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ELECCIONES GENERALES
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La brecha

El 20-D está marcado por la apertura de una doble brecha generacional: la nueva política juvenil de Ciudadanos y Podemos contra la ya envejecida del PP, PSOE, IU, etc.

Enrique Gil Calvo

Los comicios del 20-D están marcados por la apertura de una doble brecha generacional. En el sistema de partidos, que se ha desdoblado en dos bloques de edad: la nueva política juvenil de Ciudadanos y Podemos contra la ya envejecida del PP, PSOE, IU, etc. Y al abrir las urnas sabremos si también se ha abierto una escisión en la sociedad: la que opone a los nacidos tras la Transición (un tercio del electorado), a los que alcanzó la crisis cuando todavía no se habían integrado y por eso se indignan contra un statu quoque les excluye, frente a sus mayores, que ya habían adquirido su estatus definitivo cuando estalló la crisis y han sabido adaptarse a ella con relativa comodidad.

La brecha ciudadana se absorberá conforme se vayan integrando las cohortes más recientes. Pero quizá no suceda lo mismo con la brecha política, pues es probable que la fragmentación del sistema de partidos haya venido para quedarse. De momento, ya ha dividido por la mitad a cada una de las opciones ideológicas. Así, Ciudadanos es la nueva versión juvenil del viejo PP, del que ha heredado su liberalismo privatizador y su rechazo a la “ideología” de género (anatema para los conservadores). De igual modo, Podemos es la versión juvenil de la vieja IU y el viejo PC, del que ha heredado su lema eurocomunista del “compromiso histórico”. Y solo el PSOE mantiene unidas sus dos alas: la vieja guardia capitaneada por Susana Díaz y los jóvenes apparátchiki de Pedro Sánchez, que dan la cara por los demás para que sus adversarios se la rompan en Internet.

Esta brecha política entre partidos caducos y emergentes es el nuevo eje de confrontación bipolar que sustituye a la polarización anterior entre derecha e izquierda o arriba y abajo. Y se da la paradoja de que puede aparecer un nuevo bipartidismo emergente en sustitución del denostado bipartidismo anterior. Pues si bien hay cuatro opciones casi empatadas en las encuestas (PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos), a la hora de la verdad tendrán que pactar entre ellas para poder gobernar. Y aquí todo son habas contadas, en función del reparto de escaños que arrojen las urnas. En aplicación de la ley de Riker (que predice formar con el más débil la coalición mínima capaz de vencer), una de dos: o se impone una coalición PP-Ciudadanos, o alternativamente otra opuesta PSOE-Ciudadanos con Podemos de posible asociado. De nuevo, bipartidismo imperfecto con Ciudadanos como árbitro, por ser la única formación capaz de pactar con las otras dos. Y de ambas opciones ¿cuál sería preferible? Sin duda, la pequeña gran coalición entre Ciudadanos y PSOE, al ser imposible la auténtica grosse Koalition entre PSOE y PP. 

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