El calvario judicial de Juana Rivas en Italia
La madre de Maracena reside desde marzo en Cagliari, donde se celebra el juicio por la custodia de sus hijos
Todo hacía vislumbrar que Juana Rivas tendría un periplo judicial complejo cuando el pasado julio desobedeció la orden judicial que le obligaba a entregar sus dos hijos al padre, el italiano Francesco Arcuri, condenado por lesiones en el ámbito familiar en 2009. Y esta posibilidad se ha cumplido de largo. En poco más de tres semanas, Rivas se sentará en el banquillo acusada de dos presuntos delitos de sustracción de menores por los que se enfrenta a una petición de cinco años de cárcel. Pero esta madre, que desapareció del mapa durante un mes con sus dos hijos, no espera el juicio sentada en su casa de Maracena (Granada). En realidad, Rivas espera un juicio ocupada con otro. Desde hace dos meses reside en la capital de Cerdeña, Cagliari, donde se celebra el juicio por la guardia y custodia de sus dos niños, de 4 y 12 años.
De esta ciudad salió en mayo de 2016 con sus hijos decidida a no volver y allí está ahora a la espera de ver qué decide un tribunal sobre ellos. Rivas vive junto a su madre en un piso de alquiler. Entre semana, su tiempo lo ocupa en el juzgado o, como ella cuenta por teléfono, traduciendo textos del juicio del italiano al español. Del viernes por la tarde hasta el domingo, está con sus hijos. Rivas cuenta que sigue “fuerte y sacando fuerzas para seguir adelante y con la sensación de que todo va a salir bien”.
Pero tras este tiempo en Cagliari, la madre se enfrenta a un nuevo problema, el económico. “Estoy sin medios y sobrevivo gracias a la ayuda de amigos y de un crowdfunding [micromecenazgo colectivo]”, dice. Para ayudarla, varias plataformas han organizado sendos conciertos solidarios. Uno ya se ha celebrado en Madrid este pasado fin de semana y el otro será el 7 de junio en Granada. La consejera de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, María José Sánchez Rubio, aseguró la semana pasada que buscaría el modo de “prestar ayuda para la asistencia jurídica en Italia de Rivas”.
El procedimiento en Italia no está resultando sencillo ni breve. La primera sesión tuvo lugar el pasado 31 de octubre. Seis meses y medio después, nadie sabe cuándo terminará. Y no es que el juicio haya estado parado. De hecho, ha ido cogiendo velocidad y las citas judiciales han pasado de una o dos al mes a varias diarias. En la fase actual, dos peritos judiciales y los psicólogos de cada una de las partes están evaluando el modo en el que se relacionan los miembros de la familia. Para ello, los padres y los niños están siendo escrutados exhaustivamente frente a los psicólogos y al tribunal desde hace más de un mes. La última de las 12 sesiones previstas, con entrevistas a unos y otros, individual o en grupo, debía ser el pasado 14 de mayo. Sin embargo, la juez ha dictado una nueva ronda de entrevistas que terminará, previsiblemente, a principio de junio, según fuentes de la defensa de Rivas. De hecho, dichas fuentes ya no descartan que la presencia de Rivas en Italia sea requerida después del juicio en España, el 14 de junio, lo que podría obligar a retrasar esta vista oral.
José Estanislao López, abogado de Rivas, comenta que “su señoría en Italia no ha tenido en cuenta las denuncias en España de Juana contra Francesco por violencia de género al no haber sentencia aún. De ahí que las sesiones periciales por la guardia y custodia se hagan con los dos progenitores y los dos hijos juntos, como si nada, como si no hubiera problemas serios entre ellos”. Para este letrado, las dos cosas son parte de un mismo hecho y deberían tenerse en cuenta.
Enrique Zambrano, abogado de Arcuri en España, considera que ambos juicios están totalmente desligados: “El caso de Italia es derecho de familia y el de España es penal, por lo que no están relacionados”. No obstante, Zambrano tampoco descarta que, en caso de que Rivas fuera condenada en España, “tenga trascendencia futura en Italia”. Es decir, una condena en España de Rivas, prevé el letrado, propiciaría que la juez italiana otorgara la guardia y custodia de los dos menores a Arcuri.
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