La mayoría de españoles querría hoy a Suárez como presidente del Gobierno
Un 65% de los españoles, insatisfecho con el funcionamiento de la democracia
Solo los votantes socialistas permanecen fieles en su añoranza a Felipe González. Los del PP, los de Ciudadanos, hasta los de Podemos, responden mayoritariamente Adolfo Suárez cuando les preguntan qué presidente del Gobierno les gustaría tener ahora al mando del país. Poco importa que en su día no desperatara un entusiasmo tán unánime. El primer político al que los españoles situaron en el Palacio de La Moncloa con su voto se ha convertido, según el sondeo elaborado por Metroscopia para EL PAÍS, en el símbolo de una voluntad de pacto y acuerdo que no se percibe en los actuales dirigentes.
No es el vehículo, es el piloto. En España no se registran pulsiones antisistema tan intensas como en otras latitudes del mundo. Un 87% de los consultados por Metroscopia contesta con rotundidad que la democracia es siempre preferible a cualquier otro sistema político. El problema surge cuando la pregunta se concreta en el aquí y el ahora: "¿Está usted satisfecho con el funcionamiento de nuestra democracia?" Un 65% se muestra insatisfecho frente a un 34% al que le gustan las cosas tal y como están. Solo los votantes del Partido Popular aparecen más complacientes que frustrados, pero ni siquiera en su caso la diferencia es amplia (54% frente a 46%). La decepción ante la calidad del sistema político español es notablemente más profundaentre el electorado de izquierdas, en especial entre los votantes de Unidos Podemos. Un 79% ellos muestra su pesimismo, frente un más rebajado 65% entre las filas del PSOE.
Los españoles han decidido que la nueva etapa debe jugarse a más de dos bandas y persisten en esta opinión sondeo tras sondeo. Un 63% se muestra favorable, según Metroscopia, a que haya en el Parlamento varios partidos de tamaño similar y no el tradicional bipartidismo. Es una convicción asentada mayoritariamente en todos los partidos excepto entre los votantes del PP. Esa añoranza de esquemas pasados en el partido que hoy retiene la primera posición puede ser la explicación de que no termine de cuajar una nueva cultura basada en el pacto continuo. En cualquier caso, las culpas se reparten y ninguna de las cuatro grandes formaciones obtiene un saldo positivo en la valoración de los españoles de su modo de hacer política en el Parlamento en esta legislatura.
En la imaginación colectiva de los españoles ha quedado grabada la Transición como el periodo de mayor voluntad para ceder y alcanzar acuerdos.
La añoranza de Suárez
Si pudieran elegir entre prácticamente todos los presidentes del Gobierno que ha tenido la democracia española —la pregunta no ha incluido a Leopoldo Calvo Sotelo—, Adolfo Suárez gana por goleada. Salvo entre los votantes socialistas, que sitúan en primer lugar a Felipe González, el líder de UCD y del CDS es el favorito no solo entre izquierda y derecha sino en todas las franjas de edad. Uno de cada cuatro electores de entre 18 y 34 años elige a Suárez por delante del resto, ocho puntos por delante de José Luis Rodríguez Zapatero. El paso del tiempo ha convertido al primer presidente del Gobierno de la democracia, del que una amplia mayoría de votantes no tiene un recuerdo directo, en el símbolo de una forma de hacer política sin trincheras. Un modo de hacer las cosas buscando el resultado práctico, algo a lo que aspiran los votantes situados en la franja de edad media de los 35 y 54 años. Para este segmento, las etiquetas de izquierda y derecha han dejado de ser válidas (un 49% frente a un 47%). No opina así exactamente el conjunto de la ciudadanía. Todavía son más los que creen útil esa división ideológica (un 50% frente a un 44%), pero el hecho de que casi la mitad ponga en duda estas dos categorías lleva a aventurar un tiempo nuevo en política. Resulta llamativo sin embargo que aquellos que llamaron a superar esa vieja dicotomía —Podemos— y a sustituirla por la de la casta y la gente tienen entre sus filas al mayor número de convencidos (57%) de que aún es útil distinguir entre izquierdas y derechas.
Albert Rivera, el líder político mejor valorado
Comienza a ser un clásico en las encuestas. Con algún que otro altibajo, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se mantiene en las series elaboradas por Metroscopia como el único dirigente político que obtiene un saldo evaluativo (la diferencia entre los que aprueban y los que desaprueban su gestión) positivo. En esta última entrega logra un saldo de dos puntos positivos, aunque en ocasiones anteriores la cifra ha llegado a ser más elevada.
A la espera de que el PSOE culmine su proceso de primarias y celebre su congreso, entre mayo y junio, la encuesta no somete a valoración a ningún dirigente socialista.
Ni Mariano Rajoy ni Pablo Iglesias obtienen un saldo positivo. El presidente del Gobierno obtiene un saldo de 36 puntos negativos. El líder de Unidos Podemos sigue siendo el dirigente menos valorado entre el conjunto de la ciudadanía (51 puntos negativos), aunque como ocurre con los otros líderes, es ampliamente respaldado entre los suyos.
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