Una marcha con expresos de ETA reclama que se vacíen las cárceles
La manifestación convocada en Bilbao exige una salida para los reclusos de la banda dispuestos a aceptar la legalidad
En una imagen inédita, antiguos presos y huidos de ETA se han puesto este domingo al frente de una manifestación en Bilbao para reclamar una solución para los 386 reclusos de la banda que siguen entre rejas. Han protagonizado una movilización que busca "vaciar las cárceles". Sus impulsores han recordado que los integrantes del colectivo de presos terroristas están dispuestos a aceptar la legalidad penitenciaria para lograr su libertad lo antes posible. Varios miles de personas se han sumado a la iniciativa, en la que ha tomado parte Arnaldo Otegi, el líder de la izquierda abertzale, y que ha discurrido en medio de gritos a favor de la amnistía y el acercamiento de los presos.
Por primera vez, el protagonismo ha recaído en los expresos y exrefugiados, promotores de una marcha que en ocasiones anteriores solían impulsar las asociaciones de familiares de los presos, plataformas ciudadanas o incluso la propia izquierda abertzale. La manifestación, que ha discurrido por el centro de la capital vizcaína tras una pancarta con el lema Amnistiaren norabidean, euskal preso eta iheslariak etxera (En el camino de la amnistía, presos y huidos a casa), ha contado en su primera fila con rostros conocidos como los de José Antonio López Ruiz Kubati, Juan Mari Olano o la histórica dirigente de HB Itziar Aizpurua, condenada en el proceso de Burgos y compañera de Jokin Gorostidi, condena a muerte en el mismo proceso.
Antes de arrancar la marcha, Kubati, autor entre otros del asesinato de Yoyes, ha asegurado que el colectivo de presos está dispuesto a “andar el camino de la reconciliación” y acepta acogerse a las medidas recogidas en la actual política penitenciaria para adelantar su salida de prisión. Se ha sumado de esta manera a las tesis más posibilistas que ahora también respalda la izquierda abertzale.
La salida ideal para ellos sería una amnistía para los 386 presos que permanecen recluidos en cárceles españolas y francesas, pero en vista de que esa opción es inalcanzable a corto plazo, se decantan entretanto por “utilizar los cauces legales” para mejorar su situación penitenciaria. Kubati ha afirmado que los encarcelados aceptan “recorrer la legalidad” si se dan las “condiciones”, ha dicho. Aunque ha apostillado que la situación está ahora mismo “obstruida por la legislación de excepción” que aplica el Gobierno español a los reclusos.
Cerca de 700 expresos etarras, en una imagen que tampoco se había dado nunca, se reunieron a mediados de marzo pasado en Usurbil (Gipuzkoa) para convocar la movilización de hoy y, a la vez, hacer pública su decisión de “avanzar por vías exclusivamente políticas y democráticas” y aceptar que los presos adopten medidas individuales que les permitan acercarse a cárceles vascas y anticipen su puesta en libertad. “Valerse de la legislación y del reglamento penitenciario no cuestiona en ningún modo el carácter militante de todos ellos, ni el valor y la dignidad de su trayectoria. Ni ahora ni antes”, dicen ahora los expresos de ETA. Un total de 1.662 expresos y huidos de ETA han firmado finalmente esta vía.
Es el mismo planteamiento que ha defendido esta misma semana Otegi –hoy no ha querido hacer declaraciones para dar todo el protagonismo “a los presos”- en su regreso a la vida política tras cumplir seis años y medio de condena. “Todos los caminos son buenos si se trata de sacar a los presos de las cárceles, incluso la aceptación de la legalidad penitenciaria”, dijo tras criticar la negativa del Gobierno español a flexibilizar su trato a los internos etarras.
El manifiesto que suscribieron en Usurbil ha sido respaldado por 1.662 expresos y exrefugiados. “La legalidad es un campo de lucha, no una renuncia”, han afirmado en una entrevista publicada por Gara Begoña Uzkudun y Juan José Legorburu, ambos en libertad tras 18 y 27 entre rejas, respectivamente. En la misma línea, EH Bildu ha hecho un llamamiento a los presos de ETA a aceptar las solicitudes para acceder a la libertad condicional porque "es hora de vaciar las cárceles y volver a casa".
Sin embargo, esta estrategia se ha encontrado con la oposición del sector más duro y minoritario entre los presos, el Movimiento pro Amnistía y contra la Represión (Amnistía Ta Askatasuna, ATA), que defiende unos postulados más intransigentes y ha remitido cartas a cada uno de los presos de ETA en las que les piden que no admitan "la legalidad penitenciaria y judicial", que no renuncien a "su lucha o militancia" ni asuman "el arrepentimiento del daño o el sufrimiento generado".
La realidad es que algunos presos ya han solicitado trabajo en sus cárceles para acogerse así a beneficios penitenciarios. Se rompe así una dinámica seguida durante décadas de renunciar a este tipo de ventajas porque había que tramitarlas de forma individual. También lo hicieron los herederos de Batasuna al alcanzar recientemente un acuerdo histórico con la Fiscalía de la Audiencia Nacional que les permitió eludir su entrada en prisión, para lo cual tuvieron que admitir el daño causado a las víctimas.
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