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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El principal error

El error de Sánchez es creer que un Gobierno con Podemos es una alternativa de izquierdas

Francesc de Carreras

Como es notorio, Pedro Sánchez ha cometido recientemente varios errores. El primero, quizás, fue no haber sabido interpretar el resultado electoral: 90 escaños es el peor resultado del PSOE en democracia.

No lo acuso de ser el culpable, pero su reacción hubiera debido ser más humilde. Por el contrario, al añadir a sus escaños los de Podemos e IU, más Ciudadanos y otros varios, quiso dar la impresión de que había ganado la izquierda, los progresistas encabezados por el PSOE, ya que la suma resultante era superior a los votos del PP. En lugar de a la política, se dedicó a la aritmética, pero con sumandos incoherentes entre sí, quizás una forma de disimular la derrota.

El último error fue no reaccionar a tiempo ante el desplante de Pablo Iglesias el viernes pasado, cuando éste se autonombró vicepresidente, designó a varios ministros y sostuvo que gracias a su generosidad la fortuna sonreía al futuro presidente Sánchez. Tuvo que salir Rubalcaba, un veterano que sabe de política, a decir que las declaraciones de Iglesias eran un insulto grave al PSOE.

Pero estos son errores de imagen, en cierta manera coyunturales. El principal error de Sánchez tras las elecciones es más de fondo en algo que es fundamental: creer que un acuerdo de Gobierno con Podemos es una alternativa de izquierdas, avalando así la extendida idea de que Iglesias lidera un partido progresista, en lugar de argumentar dialécticamente que se trata de un partido populista y que el populismo, y más aún en la Europa de hoy, nunca ha sido una ideología ni progresista ni de izquierdas sino pura demagogia, sin ninguna base teórica consistente, conducente a desastres políticos y económicos y que siempre ha perjudicado sobre todo, a los más débiles.

Pensar que el PSOE puede entenderse con Podemos es una falsa ilusión. Podemos es tóxico para el PSOE, lo destrozará si gobiernan juntos porque es el perfecto socio desleal.

El problema es que muchos electores lo perciben como la “verdadera izquierda”. A debelar esa falacia debería dedicarse Pedro Sánchez en lugar de querer buscar su complicidad para librarse de la acusación de no ser suficientemente de izquierdas. Hasta que no supere este complejo, el PSOE tendrá en Sánchez quizás un candidato, pero no un líder.

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