breves donde no se discute. Pero bueno, yo nunca he estado y, por tanto, no puedo opinar.
P. ¿El mejor acuerdo posible para el país es el de PSOE y Ciudadanos?
R. Yo creo que sí. Y si se añadiera a esto acuerdos con el PP, pues también. Estamos en un Gobierno de hecho en funciones, desde 2015 o 2016. Llevamos tres años y medio, hacia cuatro, y puede prolongarse todavía. Hay que hacer muchas reformas, hay que reducir parte del Estado, hay que procurar que esta parte no sea social, sino otras que sobran, y hay que tener un amplio acuerdo para poder hacer estas reformas.
P. ¿Le parece que no hacerlo es una posición irresponsable de Ciudadanos?
R. Yo diría que para mí es desacertada. Habrá que preguntárselo a Albert Rivera, supongo que tendrá sus razones. Yo siempre le he tenido por una persona responsable, toda vez que el conjunto de los políticos actuales da una sensación de irresponsabilidad bastante grande. En el debate de ayer o anteayer entre Felipe González y José María Aznar, dos pesos fuertes, cada uno en su campo, la coincidencia que tuvieron es decir que esto se está haciendo muy mal. Yo creo que tendrían que hacer reflexionar a los líderes políticos actuales.
'Querido Albert'
Tribuna de Francesc de Carreras
P. En el bloqueo político en el que nos encontramos, ¿reparte la responsabilidad por igual?
R. No, por igual, desde luego, no. Yo creo que Ciudadanos no tendría que haber puesto vetos antes de las elecciones. Los puso, se los puso al PSOE. Al PSOE de Sánchez, decía, pero es el PSOE realmente existente, no hay otro. Y después tenía que haber rectificado. Tenía muchos argumentos para rectificar y para decir, yo quiero hablar con Sánchez y ofrecerle una posibilidad de colaboración. Si me acepta, no sé, cinco o siete puntos que considero que son básicos, o 10, los que sea, empezamos a hablar y hacemos un programa de Gobierno como se hizo el año 16. Que fue muy sencillo hacerlo, por otra parte. Se pusieron de acuerdo muy rápidamente. Esta iniciativa Ciudadanos no la ha tenido, y yo creo que es la que tenía que haber tenido Albert Rivera con Pedro Sánchez. Sánchez tampoco la ha tenido, pero claro, es el ganador, y si el otro dice "en ningún caso pactaré contigo", pues creo que también es normal que no se haya movido en esto.
P. ¿Cómo observa la situación de Cs en Cataluña?
R. Creo que Ciudadanos tiene buena gente en Cataluña que puede sustituir a Inés Arrimadas perfectamente. Desde que ganó en las elecciones autonómicas, ha hecho un discurso del no, pero no han dado una salida que dé esperanza a los catalanes de que se saldrá del impasse actual. Quizá este error lo pagarán.
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