En territorio CUP: “El 21-D es ilegal, pero votaremos porque todos los del 155 lo harán”
El independentismo se esfuerza en movilizar a sus filas, como en La Vilella Alta, ante la alta participación 'constitucionalista' que prevén las encuestas
La estrella roja de la estelada socialista recibe a las puertas del pueblo. Tras una sinuosa carretera de montaña y un brusco y empinado giro a la izquierda, una gran enseña secesionista ondea al viento en la entrada de La Vilella Alta, frente a un cartel a favor del referéndum ilegal del 1 de octubre y otro que pide Libertad para los presos políticos. "Aquí somos independentistas, republicanos y de izquierdas", se presenta Enrique Escoda, de 55 años, mientras pasea con su perro por las estrechas calles de este bastión del nacionalismo catalán, donde la CUP arrasa: no solo gobierna en el Ayuntamiento, sino que en las últimas autonómicas logró el 47,6% de los votos. Su mejor porcentaje de toda Cataluña.
Un gran resultado que la formación anticapitalista espera repetir el próximo 21-D en este municipio de casi 150 habitantes, donde las fuerzas secesionistas sumaron el 86% de las papeletas hace dos años. Incrustado en el Priorat —una comarca de Tarragona de fuerte presencia independentista—, en La Vilella Alta se volcaron en 2015 con unos comicios calificados de "plebiscitarios" por el Govern. Aquí, la participación alcanzó entonces el 88% y, ahora, los vecinos muestran su disposición a volver a acudir a las urnas en dos semanas. "Lo haremos resignados, porque nosotros ya teníamos un Gobierno y un president legítimos. Pero por supuesto que iremos a votar", recalca Teresa Rocamora, de 60 años y un lazo amarillo en la solapa. "Estas elecciones son ilegales, pero votaremos seguro, porque todos los del 155 irán a hacerlo", apostilla Escoda.
La campaña ha arrancado con todos los partidos volcados en movilizar a los suyos, convencidos de que este factor resultará clave y decantará la balanza entre los dos bloques. "El día 21 hemos de ir absolutamente todos, hemos de ganar otra vez en las urnas", insiste Marta Rovira, número dos de ERC: "Porque, si no vamos y ellos ganan, ¿sabéis que harán? Destruir el modelo de país que hemos construido". "A nosotros no nos costará mucho. Nos han llevado los catalanes tal al límite, que la gente tiene ganas", destaca José Manuel Villegas, secretario general de Ciudadanos, que considera una "incógnita" la participación de las fuerzas secesionistas: "Las consecuencias del procés son constatables: más paro y menos empresas. Y habrá que ver cómo responden sus votantes".
Las encuestas auguran cifras récord para el 21-D. Según el último barómetro del CIS, el 84,6% de los encuestados afirmó que acudirá a las urnas en estas autonómicas "con toda seguridad". Ese porcentaje supera con creces la participación registrada en 2015, cuando fue a votar el 74,5% de los catalanes con derecho a ello. Fuentes de los partidos constitucionalistas opinan que la movilización de los suyos será la realmente determinante, ya que ven menos probable que no vote toda aquella población que ha participado activamente en el procés durante años. De hecho, los datos detallados del CIS revelan que el 97,6% de quienes apoyaron a Junts pel Sí en 2015 participarán de nuevo en los comicios "con toda seguridad". Un porcentaje que, en el caso de la CUP, se sitúa en el 92,5%.
"Nosotros no faltaremos porque nos están humillando. [Xavier García] Albiol, cada vez que habla, humilla a Cataluña", subraya Escoda, mientras a sus espaldas se observa toda una batería de esteladas colgadas de los balcones de La Vilella Alta y carteles pegados en fachadas y puertas. "Nos sobran 155 razones. ¡El 21-D, en pie!", reza uno de ellos. "Sin miedo. Desobedeciendo por la independencia", dice otro, colocado en el propio tablón de anuncios del Ayuntamiento, muy movilizado a favor de la secesión y que, en la página web municipal, localiza al pueblo en los "Països Catalans".
El perfil del votante de la CUP
El último barómetro del CIS dibuja un perfil del votante de la CUP preocupado más por la independencia que por el paro. Según los datos del sondeo, el 22% de quienes apoyaron a la formación anticapitalista en 2015 considera el desempleo como uno de los principales problemas de Cataluña, frente al 29,8% que cree que lo es la "falta de autogobierno". Además, la encuesta también destaca que casi el 50% de votantes de la CUP "buena o muy buena" la situación económica de Cataluña; y más del 71% califica también de "buena o muy buena" la gestión del Govern de Carles Puigdemont.
El Consistorio también se sumó en los últimos meses a las huelgas y manifestaciones convocadas contra "la represión del Estado español"; abrió sus puertas el 12 de octubre, pese a que era fiesta nacional; y el alcalde, Marc Vinyes, se unió a los regidores de la CUP que manifestaron que no irían "voluntariamente" a declarar a los juzgados por firmar el decreto de cesión de colegios electorales para el 1 de octubre —que generó una gran movilización en el pueblo: votaron 149 personas y el 91% lo hizo a favor del Sí—.
Todo ello, en un pueblo donde el 100% de los habitantes que participó en los comicios locales de 2015 optó por la CUP. Era la única lista con vecinos. El PP y PSC, sin candidatos, presentaron "listas fantasmas" con gente de fuera. La Vilella Alta, tras saberlo, se organizó para elaborar una alternativa y concurrir bajo las siglas de los anticapitalistas. No querían que ocurriera como en 2011, cuando no tuvieron tiempo y el día de las elecciones decidieron no votar. El 100% se abstuvo, según explica Ramón Rosario, el presidente de la gestora que se hizo con las riendas del Ayuntamiento durante cuatro años. Aquí, entonces y ahora, el consenso resulta más fácil.
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