“Esperamos una justicia dura, rápida y eficaz”
Los familiares de Laura del Hoyo y Marina Okarynska, las jóvenes asesinadas en Cuenca hace dos años, afrontan desde este lunes el juicio contra el presunto asesino de ambas, Sergio Morate
Laura del Hoyo hubiese celebrado este domingo su 28 cumpleaños en compañía de su familia y amigos. Hace dos años fue asesinada en Cuenca, junto a su mejor amiga Marina Okarynska, cuando acompañaba a esta a recoger sus últimas pertenencias a casa de su expareja, Sergio Morate, que este lunes, y hasta el viernes, se sienta en el banquillo para ser juzgado por un jurado popular como presunto autor de ambos crímenes. La Fiscalía pide 48 años de prisión para el acusado.
Las dos jóvenes fueron estranguladas y después enterradas en un paraje junto a una poza de la localidad de Palomera (Cuenca). Un vecino de la zona encontró los cadáveres el día 12 de agosto de 2015, seis días después de su desaparición. Morate había huido días antes a Rumania con su coche, donde fue arrestado por las autoridades.
María Chamón, madre de Laura, asegura que el dolor que siente ahora es el mismo que el primer día, y que desde que murió su hija “la desolación y el drama” han vivido debajo de su piel. “Ya nada tiene ni luz ni color sin ella”, añade. La mujer, que siempre ha atendido a los medios con buenas maneras, se confiesa triste y cansada: “Sabíamos que el juicio tenía que llegar, pero estamos deseando que termine y esta pesadilla se acabe ya. Estamos nerviosas y agotadas. Es muy duro tener que ver la cara al asesino que ha matado sin ningún derecho a tu hija, esa persona que no nos ha dado ni la oportunidad de despedirnos, que quemó los cuerpos con cal viva y no pudimos darle ni un beso a Laura como cualquiera haría con un ser querido”, se lamenta Chamón.
La madre, el padre y las hermanas de Laura, así como los familiares de Marina, están llamados a declarar desde este lunes y en los próximos días en la Audiencia Provincial de Cuenca. A las familias les une el mismo deseo. “Esperamos una justicia rápida, dura, y eficaz. Un asesino como él debe cumplir la pena íntegra y que recaiga en él todo el peso de la ley. Siempre se me harán pocos los años que le caigan, pero espero que los cumpla de verdad y se pudra en la cárcel porque fue muy cruel lo que hizo”, expresa.
Ambas progenitoras siguen en contacto después del triste suceso que marcó sus vidas, aunque los padres de Marina siempre han sido más tímidos ante la prensa. “Casi siempre nos vemos en el cementerio, compartimos el mismo dolor porque las dos somos madres y nos tenemos muchísimo aprecio. Muchas veces nos han dicho que se sentían culpables porque a Laura le hubiese pasado esto por acompañar a Marina, pero yo me pongo en la misma situación y no puedo juzgar a nadie. Estoy segura de que si Laura volviese a nacer lo haría de nuevo, porque la bondad la caracterizaba”, afirma Chamón.
José Luis Chamón, tío de Laura y alcalde de la localidad conquense de Fuentenava de Jábaga, no ha querido atender hasta ahora a ningún medio, pero su labor de apoyo ha sido fundamental para su hermana y sus otras dos sobrinas. Él ha sido el encargado de tratar con los abogados y de asimilar los detalles más duros, como los que recoge el secreto de sumario. Un escudo humano para intentar proteger a sus familiares de más sufrimiento. José Luis confía en la justicia, pero teme que la condena no se cumpla. “Pedimos una justicia ejemplar. Sabemos que existen pruebas que acreditan premeditación y alevosía, y que fueron muertes sorpresivas, inesperadas y calculadas. Sabía lo que hacía, cómo lo hacía y sus motivos. No puede quedar impune algo que nos ha destrozado la vida”.
La madre de Laura asegura sentirse muy agradecida con los políticos, las autoridades, la prensa y la ciudadanía conquense, que se volcó, pero confiesa que por su mente han pasado muchas cosas, como en un momento determinado vender su casa y marcharse a otro lugar. Al final no lo ha hecho. “Aquí viven mis otras hijas y mi madre, que tiene 87 años, y es un apoyo grandísimo para mí desde que me jubilaron. Muchas veces la escucho hablar con Laura y sé que ella también lo está pasando mal, se adoraban, pero a mí me dice que esté tranquila y sea fuerte porque nada de lo que hagamos nos la va a devolver”. Chamón también subraya que otra razón de peso para no haber abandonado la capital: allí descansa Laura. “Cuando voy al cementerio siento que estoy con mi hija. Allí siento paz y me siento bien. Sé que no va a volver, pero para mí Laura es eterna”.
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