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ETA prepara su desarme total para las elecciones vascas

La decisión de la banda terrorista está vinculada a la situación delicada de la izquierda abertzale

Luis R. Aizpeolea

ETA culminará el proceso de desarme total antes de las elecciones vascas, previstas para octubre, según aseguran fuentes nacionalistas. La decisión de ETA de reactivar el proceso, prácticamente paralizado y olvidado desde el fiasco de desarme de hace dos años, está vinculada con la delicada situación de la izquierda abertzale, que necesita sacudirse “hipotecas del pasado” para competir en mejores condiciones en las próximas elecciones autonómicas. Además, la banda ya no pone como requisito el apoyo del Gobierno central.

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La izquierda abertzale ya no pone como condición para el desarme la participación del Gobierno central, tras rechazarlo Mariano Rajoy durante sus cuatro años de presidente. Pero también cree que si, con el cambio del mapa electoral, un nuevo Gobierno decide participar en el desarme, “facilitaría y aceleraría el proceso”.

La razón es que uno de los obstáculos con que se encuentran los militantes de ETA que preparan el desarme es que la policía conoce la localización de algunos de los zulos y, por tanto, sus movimientos pueden ser detectados y acabar en prisión. Una participación del Gobierno central salvaría este obstáculo. Los etarras quieren garantizar, también, la destrucción de las armas porque algunas de ellas pueden tener huellas y ofrecer pistas.

El Ejecutivo vasco también ha pedido reiteradamente sin éxito al Gobierno del PP que se comprometa en el desarme y lo volverá a hacer con el nuevo Gabinete. El lehendakari, Íñigo Urkullu, cree necesario un “final ordenado” de ETA con un desarme total y verificable, que comprometa a lo que queda de la organización, que evite escisiones y el riesgo de que algún grupúsculo se quede con armamento y la sigla. Urkullu también ha llamado durante estos años la atención a Rajoy sobre lo insólito de la actitud de su Gobierno al negarse a participar en un desarme al que ETA ha estado dispuesta sin contrapartidas. “No existe ningún caso conocido. Ni en Irlanda, ni en Latinoamérica ni en Asia. Es más, hasta Felipe González se comprometió como facilitador del desarme del grupo guerrillero colombiano M-19 en los años ochenta”, recuerdan en el Gobierno vasco.

Mensaje obsoleto

Las elecciones se presentan complicadas para la izquierda abertzale, tras sus fracasos en las municipales de mayo y las generales de diciembre y ante la fortaleza electoral del PNV y del sorprendente auge de Podemos, que le arrebató un tercio de su electorado el 20-D, lo que la propia izquierda abertzale atribuye, en parte, a sus vínculos con el pasado terrorista y a la obsolescencia de su mensaje. De esas hipotecas, la que tiene una solución menos difícil es el desarme de ETA. La izquierda abertzale trabaja para que la organización lo cierre antes del otoño. A su vez, el PNV introducirá la cuestión del desarme en la negociación del nuevo Gobierno.

La existencia de una ETA sin desarmar, con una extrema debilidad tras cuatro años de inactividad absoluta, se ha convertido en una rémora para la normalización institucional de la izquierda abertzale, con su correspondiente repercusión electoral.

El primer toque de atención sobre el proceso de desarme lo dio el pasado 12 de enero el veterano dirigente de Sortu Rufi Etxeberria, que anunció en un discurso en Pamplona que “a la mayor brevedad posible”, culminará el proceso de sellado y verificación de los “arsenales de ETA” y la inmediata creación de una Comisión Independiente de Desarme. Dicha comisión daría paso en un “tiempo prudencial” a un “proceso controlado, ordenado y consensuado que culminará con la destrucción de los arsenales” con la participación de los Gobiernos vasco y navarro así como personalidades de la sociedad vasca.

Tan solo 15 días después reaparecía, también tras mucho tiempo, el abogado surafricano y mediador de ETA Brian Currin, acompañado del profesor Albert Spektorosky, en unas jornadas organizadas por el Foro Social en Gernika (Bizkaia). Este foro recoge a varias entidades próximas a la izquierda abertzale, y presentará sus conclusiones antes de un mes. En ese marco seguirá el protocolo que ha adornado las grandes decisiones de ETA. El foro le reclamará a ETA el compromiso de un rápido desarme que la banda asumirá con un comunicado unos días después, aseguran fuentes nacionalistas.

La propuesta de Sortu, y que el Gobierno vasco considera asumible por ser similar a la suya, consiste en crear una Comisión Independiente de Desarme con la participación del Foro Social, los Gobiernos vasco y navarro y el Comité Internacional de Verificación que coordina Ram Manikalingam. Dicha comisión será la avalista del proceso y el Comité Internacional dispondrá de la información con la localización de los almacenamientos de armas y explosivos con garantías de seguridad que transmitirá a la Ertzaintza para proceder legalmente.

Un arsenal menor que el de las FARC de Colombia

En estos momentos, ETA está culminando el proceso de sellado e inventariado del armamento, previo a su proceso de desarme, según ha anunciado el Comité Internacional de Verificación. El Gobierno vasco está dispuesto a embarcarse en el proceso una vez que ETA ofrezca garantías de un desarme total y sin contrapartidas.

El arsenal de la banda terrorista es mucho menor del que disponen las FARC de Colombia o incluso del que dispuso el IRA irlandés. Los Gobiernos central y vasco calculan que ETA puede disponer de unas 400 armas cortas, unas 300 largas, varias toneladas de explosivo en mal estado y unos pocos viejos misiles.

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