El sirio zancadilleado en Hungría pide ayuda a Rajoy para reunir a su familia
El Consejo General de la Abogacía denuncia que, tras tres meses en España, carece todavía oficialmente de protección internacional
Osama Abdul Mohsen ha pedido ayuda al mismísimo presidente del Gobierno. Han pasado ya tres meses desde que este refugiado sirio desembarcase en Madrid, después de que Europa se escandalizara con el vídeo de la periodista Petra Lázló zancadilleándolo cuando corría con su hijo en brazos para entrar en Hungría. Su rostro recorrió los periódicos y televisiones de medio mundo. La Escuela Oficial de Entrenadores de Fútbol y Fútbol Sala (Cenafe) y el Ayuntamiento de Getafe mediaron entonces para que el hombre se instalase en España. Llegó a la capital con su pequeño, Zaid. Pero dejó atrás a su mujer y a sus otros dos hijos. Los tres siguen todavía en Turquía, como ha denunciado este viernes el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE).
El presidente de este organismo, Carlos Carnicer, ha pedido a los ministros de Exteriores e Interior —José Manuel García-Margallo y Jorge Fernández Díaz, respectivamente— que "hagan todo lo que esté en su mano" para agilizar los trámites que permitan "a la familia Mohsen reunirse finalmente en nuestro país y disfrutar de una vida en paz". Hace unos días, el refugiado ya le había pedido lo mismo a Rajoy. "Además, a pesar de llevar tres meses en el país continúa sin tener protección oficial", apostilló el máximo representante del CGAE, que ha puesto a disposición del Ejecutivo un registro con 1.500 letrados, que se han ofrecido a prestar desinteresadamente asistencia a los asilados que lleguen a España.
Según las últimas cifras de Frontex, entre enero y octubre de 2015, más de 6.125 personas procedentes de Siria han entrado irregularmente en España; donde más de 4.000 han pedido asilo entre principios de año y septiembre, según los cálculos de Acnur. Aunque, como han repetido los colectivos sociales, una parte muy importante de ellos han llegado al país solo como una etapa más de su viaje hacia el centro y norte de Europa. De hecho, la senadora Maribel Mora (Podemos) apuntó en la Cámara Alta que, de los 5.952 solicitantes de asilo que comenzaron a tramitar su expediente aquí, "nos devolvieron a 5.052" que se habían marchado a otra nación de la UE. El protocolo de Dublín obliga a los refugiados a pedir ayuda en el primer país de los Veintiocho que pisen.
Más de 6.125 sirios han entrado en España entre enero y septiembre de 2015, según los datos de Frontex
La crisis del Mediterráneo ha puesto en evidencia el sistema de acogida diseñado por las autoridades españolas. El alza de la llegada de refugiados se ha traducido en un colapso de las oficinas para tramitar los expedientes, donde se acumularon retrasos de hasta cuatro meses y donde había 13.000 solicitudes pendientes de resolución a finales de septiembre, según las últimas cifras de Eurostat.
En este contexto, Melilla se ha convertido en la principal puerta de entrada de los sirios en España. "Cruzar de Marruecos a la ciudad autónoma es prácticamente imposible si no pagan alrededor de 1.000 euros por adulto y 400 euros por niño [a las mafias]", detalla el Servicio Jesuita de Migrantes. Una vez en el enclave norteafricano, muchos permanecen bloqueados durante meses sin poder cruzar a la Península, lo que ha provocado que pequeños grupos de asilados decidan volver a Marruecos.
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