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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Pedro Iglesias, Pablo Sánchez y viceversa

Hay una especie de simbiosis entre los líderes de la izquierda, que ahora se confunden en sus planteamientos

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en el Congreso el 27 de junio.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en el Congreso el 27 de junio.OSCAR DEL POZO (AFP)

El panorama político cambió radicalmente en España tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE y la posterior moción de censura de Pablo Iglesias contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El renacido secretario general del PSOE, que había iniciado un giro a la izquierda desde la campaña electoral contra Susana Díaz, ha intensificado esa línea, acercándose a Unidos Podemos con el objetivo prioritario de crear una mayoría de cambio para desalojar al PP del poder.

El resultado inmediato ha sido una especie de simbiosis entre los líderes de la izquierda, que ahora se confunden muchas veces en sus planteamientos. Pedro Iglesias y Pablo Sánchez (y viceversa), se abrazan en público y se perdonan los agravios de hace tan solo un año, aunque ambos ocultan sus verdaderas intenciones.

En el entorno del líder socialista se explica a quienes quieran escuchar que la estrategia actual es ocupar el espacio de izquierda, recuperar algunos millones de votos de los que Podemos le había robado en 2015 y, desde allí, iniciar un camino hacia el centro para pescar en todos los caladeros posibles y conseguir ganar al PP en unas próximas elecciones.

Por su parte, el partido morado pretende ganar, de una vez por todas, la hegemonía de la izquierda, aprovechando que Sánchez no está en el Parlamento. La moción de censura fue el ejemplo de esta estrategia, con la que quieren dejar a los socialistas a su rebufo, mientras les halagan y les llevan a su terreno a la espera del momento oportuno para forzar la situación con propuestas de la izquierda radical que el PSOE nunca podrá asumir. De esa forma, pondrán en evidencia que solo ellos representan el verdadero progresismo en España.

Aunque ha pasado muy poco tiempo y no hay elecciones a la vista, el resultado de la encuesta de Metroscopia publicado ayer por EL PAÍS, demuestra que, por ahora, las cosas le van mejor a Podemos que al PSOE. El nuevo proyecto de Pedro Sánchez ha perdido más de un punto en estimación de voto en un solo mes (pasa del 22,8% al 21,6%), mientras el partido morado inicia el despegue (del 19,2% al 20,6%). Es pronto para sacar conclusiones, pero la tendencia apunta a que los socialistas sufren en junio la primera caída de intención de voto desde el desastroso comité federal de octubre de 2016, mientras que Unidos Podemos registra el primer rebote tras seis meses de caídas.

La misma encuesta apunta que todos los votos que puedan arrancar los socialistas al partido morado los perdería por el centro. El tiempo dirá si la estrategia de Sánchez es mejor o peor que la de Iglesias en esa dura batalla por el voto de izquierdas. El problema es que, mientras tanto, se tomen medidas que alejen al PSOE de ser una izquierda de Gobierno.

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