Diego Torres sufre para explicar la ingeniería financiera de Nóos
El socio de Urdangarin reconoce que el esposo de la infanta Cristina trabajó para el Instituto tras desvincularse de él
El cerebro del Instituto Nóos, Diego Torres, sufrió este miércoles para explicar la ingeniería financiera utilizada por la trama. Los mecanismos contables permitieron vaciar la caja de la consultora, que logró cerca de 6,2 millones de euros de la Administración. Los beneficios se repartieron, mediante empresas interpuestas, entre Torres y Urdangarin. El gerente de Nóos trazó tres líneas de defensa: negó tener conocimientos fiscales, aseguró que la consultoría es un negocio con reglas singulares y se escudó en que el diseño financiero lo supervisó un asesor del Rey emérito.
El elaborado argumentario utilizado por Torres no sirvió para explicar por qué vació sus cuentas personales en Andorra mientras abría tres cuentas en Luxemburgo. El socio de Iñaki Urdangarin negó tener conciencia de haber llevado su dinero a un paraíso fiscal e insistió en responsabilizar a su cuñado Miguel Tejeiro, secretario del Instituto Nóos, de la decisión. Al final, tras destaparse el escándalo, Torres tuvo que contratar a otro asesor para regularizar su situación fiscal y presentar dos declaraciones de renta complementarias, según relató él mismo tras presentarse como una víctima.
En el relato de Torres, también fue su cuñado Miguel Tejeiro, contra el que se retiraron las acusaciones el pasado día 9 y que declarará más adelante como testigo, el responsable de la ingeniería financiera utilizada en Nóos.
El socio de Urdangarin, licenciado en Ciencias Empresariales, explicó que su cuñado consultaba periódicamente con un alto funcionario del Ministerio de Hacienda, Federico Rubio Carvajal, que también realizaba las declaraciones fiscales de los miembros de la Casa Real. Unas consultas que, según explicó, a veces también venían orientadas por el abogado del Rey emérito José Manuel Romero.
Según Torres, las consultas fiscales de su cuñado se produjeron periódicamente y siempre antes de presentarse las declaraciones de las sociedades. “Este señor [Rubio Carvajal] era el que hizo el informe a don Juan de Borbón para que le dejasen la herencia en Suiza al rey Juan Carlos para pagar menos impuestos”, afirmó Torres como argumento de autoridad.
Torres alternó su ignorancia en temas contables con su insistencia en que siempre contó con la supervisión de la Casa Real en las actividades de Nóos. Un argumentario que empezó a tener grietas cuando la abogada del Estado, Dolores Ripoll, empezó a preguntar por el importante número de facturas cruzadas entre las empresas de la trama.
Llegado este punto, ya no hubo cabida ni para el asesoramiento de la Casa Real ni para la ignorancia fiscal y el cerebro de Nóos tuvo que recurrir a explicar la singularidad del trabajo de consultor. Una actividad que, según explicó, permite desdoblar facturas, no tener necesidad de sede física, traspasar trabajadores entre sociedades o facturar entre empresas del mismo grupo por conceptos genéricos.
El también vicepresidente del Instituto Nóos, que se enfrenta a una petición fiscal de 16 años y seis meses de prisión, tuvo que admitir que 425 facturas cruzadas entre las empresas de la trama por importe de ocho millones de euros era “excesivo”. La abogada del Estado destacó, además, que parte de esa elevada facturación se produjo por parte de empresas que no tenían trabajadores o que solo llegaron a tener a dos personas contratadas. Extremo que Diego Torres intentó desmontar con el argumento de que sus empresas siempre contaron con becarios y consultores externos. El interrogatorio, por tercer día consecutivo, proseguirá este jueves.
Torres siguió este miércoles en su línea de parapetarse tras la supuesta supervisión de la Casa del Rey. Y lo hizo a la hora de explicar el nacimiento, en 2007, de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, que sucedió a Nóos cuando las actividades de esta empezaban a levantar sospechas políticas.
Según Torres, fue José Manuel Romero, conde de Fontao y abogado de cabecera del rey Juan Carlos, quien dio instrucciones para disolver la Fundación Areté, creada por Urdangarin y Torres tras salir de Nóos, y constituir una nueva entidad presidida por un empresario y con un patronato de perfil internacional al que pudiera incorporarse el esposo de Cristina de Borbón.
El profesor de Esade explicó que, tras cerrar Nóos, Urdangarin buscaba la forma de seguir vinculado al mundo del deporte, que le llenaba más que la presencia en consejos de administración de empresas. Para ello, pensaron, de acuerdo con el abogado del Rey, que la fórmula más adecuada sería una fundación. Entre ambos socios reunieron 30.000 euros y constituyeron la fundación Areté.
“Romero se tiró de los pelos”, según Torres, al saber que Urdangarin y él se habían vuelto a asociar para ponerse al frente de la nueva entidad. “Os habéis precipitado, nos dijo; lo mejor era que los empresarios constituyan una nueva fundación y le inviten a Urdangarin a unirse, y luego hacerle presidente, nos explicó. Si el abogado del jefe del Estado te dice que se debe hacer así, seguimos sus instrucciones”, comentó Torres.
La nueva fundación fue constituida por Joaquim Boixareu, empresario y profesor de Esade y estaba presidida por el también empresario Javier Nieto. “Romero nos dio instrucciones de que el patronato fuera muy internacional y muy académico”, explicó Torres. Mario Sorribas, apoderado de Urdangarin llevaba la gestión diaria de la entidad sustituta de Nóos.
Facturas pendientes
Torres reconoció también este miércoles a preguntas del fiscal Pedro Horrach que su socio Iñaki Urdangarin siguió colaborando con el Instituto Nóos tras desvincularse formalmente de la entidad en mayo de 2006 a instancias de la Casa del Rey. Torres ha afirmado que Urdangarin medió con José Luis Pepote Ballester, ex director general de Deportes del Gobierno balear, para que el Ejecutivo autonómico pagara una serie de facturas pendientes por la celebración del segundo Illes Balears Fórum, del año 2006.
"Al final le pedí ayuda a Urdangarin para que se nos pagase", ha explicado Torres, "porque había estado involucrado en la primera fase [la primera edición de Illes Balears Fórum 2005] más que en la segunda". El socio del exduque de Palma expuso un motivo más para recurrir al yerno de Juan Carlos I: "A Urdangarin lo llamábamos porque sabíamos que estaría triste" de no poder seguir con las actividades del Instituto Nóos.
El fiscal Horrach terminó su interrogatorio, que ha durado once horas y media, sobre las 12.45, para dar paso a la abogada del Estado, Dolores Ripoll, que se centró en las supuestas irregularidades fiscales del Instituto Nóos. El inicio de su cuestionario dio pie a Torres para utilizar a la Casa del Rey para defenderse. El socio de Urdangarin recordó que el alto funcionario de Hacienda Federico Rubio Carvajal, que realiza las declaraciones fiscales de los miembros de la Familia Real, se encargó de la supervisión tributaria de Nóos. Torres se defendió atacando con una “información ya publicada”: “Este señor [Rubio Carvajal] era el que hizo el informe a don Juan de Borbón para que le dejase la herencia en Suiza al rey Juan Carlos para pagar menos impuestos”.
Torres, al igual que el pasado martes, reiteró que su cuñado y asesor fiscal Miguel Tejeiro era el que formulaba las consultas a Rubio Carvajal, y que, en ocasiones, el abogado del Monarca emérito, José Manuel Romero, le indicaba las consultas que había que realizar.
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