La dirección nacional del PSOE corrige a su líder regional y descarta una lista única de izquierdas en Madrid

La cúpula del PSOE de Pedro Sánchez quiso zanjar todo debate sobre la posibilidad de que el partido se presente a las municipales de 2019 al Ayuntamiento de Madrid en una lista unitaria de izquierdas, como defendió en declaraciones a EL PAÍS el líder del PSOE-M, José Manuel Franco, uno de los barones más afines a Sánchez y recientemente elegido con el 72% de los votos de los militantes. Se trata de una propuesta de “cosecha propia” del líder regional, que la dirección no conocía y que está fuera de lugar, de tiempo y de estrategia, consideraron en Ferraz, donde sobre todo se remarcó que el PSOE no renunciará en ningún caso a presentarse con sus siglas.

La dirección nacional del PSOE rechazó que el partido pueda diluirse en una candidatura más amplia en Madrid, como plantea el líder madrileño, y trató de reconducir su propuesta a que el partido pueda integrar en su lista al Ayuntamiento de la capital a personalidades de fuera del PSOE. “Nos vamos a presentar con nuestras siglas, cuando toque, en todo el territorio. Lo que quiere decir [José Manuel Franco] es que queremos a la izquierda con la mayor unión posible, eso significa que podamos contar con alguna personalidad”, afirmó Carmen Calvo, número cuatro de la ejecutiva, en comparecencia en la sede del partido. En privado, fuentes de la dirección calificaron el anuncio de “metedura de pata” del dirigente regional.

Pero la propuesta del líder madrileño, de la que este no se desdijo ayer tras la desautorización, no es la de integrar en la lista del PSOE a figuras ajenas al partido, sino la de constituir una “plataforma de izquierdas” de la que formaran parte los socialistas, personas vinculadas a Podemos y a IU y a colectivos sindicales y sociales, y cuyo nombre estaba abierto a que no llevara las siglas del PSOE. Su idea era conocida antes de revelarla a este periódico en el entorno de Podemos en la capital, toda vez que ya se han producido contactos entre los socialistas y el Gobierno de Manuela Carmena en los que se han hablado de las posibilidades de la izquierda de retener la alcaldía de la capital, que está en manos de Ahora Madrid, la plataforma en la que se integran Podemos e IU, apoyada desde fuera por el PSOE.

El problema de las siglas

El planteamiento que más ampollas levantó en el partido fue el de la posibilidad de renunciar a las siglas del PSOE en el nombre de la candidatura (lo que no significa que no pudieran ir también en la papeleta electoral). La portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Purificación Causapié, se apartó también de Franco al manifestarse partidaria de que el PSOE concurra a las elecciones “con sus siglas”. El líder regional añadió después a EL PAÍS que él también se siente “muy orgulloso de las siglas del PSOE” y tampoco quiere “renunciar a ellas”. “Dicho esto, creo que tenemos que sumar”, se reafirmó.

La dirección de Pedro Sánchez recibió con malestar la noticia en un momento en el que su estrategia pasa por distanciarse de Podemos, en horas bajas por su posición en Cataluña, y cuando pretenden situar el foco en sus propuestas socioeconómicas. “A día de hoy no estamos en eso”, insistían fuentes de la cúpula socialista, que con el cortafuegos de las siglas irrenunciables no descartaban en el futuro abrirse a alianzas.