Ruth Beitia renuncia a ser la candidata del PP en Cantabria
La exatleta era una apuesta personal de Pablo Casado frente a la dirección regional
Una estrella fugaz. Así se podría resumir la candidatura de Ruth Beitia para las elecciones autonómicas del próximo mayo en Cantabria. La saltadora olímpica ha confirmado este martes que abandona la política apenas dos semanas después de haber sido nombrada directamente por Pablo Casado para ser el cartel electoral de los populares cántabros, una decisión que levantó polémica dentro y fuera de su partido. Beitia deja paso a María José Sáenz de Buruaga, presidenta del partido en Cantabria, teórica candidata a las elecciones antes del dedazo de Génova.
La ganadora de un oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016 afirma que deja la política “por razones estrictamente personales y familiares”, según un comunicado hecho público por el PP a última hora de la tarde de este martes. No solo no será candidata sino que abandona también su puesto en la Ejecutiva nacional del partido, donde era secretaria de Deportes desde el ascenso de Casado a la presidencia, y su escaño en el Parlamento cántabro, en el que ocupaba además el puesto de secretaria de la Mesa. Según el comunicado del PP cántabro, Beitia “ha agradecido el respaldo recibido por Pablo Casado y todo el PP por haber depositado su confianza en ella durante los algo más de 10 años de actividad política”. El partido en Cantabria tampoco hizo valoraciones públicas además del comunicado y de señalar que espera que “se resuelva todo cuanto antes para poder trabajar en la campaña electoral”.
El nombramiento de Beitia se produjo el pasado 7 de enero y estuvo a punto de provocar un cisma entre los populares cántabros. María José Sáenz de Buruaga, presidenta del partido y hasta entonces teórica candidata, vio como la dirección nacional imponía un cartel para las autonómicas que le quitaba el control de la región. En un primer momento se revolvió, aunque finalmente aceptó la bicefalia impuesta por Casado. Algunos fieles a la presidenta amenazaron con dimitir. El resto de fuerzas políticas, empezando por el Gobierno del Partido Regionalista de Cantabria y el PSOE, tildaron la operación de “dedazo” e, incluso, el presidente, Miguel Ángel Revilla, lamentó la “falta de democracia fundamental del PP”.
Designación “legítima”
Los populares intentaron cerrar filas de manera rápida, Buruaga se mantuvo como presidenta y la dirección apeló a mantener la unidad del partido. Para el diputado regional y hombre fuerte del equipo de Beitia, Santiago Recio, lo ocurrido entraba “dentro del reglamento del partido, ya que es el comité electoral nacional el que hace los nombramientos”. Recio consideraba que “se habían hecho encuestas y seguimientos” y se había llegado a la conclusión de que la exatleta “era la mejor candidata”. Aun reconociendo que la designación a dedo de Beitia era “completamente legítima”, admitía que la decisión del equipo de Casado había provocado “ciertos problemas, que necesitan de un tiempo para que todo cure”.
La lucha interna en el PP cántabro venía de lejos, desde su último Congreso regional, en 2017. Sáenz de Buruaga ganó por tan solo cuatro votos de diferencia al expresidente del Gobierno regional Ignacio Diego, que había sido su mentor y que estaba apoyado por, entre otros, la propia Ruth Beitia. Entre acusaciones de pucherazo, el proceso acabó judicializado y aún está pendiente de la decisión de los tribunales.
En el proceso abierto el pasado verano para elegir al sustituto de Mariano Rajoy al frente del PP, Buruaga apoyó a la rival de Casado, la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Saénz de Santamaría, mientras que el sector de Diego se considera como más próximo al ahora líder nacional del partido, que incluyó a Beitia entre las caras nuevas de su ejecutiva. Esa circunstancia alimentó las suspicacias sobre los motivos para apartar a Buruaga de la candidatura a las elecciones autonómicas, aunque el PP niega oficialmente que la designación estuviese relacionada con la batalla por el liderazgo nacional. El partido argumentaba que la alcaldesa de Santander, Gema Igual, también apoyó a Santamaría y mantuvo su puesto como candidata.
Un desliz marcó su efímero liderazgo
En una de sus primeras entrevistas como candidata, Beitia alimentó una polémica más con unas declaraciones a Onda Cero en las que afirmó: “Se debe tratar igual a un animal, mujer u hombre maltratado”. La polvareda fue tal que tuvo que corregir sus palabras, mientras el PP aseguraba que se había tratado de “un error sacado de contexto, que respondía a los nervios del momento”. Desde entonces, no volvió hacer ninguna declaración pública. En la nota en la que se comunica su renuncia, el PP advierte que Beitia tampoco va a dar explicaciones y pide que “se respete su decisión”.
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