Susana Díaz busca el apoyo del socialismo minero de León
La presidenta de Andalucía cuestiona la falta de "compromiso" de Rajoy con estas comarcas mientras sube el consumo de carbón importado
Las tribulaciones del sector minero centraron la atención de Susana Díaz en la parte final de su gira de fin de semana por Castilla y León. La presidenta de Andalucía cuestionó en el corazón del Bierzo, ante 300 militantes y simpatizantes del PSOE, la política energética del Gobierno de Mariano Rajoy, en concreto la importación de carbón de otros continentes mientras se cierran minas en el norte de España sin que sean sustituidas por una industria local alternativa.
“Se cierran minas en León cuando se está quemando en las centrales térmicas carbón de Colombia o de Australia. ¿Qué está pasando, que no hay un compromiso con los ciudadanos de zonas como esta?”, reprobó Díaz en el norte de León, donde escuece que España incrementase en un 23% el uso del carbón en 2015. La subida coincide con el fin de los incentivos estatales a las centrales térmicas para que emplearan carbón nacional. “Solo el 10% del carbón consumido es nuestro”, apuntó el secretario general provincial, Tino Rodríguez. De los nueve cargos provinciales en Castilla y León solo dos (Burgos y Valladolid) no se decantarían por Díaz como secretaria general del PSOE, en el caso de que se presentara.
Crítica de los partidarios del 'no es no'
Una decena de críticos con la abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy protestó a la llegada de la presidenta de Andalucía con pancartas y entre gritos de “¡fascistas!” y “¡fuera caciques!”. “Antes morir de pie que vivir arrodillado. No es no” o “Yo voté PSOE, no PP” rezaban algunos de los carteles. La Guardia Civil impidió el acceso de estas personas al acto organizado por la visita de Díaz. “Los socialistas siempre vamos a defender que la democracia funcione. Ante quienes no lo compartan [la abstención] tendremos tiempo de hacer pedagogía, dialogar y explicar cómo los ciudadanos no podían esperar. La inmensa mayoría de los españoles no podían seguir haciéndolo”, justificó la decisión de permitir la formación de Gobierno.
José Luis Rodríguez Zapatero, último presidente socialista del Gobierno y vinculado a León, también se decanta por ella. El secretario general de Castilla y León, Luis Tudanca, sin embargo, no acudió a las recepciones en León. Tampoco lo hizo la víspera a los encuentros que organizaron los secretarios provinciales de Palencia y Salamanca. Desde la dirección regional señalan que Tudanca solo fue invitado a Palencia, adonde no asistió porque le coincidía con una reunión de trabajo con el grupo parlamentario y su ejecutiva.
Díaz se reunió con alcaldes de poblaciones mineras en Brañuelas, una pedanía de 400 habitantes donde el PSOE ha gobernado siempre desde la restauración de la democracia y que en su época dorada, como nudo logístico del transporte de carbón, llegó a contar con 3.000 residentes. A continuación se desplazó a Camponaraya, municipio de 4.000 habitantes, donde los socialistas gobiernan desde 1983. La secretaria general del PSOE-A, la federación más poderosa del partido, demandó a Rajoy que “dé la cara” y apoye al sector minero como remedio a la falta de oportunidades y despoblación, consecuencia de la falta de expectativas de sus habitantes.
Mesa del Carbón
Para lograrlo, Díaz y los socialistas en general, reclaman la activación del plan nacional del carbón, firmado en 2013. “Pedimos que se active. Cuando alguien tiene un subsuelo rico no puede comprender que los ciudadanos pasen dificultades y no tengan calidad de vida. Es de puro sentido común. Desgraciadamente, el Gobierno no ha querido que ese acuerdo de 2013-18 se llevara a cabo y tampoco se ha preocupado de qué va a pasar después de 2018”, expresó la dirigente andaluza. Fuentes del PP achacan al incumplimiento del Plan del Carbón, firmado en 2013, la pérdida de la mayoría absoluta en Castilla y León. Los municipios leoneses que dependen de la mina resultaron clave.
Díaz también se declaró partidaria de poner en marcha la Mesa del Carbón del PSOE, postura que comparte Rodríguez, secretario general de la provincia de León. “Tenemos que recuperarla después de que Pedro Sánchez la eliminara”, afirmó. La Mesa del Carbón socialista contaba con representantes de Asturias, León, Palencia, Aragón, partes de Andalucía y de áreas muy concretas como Puertollano, en Castilla-La Mancha. Desde el entorno del exsecretario general sostienen que no es así y que Sánchez tenía prevista una reunión para plantear en el Parlamento iniciativas en defensa de la minería en los días en que la renuncia de parte de la dirección nacional del PSOE terminó con la dimisión de Sánchez como secretario general.
El segundo de los dos actos que Sánchez ha mantenido con militantes desde su renuncia como diputado horas antes de la investidura de Rajoy fue en la localidad asturiana de San Martín del Rey Aurelio, en plena cuenca minera. Allí, el exsecretario general se reunió con los principales responsables del SOMA, sindicato minero muy influyente en el Principado.
“Es un pecado cómo se ha abandonado esta comarca”
El guiño de Susana Díaz a los mineros leoneses, cuyo deprimido estado de ánimo palpó sobre el terreno en una comarca, la del Bierzo, que sobrevive recordando mejores tiempos, impactó entre unos asistentes que reprochan el abandono que sienten por parte del Gobierno. La defensa de la presidenta de Andalucía del carbón nacional hizo que se ganara, de entrada, el respeto de los congregados. La afirmación de Díaz de que el carbón nacional “no sube la factura de la luz”, y su condena al cierre de minas en León completó la conexión con los presentes. “Yo fui minero, y es un pecado cómo se ha abandonado esta comarca. A los mineros. Todo lo que ha dicho Díaz es cierto”, explicó a la finalización del acto, en el que no paró de asentir con la cabeza, José Méndez, de 76 años.
De los asistentes al recinto ferial de Camponaraya quien no había sido minero lo era o pertenecía a una familia en la que el carbón era el medio de ganarse el sustento. También estaban quienes, indirectamente, también dependieron de la mina. El drama lo aportaban quienes recordaban que un desprendimiento en las entrañas de la tierra o una explosión de grisú se llevaron a un padre, a un primo o a un hermano.
Santiago Pestaña, socialista “de toda la vida”, incidía a sus 65 años, como descendiente de familia minera (padre y abuelo), “en la contradicción de tener carbón y sin embargo importarlo de otros países”. Jesús Gonzalo, de 63 años, recordaba a su lado que a Ponferrada se la conocía hace no tanto como la “ciudad del dólar”, por el dinero que movía un sector ahora en barrena. El padre de Gonzalo era camionero y se dedicaba a transportar carbón por todo el país. Una prueba más del significado de este sector, el de la minería, en la creación de puestos de trabajo indirectos en zonas rurales como la del Bierzo y otras lindantes como Laciana o el concejo asturiano de Cangas del Narcea.
En estas comarcas de pueblos apartados que los jóvenes dejan en busca de un futuro en las urbes no existe una alternativa consolidada a la minería —hay quienes proponen que se impulse la industria maderera, con escaso éxito— mientras opciones como el turismo rural están en una fase embrionaria. La consecuencia es la despoblación de estos territorios y una población envejecida, que en muchas ocasiones vive de las pensiones de la mina.
La conclusión, para Díaz, es que Rajoy “no quiere reconocer que estas comarcas son ejemplos de izquierda y por eso ataca la reivindicación de hombres y mujeres que se han hecho a sí mismos”. “Ella habla para que se la entienda. Me gusta cómo reivindica los valores y conquistas del PSOE”, decía sobre Díaz Soledad Castro, pensionista de 57 años. “Con eso mismo me quedo. Con el orgullo de ser socialista”, confiaba la agricultora Teresa Alves, de 51 años. Para ambas la mina no es un lugar remoto y extraño.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.