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Jorge Moragas: “La gente está cansada pero con ganas de votar”

El responsable de la campaña del PP cree que una clave para interpretar hoy será el grado de participación y la coherencia de candidatos y propuestas

Javier Casqueiro
El popular Jorge Moragas, durante la presentación del plan de campaña electoral del Partido Popular
El popular Jorge Moragas, durante la presentación del plan de campaña electoral del Partido Popular Samuel Sánchez

Jorge Moragas (Barcelona, 51 años) ha sido de nuevo para este 26-J el jefe de la campaña del PP como ya lo fue por primera vez para el 20-D y es el jefe de Gabinete del presidente del Gobierno Mariano Rajoy en La Moncloa. Es diplomático y le chifla manejar la trastienda del poder.

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Pregunta: ¿Ha sido la campaña de la polarización?

Respuesta: Yo diría que ha sido la campaña más de contraste que de polarización. La España moderada frente a la extremista, dos modelos distintos y ambos representarían un cambio. La filosofía de la gran coalición entre el PP y el PSOE sería un cambio en la historia de la democracia española, sería el gran cambio.

P: ¿A quién buscaban movilizar más allá de los convencidos?

R. No hay que despreciar a los que se califica de convencidos. Ellos requieren atención. Es tan importante retener como seducir y reconquistar, solo haciendo ambas cosas es posible crecer. Y lo mas importante y novedoso ha sido el esfuerzo de segmentación, targetting y personalización según el criterio de las circunscripciones prioritarias. Hemos innovado mucho en ese ángulo y no sabemos todavía si el esfuerzo tendrá recompensa pero por lo menos lo hemos intentado como nunca antes se había hecho.

P: ¿Influyó el debate electoral en su estrategia y en la campaña?

R. No influyó en la estrategia porque esta se concibió y diseñó con antelación. Es cierto que podría haberlo hecho a posteriori si hubiese sido un fracaso, que no fue. Eso sí, exigió tiempo y trabajo negociador previo para abordarlo con éxito y así seguir avanzando con la estrategia prevista en el resto de la campaña. Se confunde con demasiada facilidad la estrategia con la táctica.

P. ¿Han notado más o menos intensidad en la participación del electorado? ¿Se ha notado el hartazgo?

R. Hay cansancio, hartazgo e incluso hastío. Lo sabíamos y es verdad, lógico y comprensible. Otra cosa es que se refleje en una participación baja o alta. Ese es el mayor interrogante que todavía no ha despejado ninguna bola de cristal. Veremos como los españoles administran su cansancio. Creo que la gente esta cansada pero con ganas de votar. Lo cierto es que hay muchas novedades en esta campaña, casi todo es inédito.

P. ¿Ha sido esta una campaña centrada en los futuros pactos únicamente?

R. No está claro, sí que es cierto que la política de pactos preventiva ha provocado una panoplia de posiciones tácticas de algunos para abandonar la irrelevancia en la que se encontraban. Sin embargo, nosotros hemos sido muy claros y sí, quizás poco originales, pero la claridad es una forma también creativa de generar confianza por medio del valor clave que es la coherencia. Aquí lo que supone una gran cambio en el sistema ha sido el pacto del botellín entre Podemos e IU y la alteración en la asignación de escaños que ese acuerdo de extrema izquierda pueda provocar. Estas elecciones arrojan paradojas inquietantes como la de que se pueda subir en votos y bajar escaños. Esa posibilidad también es inédita.

P. ¿Creen que ha servido para debatir propuestas o contenidos que interesaran a la gente?

R. Sí y no. Reconozco que algo nada superficial como el empleo sí que hemos conseguido colarlo en el debate con cierto éxito o eso espero. Ahora hay más gente que entiende qué queremos decir con 20/20, un horizonte tangible de creación de empleo (20 millones antes del 2020) y la consiguiente sostenibilidad del estado del bienestar. Eso es hablar del futuro del país y nosotros lo hemos hecho hasta la saciedad. Es lo más serio que se ha debatido y nadie ha podido negar esa propuesta ni su posibilidad.

P. ¿Cuál ha sido el peor y el mejor momento de la campaña?

R. Es ambivalente... El peor para mí es el final de la campaña porque tienes la sensación de que los dados ya están rodando y no puedes hacer nada más para mejorar. El mejor, curiosamente es el mismo momento porque significa que se ha terminado la locura de vida que supone una campaña donde el día y la noche se confunden, las encuestas te acribillan a las 3:00 am, los mensajes se cierran a las 2:00 y a las 8:00 se arranca con los medios de comunicación, así un mes seguido es como correr un París Dakar, te apasiona pero cada día, al final de la etapa, sientes un motivo de alivio y felicidad porque queda menos para llegar a la meta del Lago Rosa.

P. ¿Afectará el Brexit al resultado del 26_J?

R. Quizás, la seguridad y la certidumbre son valores en alza tras el Brexit y los referéndums como herramienta política salen trasquilados y desprestigiados con este resultado. El gobernante que elude la responsabilidad consustancial del poder delegado por el pueblo que supone asumir el peso de la decisión y al mismo tiempo traslada esa carga de poder a los ciudadanos puede provocar división en la sociedad y efectos colaterales en ocasiones muy negativos. Hay una cierta ludopatía política en eso de ir convocando referéndums y la gente creo que se ha dado cuenta.

P. ¿Hay un reflejo español en el espejo del Brexit?

R. Medirlo en votos es muy aventurado y pero sí creo que crea nuevos marcos mentales en la gente cuando hoy piensa en referéndums.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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