Prisión para seis de los ocho detenidos por la agresión a dos guardias civiles en Alsasua
La juez imputa a los arrestados un delito de lesiones terroristas
La Guardia Civil ha detenido a primera hora de este lunes a al menos ocho personas relacionadas con la agresión sufrida la madrugada del 15 de octubre pasado por dos guardias civiles fuera de servicio y sus parejas en el Bar Koxka de Alsasua. Los arrestos se han producido en esta localidad del norte de Navarra, así como en Pamplona, Vitoria, Agurain (Álava) y la localidad guipuzcoana de Ordizia. La titular del Juzgado de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, ha decretado el ingreso en prisión de seis de ellos, después de que lo haya solicitado la fiscalía. Les imputa un delito de lesiones terroristas, consistente en "provocar un estado de terror en la población o en una parte de ella".
Los encarcelados son Jokin Unamuno, Iñaki Abad, Oihan Arnanz, Julen Goikoetxea, Jon Ander Cob y Aratz Urrizola. Las dos mujeres detenidas junto a ellos, Edurne Martínez Arrese y Ainara Urquijo, quedaron en libertad provisional — al no haber participado en la paliza— con obligación de comparecer en el juzgado dos días a la semana y prohibición de salir de España.
Estas detenciones llegan después de que, la pasada semana, Lamela identificara a 12 personas en relación con la agresión, que podría ser constitutiva de un delito de terrorismo. Por ello, la magistrada solicitó la inhibición del Juzgado de Instrucción de Pamplona que investigaba el caso hasta entonces, algo que se sustanció la semana pasada.
La operación, que continúa abierta, podría saldarse con más arrestos y según Interior se trataría de miembros del movimiento Ospa (expresión en euskera para exclamar "fuera") que dinamizan la campaña Alde hemendik (Fuera de aquí, en euskera) contra la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado en Euskadi y Navarra. Tras la agresión fueron detenidos dos jóvenes como presuntos autores por la Policía Foral, que atendió en un primer momento el suceso. La juez de instrucción de Pamplona, María Paz Benito, dictó para ellos libertad con obligación de presentarse semanalmente en el juzgado acusados de un delito de lesiones y otro de atentado.
Sin embargo, el colectivo de víctimas del terrorismo Covite denunció el hecho en la Audiencia Nacional por considerar que podría constituir un delito de terrorismo, algo que tanto la fiscalía como la propia magistrada Lamela asumieron como posible. La juez considera que el suceso podría enmarcarse en una campaña de acoso dirigida a aislar a la Guardia Civil y crear un "clima de miedo" entre los ciudadanos para evitar que entablen vínculos afectivos con ellos. El objetivo, según la magistrada, pudo ser "despertar la inquietud y el desasosiego" y perturbar el pacífico y normal desarrollo de la libertad en actividades tan cotidianas como tomarse algo en un bar.
"Perros", "putos pikoletos"
La agresión se produjo cuando dos guardias civiles fuera de servicio se encontraban junto a sus novias en un bar de Alsasua, localidad que ese fin de semana celebraba sus ferias de octubre. Según la denuncia, un grupo numeroso rodeó a los cuatro y les agredió, produciendo heridas que en el caso de un teniente de 26 años conllevó la rotura de un tobillo.
El relato de la juez asegura que alrededor de las tres y cuarto de la madrugada, Jokin Unamuno, uno de los ahora encarcelados, entró en el bar acompañado de una menor y se dirigió a uno de los agentes para decirle que no tenía derecho a estar allí.
En este momento intervino el teniente, diciéndole que les dejara en paz, pese a lo cual Jokin insistió en su actitud. Al mismo tiempo se acercaron a los agentes entre 20 y 25 personas que les rodearon y comenzaron a amenazarles e insultarles con expresiones como "esto os pasa por venir aquí", "tenéis lo que os merecéis", "iros de aquí", "hijos de puta", "cabrones fuera de aquí", "perros", "putos pikoletos", "txakurras", "alde hemendik (que se vayan)" "utzi pakean" (dejadnos en paz), para a continuación "comenzar a golpearles".
Los agentes y sus parejas intentaron entonces abandonar el bar y, ya en la calle, se encontraron con otro grupo de entre 15 y 20 personas que, junto con los anteriores, continuaron con los insultos y los golpes hasta que llegaron los agentes de la policía foral.
Añade la juez que los seis hombres para los que ha dictado prisión conocían la condición de guardias civiles de los agredidos "siendo esta única y exclusivamente la causa por la que fueron insultados y golpeados".
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