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Condenado a 20 años de cárcel un hombre que asesinó a golpes a su novia en Vigo

El acusado, que terminó con la vida de la mujer en 2015, también deberá indemnizar con 100.000 euros al hijo de la víctima

Dos furgonetas de la Policía Nacional custodian un edificio, en una imagen de archivo.
Dos furgonetas de la Policía Nacional custodian un edificio, en una imagen de archivo.toni ferragut

La sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha condenado este martes a 20 años de cárcel a D.P.A., considerado culpable por un tribunal de jurado del delito de asesinato con alevosía y ensañamiento. El jurado ha leído su veredicto, en el que declara culpable al procesado por unanimidad. Ve probado que D.P.A. atacó a D.P.M., con quien mantenía una relación intermitente, y la golpeó causándole múltiples y graves lesiones que le ocasionaron la muerte, en la tarde del 2 de septiembre de 2015, en un piso de la calle López de Neira en Vigo.

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Además de la pena de prisión, D.P.A. deberá indemnizar con 100.000 euros al hijo de la víctima, al que no podrá aproximarse ni comunicarse por período de 30 años. Asimismo, se establece una medida de libertad vigilada por dos años, condicionada a que participe en programas de reeducación sobre igualdad de género, que podrá realizar estando en prisión.

La Audiencia de Pontevedra también considera probado que esta agresión tenía el propósito de acabar con la vida de la mujer y que el acusado asumió que podría matarla. Del mismo modo, el tribunal popular ha sido unánime al considerar probado que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defensa, y que el acusado le causó lesiones que aumentaron su sufrimiento, aún siendo innecesarias para matarla.

Dado que había acuerdo entre las partes, la presidenta de la sala ha dictado sentencia in voce y la ha declarado firme. Así, ha condenado a D.P.A. a 20 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento, y le aplica la circunstancia agravante de parentesco y la atenuante de confesión, ya que el hombre se entregó en la Comisaría pocas horas después de cometer el crimen.

La Fiscalía y las acusaciones que ejercen uno de los hijos de la víctima, la Abogacía del Estado y la Xunta llegaron ayer a un acuerdo para solicitar 20 años en lugar de 24 y, dado que la defensa ha avanzado que no recurrirá, el tribunal de la Audiencia de Pontevedra ha dictado sentencia firme en sala.

D.P.A. ha relatado durante el juicio que el 6 de septiembre de 2015 fue a casa en la que convivía con la víctima, Divina M., tras almorzar con su familia, y que durante una discusión ella le golpeó y él la agredió, sin precisar cómo: "No era consciente de lo que estaba haciendo", ha dicho. Ha reconocido que cuando ella estaba en el suelo le propinó varias patadas en la cara, el cráneo y el cuello y que, en un momento dado, timbraron a la puerta, detuvo la agresión y se acercó hasta la entrada pero no vio a nadie por la mirilla. Al regresar a la habitación donde estaba la víctima le tocó el pulso y al creerla muerta cogió sus cosas y se marchó.

Los forenses encargados de la evaluación del acusado han dicho que éste tenía una "dependencia emocional" respecto a la víctima, que en ningún caso le anuló sus capacidades intelectivas ni volitivas. También han corroborado que Diego P.A. tomó tranquilizantes, como él alegó, sin poder especificar en qué cantidad y cuándo, pero que de todos modos ello tampoco le afectó a su consciencia sobre sus actos.

Los agentes que trabajaron en la escena del crimen y también los forenses han descrito un escenario de mucha violencia, ya que la habitación donde se produjo la paliza mortal estaba llena de manchas de sangre, algunas de las cuales llegaron hasta el techo.

El médico autor de la autopsia ha corroborado que varias lesiones que presentaba el cuerpo de la víctima podrían haber causado por sí solas su muerte, como por ejemplo una fractura lineal que literalmente le despegó la cara del cráneo, posiblemente, según ha apuntado, al golpearla contra el suelo o la pared. También ha certificado que la víctima fue estrangulada cuando aún estaba con vida y que apenas tuvo oportunidad de defenderse, ya que la única lesión compatible con ello es una que presentaba en el dorso de una mano.  

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