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9-M Día de las personas desaparecidas sin causa aparente

“Buscamos el esqueleto de Joaquín, a él ya no”

La falta de medios para localizar a personas mayores desaparecidas aboca a sus familias a emprender la búsqueda en soledad

Patricia Ortega Dolz
Charo Gómez Largo muestra el cartel de su hermano Joaquín, desaparecido el pasado 23 de septiembre.
Charo Gómez Largo muestra el cartel de su hermano Joaquín, desaparecido el pasado 23 de septiembre.claudio álvarez

Lucrecia Largo tiene 94 años y vive en Lora del Río, Sevilla, y cada vez que le hablan de su hijo Joaquín Gómez Largo, de 68, se enfada: "En cuanto vuelva por aquí no le dejo salir, ¿dónde se habrá metido?". Lleva cinco meses desaparecido para ella, para sus cuatro hermanos y para su mujer y su hija. El caso de Joaquín, que salió como todos los días a caminar por los alrededores del pueblo el pasado 23 de septiembre y no volvió, es solo una de las 2.478 búsquedas de personas mayores en España que permanecen activas, pero para las que los medios existentes son insuficientes.

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"A mi hermano, que es diabético, le buscaron durante tres días profesionales de la Guardia Civil junto a voluntarios de (10.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00), al cuarto día la Guardia Civil se marchó y nos quedamos solos los familiares y voluntarios", escribe su hermana, Charo Gómez Largo, en la carta que ha remitido a los distintos líderes de los partidos políticos. Lleva toda la semana en Madrid porque este 9 de marzo, Día de las personas desaparecidas, se reúnen en la capital muchos de los familiares de las 12.330 personas cuyas búsquedas siguen activas. Charo no sabe usar el metro. Y ha ido de una sede política a otra caminando hasta tener, literalmente, llagas en los pies para dejar su carta. "Nosotros somos ganaderos, de familia muy humilde, pero luchadores", se presenta.

Ella asistió esta semana a la presentación que el pasado lunes realizó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, junto a la Secretaria de Estado, Ana Botella, del balance de personas desaparecidas 2019, en el que se recoge que de las 2.498 personas adultas desaparecidas, 1.471 son españolas, y 454 de ellas mayores de 65 años. La memoria, la tercera que se presenta desde que se comenzaron a contabilizar los desaparecidos en España en 2010, iba acompañada de una batería de medidas, muchas de ellas demandadas desde 2013 en la comisión específica para el asunto creada en el Senado: como la creación de una página web del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), un protocolo de actuación (no publicado) que persigue homologar los criterios de valoración y búsqueda de desaparecidos en toda España con "indicadores de riesgo" y que incluye un sistema de alerta "Mayor-desaparecido", además de un anuncio de una próxima convocatoria de plazas para "agentes de enlace" (policías y guardias civiles) en las distintas comunidades autónomas que reporten a sus responsables centrales los casos y su evolución para centralizar toda la información. Sin embargo, el balance no hace una sola alusión ni al presupuesto ni a los medios, el caballo de batalla de las asociaciones de familiares desaparecidos.

"Hemos invertido 250.000 euros en la creación de la página web y de las campañas publicitarias, además de pagar las nóminas de las nueve personas que conforman el CNDES", dijo Botella, sin dar ninguna otra pista sobre el presupuesto. Pero el CNDES no tiene carácter operativo, sino que es una suerte de organismo fedatario de las desapariciones en España, que depende del Gabinete de Coordinación de la Secretaría de Estado de Seguridad. Y mientras, cientos de familias, andan como locas buscando a sus hijos, hermanos, padres, primos como pueden.

"¿Para cuándo un censo para conocer los medios (oficiales y asociaciones) en cada provincia  comunidad autónoma? ¿Cómo es posible que, tras conocer, verificar y comprobar la existencia y la disponibilidad de medios necesarios para una búsqueda, no se pueda disponer de los mismos porque nadie sabe quién ni cómo activarlos? ¿Por qué no se busca igual a un mayor que a un menor de edad?", son solo tres de la batería de preguntas enviadas por la hija de Joaquín a través de su tía y que siguen sin respuesta.

Paco Lobatón, uno de los principales activistas de esta causa e impulsor de la Fundación Quién Sabe Dónde Global (QSDglobal), que junto SOSdesaparecidos y la Fundación ANAR lideran esta lucha por que no se abandone a las familias de los desaparecidos, volvió a recordar durante la presentación del balance, "la necesidad urgente de unidades especializadas en búsquedas de personas", al igual que la elaboración del un "Estatuto del Desaparecido" que le dé carácter legal a esa figura, hoy inexistente en nuestra legislación, con terribles consecuencias: "Antes de iniciar cualquier investigación relacionada con una desaparición debemos convencer a los jueces de que no se trata de una desaparición voluntaria, algo que en el caso de las personas mayores es más complicado", señalan investigadores expertos en la búsqueda de desaparecidos. El ministro Marlaska se comprometió a desarrollar el estatuto del desaparecido "en la próxima legislatura".

El pasado 23 de septiembre Joaquín Gómez Largo, de 68 años, salió de su casa hacia las 7.00 de la mañana para su habitual paseo. No llevaba móvil y se le olvidó la mochila con el zumo, que siempre llevaba por si se notaba algún bajón de azúcar, ya que padece una diabetes grave, tipo dos, lo cual le convierte desde su desaparición en un caso de "alto riesgo". Aquella mañana de domingo le vieron pasar varios vecinos que recogían tomates y dirigirse hacia la finca de Membrillo, un coto de caza de una extensión equivalente a 700 campos de fútbol que él conoce muy bien porque es cazador y porque la ha cuidado. Llevaba, como siempre, su bastón y una linterna. A las 10.00 de la mañana, al ver que no había regresado, su mujer da la voz de alarma y se activa la búsqueda. "Primero con perros de búsqueda de personas con el método de venteo, luego (una sola vez y el tercer día) con el método de rastreo, el cuarto día sobrevoló la zona un helicóptero con cámara térmica, aunque para entonces todos pensábamos que ya estaba muerto de un coma diabético, y puntualmente un día vinieron los buzos de los GEAS a mirar en la zona del "Charco del infierno", una garganta de agua, y pasado tres meses y muchas protestas, vinieron tres mañanas un grupo de GRS de Sevilla sin perros", eso es todo lo que se ha hecho por mi hermano hasta la fecha, enumera Charo. Y añade: "Nosotros buscamos el esqueleto de Joaquín, a él ya no".

Últimos datos de desapariciones

Según el último balance de personas desaparecidas en España 2019, desde el año 2010 se han registrado un total de 174.883 denuncias por desapariciones de personas, de las que han sido resueltas 163.405, es decir, un 93%. Al acabar el año seguían activas 12.330 denuncias, lo que supone un 7% del total.

Más del 58% por ciento del conjunto de las denuncias por desaparición correspondieron a varones, y alrededor del 42% a mujeres. El 66 % son de menores de edad, viéndose estas notablemente incrementada por las fugas de los menores inmigrantes no acompañados que se encuentran en centros de acogida.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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